Todos sabéis lo que disfruto por tener entre mis
contactos de facebook a un grupo de escritores que, de no existir esta red
social, nunca habría soñado conocer.
La historia empezó con un grupo, en el que se
hablaba de libros y al que me invitaron. Marta Querol figuraba entre sus
miembros.
A pesar de ser una persona discreta, en alguna
ocasión comentaba algo de su primer libro “El final del ave fénix”.
A partir de ahí, me empezó a interesar su historia
personal y la difícil andadura que estaba teniendo para abrirse camino en el
mundo literario.
Nos hicimos cíber-amigas, la seguí en su
trayectoria y, pasados unos meses, compré su libro y lo leí.
Aquello marcó nuestra relación, porque ya no sólo
la apreciaba como mujer, por ser una luchadora, si no que la admiré como
escritora por haber escrito un libro maravilloso.

Un libro que me pudo dedicar electrónicamente, ya
que lo vendía directamente ella a través de Amazon.
Marta, sin saberlo, me abrió el camino para
conocer a otros escritores, todos de los llamados “autores indies”
Siempre he sido una gran lectora, pero tratar
directamente con los escritores, comentar sus dudas, sus portadas, sus títulos,
sus ventas, ha sido y es para mí una experiencia fabulosa.
Conocí personalmente a Marta en unas Jornadas
Literarias a las que vino a Madrid para hablar de su primer libro y me pareció
tan cercana y simpática como era en la red.
Me fue imposible acudir a la presentación de “El
final del ave fénix” pero coincidí con ella en la Feria del Libro y ayer, por
fin, llegó el día en el que presentó su segundo libro “Las guerras de Elena”.
Muchos de los que la seguimos, lo habíamos
comprado y leído hace meses, en electrónico, y nos había vuelto a cautivar. Es
la continuación del Ave Fénix y aún queda una tercera parte, que está escrita
pero no publicada.
A estas alturas me he dado cuenta de que, para un
escritor, hasta que su libro no está en papel, no es mayor de edad. Es su
puesta de largo aunque haya sido leído ya por miles de personas.
Y ayer era el día en Madrid, ya que en la
Comunidad Valenciana ya ha hecho varias presentaciones, todas multitudinarias.
Casa del Libro:
Mi amiga Marisa y yo, llegamos las primeras. Sólo
estaba allí un chico que resultó ser el guitarrista.
Cogimos un buen sitio y empezó a llegar el público,
lectores, escritores y me imagino que amigos.
Marta llegó como siempre simpática, cercana,
nerviosa, saludando a todo el mundo y preocupada porque su primo, que había ido
a hacer unos recados, no llegase a tiempo. Pero llegó.
Yo esperaba expectante a la escritora que iba a
presentar el libro, Marta Rivera de la Cruz, mi escritora más admirada, la que
recomiendo a todo el mundo por su forma de escribir y sus bonitas historias. Y
llegó con capa y sombrero y se sentó a la derecha de Marta.
Empieza la presentación:
María Vicenta, organizadora del evento e íntima
amiga de Marta, presenta el libro, lee el prólogo, de fondo, los acordes de la
guitarra de Carlos Murillo. La cantante de jazz Cris Blasco canta la “vie en
rose” y se unen Luisa Gavasa y María Luisa San José, para junto a Guillermina
Royo Villanova y el actor Juan Jesús Valverde leer, cómo si se tratase de una
novela radiofónica, varias escenas del libro.
La sala, llena, estaba en silencio absoluto. Creo
que a todos nos estaba emocionando oír lo que habíamos leído, tan bien
expresado.
Rompimos el silencio varias veces en unos
merecidísimos aplausos.
Hubo más canciones, la última, “Libertad sin ira”,
me costó trabajo no tararear.
Y de aquí se pasó a un coloquio entre las dos
Martas que me dejó boquiabierta.
Marta Rivera la iba hablando de tiempos, de
personajes, y Marta Querol los iba explicando, desgranando como los había
creado, porqué eran de esta o aquella manera.
Marta, agradeció públicamente la asistencia de su
tocaya, a la que había conocido cuando ella misma quedó entre los diez finalistas
del premio Planeta y, comentó que ni de lejos soñó tenerla a su lado, años
después, presentando un libro suyo.
También reconoció el apoyo de Antonia J Corrales,
escritora magnífica, mejor persona y a la que me une, también gracias a Marta,
una buena amistad.
Y pasó el tiempo sin darnos cuenta, había que
despedirse, dejar espacio a la dedicatoria de los libros.
La cantante y el guitarrista tuvieron el detalle
de amenizarnos con su música mientras Marta firmaba, se hacía fotos, sonreía.
A Marta Rivera la pudimos saludar un momento,
aunque se fue rápido, creo yo que por no quitar protagonismo a Marta Querol.
Tuvimos la oportunidad de conocer a Mercedes
Gallego, escritora de novela policiaca, de la que no he leído nada pero ya he
anotado en mi lista de pendientes.
Y salimos de la Casa del Libro con una sonrisa,
nuestro libro dedicado y la seguridad de que puede haber otras presentaciones
bonitas y agradables, pero esta será muy difícil de superar.
¡¡¡¡¡Enhorabuena
Marta!!!!!