viernes, 16 de marzo de 2018

Paseando por Florencia


Florencia es una ciudad para pasear, de día y de noche.

Yo accedí a ella en tren y según salí de la estación de Santa María Novella ya pude contemplar una de las maravillas de la ciudad, la iglesia del mismo nombre, con una impresionante planta y una bellísima fachada principal recubierta de mármol. En su interior, el claustro verde es un rincón digno de admirar.

Caminando hacia el barrio de San Lorenzo, atravieso el famoso mercado muy concurrido, que desprende un fuerte olor a piel, ya que los bolsos son uno de los principales objetos de artesanía del lugar: por lo que veo, en una primera ojeada, muy caros.
La iglesia de San Lorenzo, una de las más antiguas de la ciudad, con su fachada sin terminar. En su interior se puede visitar la magnífica biblioteca, a la que se accede a través de un pequeño claustro y las escaleras diseñadas por Miguel Ángel. Me sorprenden las bancadas de estudio, el suelo y los papiros.
Junto a esta iglesia se construyó la Capilla de los Príncipes que alberga las tumbas monumentales de la familia Medici, que me dejan boquiabierta.

Desde aquí se puede ir a pie a la plaza de la  Santissima Annunziata. Aunque está un poco sucia, y con la necesidad urgente de una buena restauración, resulta un conjunto bonito, con arcos en los edificios de sus lados, la iglesia del mismo nombre, el Ospedale degli Inocenti, orfanato, construido por Brunelleschi y cuyas cerámicas sobre cada arco, representando niños, llaman mucho la atención, y una casa palacio.

Desandando lo andado, accedo a la plaza del Duomo, espectacular. Es un conjunto maravilloso, por el que yo me imagino paseando a los Medicci con esa cúpula de Brunellesqui que tanto tardó en acabarse y que merece la pena mirar una y otra vez.
La fachada, cubierta de mármol multicolor, blanco de Carrara, verde de Prato y rojo de Siena, es una maravilla. La bordeo hasta llegar a la principal, con el Campanile de Giotto a su derecha y el Baptisterio enfrente. Esta enorme maravilla gótica, me deja impresionada.

Pero en mi paseo todavía me queda otra plaza bellísima, la Piaza de la Signora, con el Palacio Vechio. Hay un concierto. Esta plaza es una preciosidad y tiene la misma disposición desde el siglo XIII.
Tengo la habilidad, si se le puede llamar así, de pararme a contemplar los edificios e imaginarme la vida en siglos anteriores. A esos caballeros vestidos con leotardos y brocados y a las damas con ricos vestidos de paño florentino bordado Lo que he visto en el cine y en la televisión, lo llevo a los lugares que visito y disfruto muchísimo.
Pues esta plaza me ha trasportado como pocos lugares a otras épocas, sobre todo de noche.

Otro lugar que me ha impresionado por su historia han sido las callejas oscuras por las que caminó Dante. En una de ellas, la pequeña iglesia de Dante, donde conoció a su amada Beatriz, amores que dicen fueron el origen de «La divina comedia» En esta misma calle se conserva la casa del ilustre escritor.

La plaza de la República, con un ambiente festivo, es un buen lugar para hacer un descanso, buscando algún sitio para comer o cenar. De día, el Mercado Nuevo facilita las compras turísticas que todos hacemos. No podemos olvidarnos de tocar el hocico del Porcellino, cuyo hocico está brillante porque, si se toca, te aseguras fortuna y volver a Florencia.

En el Barrio de Santa Cruz están la plaza y la iglesia del mismo nombre, La fachada de la iglesia, impresionante, aquí están enterrados Miguel Ángel y Galileo Galileo, entre otros y es la sede principal de los franciscanos. Me da rabia no poder ver la celebración del «El Calcio» forma primitiva de fútbol que se creó aquí en el siglo XVI y que se sigue celebrando cada año en estas fechas.

En esta ciudad no se pueden dejar de visitar los puentes, sobre todo El Puente Vecchio. Este puente con sus casas colgantes, hoy ocupadas por joyerías, data de la mitad del siglo XIV, lo que le convierte en el puente de piedra más antiguo de Europa. Tiene una curiosa historia, antes las casas eran carnicerías, pero al trasladarse la corte al Palacio Pitti, para lo que había que atravesar el puente, se ordenó su cierre por el mal olor. Desde entonces siempre ha habido orfebres y joyeros. Como curiosidad este fue el único puente que no fue destruido por las tropas alemanas en la II Guerra Mundial.

El Palacio Pitti es imponente por extensión y por la fachada de piedra (sillar almohadillado de pietra forte). En su interior, los jardines Bóboli son un remanso de paz aunque me parecen un poco descuidados. La bella Leonor de Toledo, aristócrata española casada con Cosme de Medici, vivió en este palacio y trasladó la corte al otro lado del río Arno, por considerarlo más sano para su salud.
Pasear por el otro lado del río es agradable. Los comercios no son tan turísticos, no hay tanta gente y se encuentran también joyas arquitectónicas, como en toda la ciudad.

Plazas, iglesias, palacios, edificios civiles, podría llenar páginas con lo que visité, pero este paseo sería demasiado largo, por lo que he plasmado lo más importante.

Si quiero comentar que es fácil encontrarse con magníficas heladerías. No podría elegir la que me gustó más, son todas muy buenas.

Con Los atardeceres, y los Museos florentinos, ya publicados en este blog, se completa mi visita a este lugar que me enamoró y que merece la pena conocer.

jueves, 15 de marzo de 2018

De los antiguos usos: Mi opinión


He escrito una reseña de este libro en el blog de la Revista Pasar Página en el que colaboro, pero no quería dejar de mencionarlo en mi propio blog, porque me ha gustado mucho y me ha iniciado en la literatura nórdica que desconocía totalmente y a la que volveré.


De los antiguos usos de Adonis Sánchez Bonilla

Sinopsis:
El enérgico rey Olav Tryggvason está dispuesto a extender su dominio a Islandia e imponer el cristianismo a los paganos seguidores de los antiguos usos. ¿Lograrán los siempre orgullosos islandeses enfrentar el poder del rey de los noruegos? Esta novela aúna rigor histórico y prosa cuidada para sumergirnos en la antigua cultura nórdica y el mundo literario de las sagas, de la mano de una protagonista femenina intensa y auténtica.

Mi opinión:

Este es el primer libro que leo sobre literatura nórdica y me ha gustado mucho. Está escrito de una forma que envuelve al lector en una trama que le obliga a seguir página a página. Hay que leer despacio, porque son muchos los nombres que van desfilando por nuestros ojos, y de complicada pronunciación. El autor nos hace un perfil de cada uno de ellos para que nos los imaginemos sin ninguna dificultad, pero no sólo físicamente si no también sus más íntimos pensamientos.
Amor, envidia, venganza, cobardía, lucha de poder, esclavitud, el papel de la mujer en las sagas, la política…todo tiene cabida en este libro para hacernos vibrar con esta historia en la que se nos muestra la época convulsa de la cristianización de Islandia. Pero es, ante todo, la lucha de Ragnhild, una mujer orgullosa en un mundo de hombres, para vengar a su marido, encontrar a su asesino aunque para ello ponga en riesgo, una y otra vez, su propia vida.
Me ha impresionado la brutalidad con la que se trata a los esclavos que igual son utilizados para satisfacciones sexuales, que para pagar con su vida las acciones de sus amos.
Hay varios giros importantes que consiguen mantener la intensidad de la narración para que no decaiga hasta el inesperado final.
Es de esos libros que, cuando lo terminas, te vas al ordenador a bucear en la historia que nos han narrado para saber más, interesando al lector más allá de la propia lectura.
Muy recomendable.



domingo, 11 de marzo de 2018

Leche frita.



Su horario de trabajo no le permitía comer en casa. Acudía, cada día, al mismo restaurante con dos compañeros.
En la zona en la que estaban no había mucho donde elegir que ofreciese un menú casero, por un precio razonable. Trabajar cerca del Retiro y del Ritz, tenía sus inconvenientes. Cuando descubrieron este pequeño negocio familiar de dos hermanas, una en la cocina y otra sirviendo las mesas, no buscaron más. Ellas se preocupaban de variar lo suficiente los platos que componían su menú para que sus clientes, casi todos fijos, no se cansasen.
Muchos días compartiendo con las mismas personas convierten en una relación cercana lo que comenzó siendo, simplemente, la de cliente-camarera. Se comentan las noticias, se gastan bromas, todo en los escasos treinta minutos en los que permanece en el establecimiento.
Hace tiempo que Juan le gasta una broma a Amelia cuando ella le «canta» los postres — ¿no hay leche frita? — se nos ha terminado, le contesta ella con una amplia sonrisa.
Hoy, como cada lunes, Juan ha ido a comer y se ha encontrado con otra camarera, Amelia no estaba. Se ha acercado a la cocina y su hermana, llorando, le ha dicho que había hecho leche frita de postre.
La sonrisa de Amelia y el gusto de Juan por la leche frita se habían quedado para siempre en ese maldito tren.

(Basado en una historia real de aquel fatídico 11 de marzo de 2004)

sábado, 10 de marzo de 2018

Cinco años después.


Me avisó Google hace unos días que era el cumpleaños de mi blog. Creo que es la primera vez que me lo dice y me ha hecho ilusión.
En estos cinco años he ido volcando en este pequeño espacio mi amor por la escritura y he procurado vestirlo bonito «elegante pero sencillo». Escribir es tan difícil que cada día voy aprendiendo de los que saben, tomando notas, fijándome en la ortografía y leyendo, leyendo mucho.
Lo de ponerlo bonito, también me cuesta bastante porque lo hago a base de trastear, sin tener ni idea de cómo se hace, pero sin demasiado miedo porque existe la posibilidad de no aplicar los cambios.
Al principio solo escribía las cosas de mi vida cotidiana pero, con el tiempo, aumenté las pestañas y comencé a hacer entradas con las opiniones de los libros que leía o las presentaciones a las que acudía. Después vino la pestaña de los viajes y la de los rincones con encanto. Éstas las tengo un poco olvidadas porque no tengo tiempo para tantas cosas.
Yo elaboro las entradas. No me siento y las escribo, sin más. Tengo una carpeta en el portátil en la que voy dejando los borradores para luego ser publicados. Busco las fotos apropiadas, los enlaces a páginas o blogs amigos y, cuando está todo listo, las llevo al borrador del propio blog, a la espera de ser publicadas. Aún así, ha habido fallos gordos y ahí tengo a Mayte Esteban, que me envía un privado para que lo rectifique. Es mi «profecorrectoramigaparticular»
Me siento orgullosa de mi blog, me da igual si me leen uno o diez, disfruto tanto escribiendo que para mí es suficiente.
Por aquí han pasado buenos libros, buenos autores, viajes inolvidables, críticas sociales, cartas a mis padres, a mis nietas, a mis hijos, a mis amigos. Espero que cumpla muchos más años para seguir contando mis pequeñas historias de «mesa camilla» y compartirlas con todos vosotros. 
Gracias por acompañarme. 



jueves, 8 de marzo de 2018

A mi madre. 8 de marzo de 2018



Todavía no había cumplido siete años cuando una guerra que no comprendía la separó de su padre. Tres años después se reunieron, pero la casa que ella recordaba, ya no existía y tuvieron que  crear su hogar en una vivienda de treinta metros cuadrados, en una corrala del viejo Madrid. Allí convivían sus padres, sus dos hermanos, su abuelo y ella. Todavía tuvieron que encontrar hueco para otras dos hermanas que vinieron después.
Su infancia se acabo pronto, el sueldo del padre era insuficiente y ella era la mayor. Entró de aprendiza en un taller de costura. Era buena en lo suyo, pudo llegar lejos. Cuando salía de trabajar, saltaba un rato a la comba en la calle, no pasaban casi coches y era una gran pista de juegos, esos a los que tuvo que renunciar para sobrevivir.
Su tiempo de costuras lo cambió al casarse, por el cuidado de una casa demasiado grande, unos suegros a los que había que atender y tres hijos que llenaron todas las horas del día.
No tuvo una vida fácil, aunque siempre fue una mujer con ideas propias, no supeditadas a las de su marido, con su cartilla de ahorros, aunque necesitase la autorización del hombre para abrirla, que llevaba las cuentas de la casa, controlaba los estudios de los hijos y ayudaba a sus mayores.
Sufrió con la muerte demasiado temprana de su padre y de tres de sus hermanos y tuvo que superar graves enfermedades.
Defendió a sus hijos con igualdad, hombre y mujeres y se sintió orgullosísima de lo que había ayudado a conseguir.
Fue una gran lectora, los libros le enseñaron todo lo que no pudo aprender en la escuela y siempre dijo a quien quiso escucharla que había nacido en una época equivocada, porque le apasionaba todo lo relacionado con los ordenadores. Su gran ilusión habría sido ser médico. Vivió para ver como lo conseguían una de sus hijas y una de sus nietas.
Mujeres sencillas que ayudaron a que hoy estemos aquí, de huelga para casi todo, pero haciendo un hueco para hacerlas un homenaje.
Por mi madre y por todas esas madres que, a su manera, ayudaron a cambiar las cosas.

martes, 6 de marzo de 2018

Todo se compra y se vende

1926

Estaba hoy en el mercado, comprando bacalao, y una señora estaba contando su experiencia en la visita (besapiés) al Cristo de Medinaceli, el primer viernes de marzo, que este año ha sido el pasado día 2.
La devoción que suscita esta imagen, a la que se le piden tres deseos y concede uno, es bastante antigua, pero lo que me ha llamado la atención es el negocio que hay detrás.
Me cuenta mi interlocutora, que lleva muchos años haciendo la larga cola para besar la imagen, junto con un grupo de amigas y familiares, que ocupaba los primeros puestos de la fila, ya que puso su silla el doce de febrero y, desde ese momento, hacen, turnos durante unas horas al día, para mantener el lugar sin problemas.
Las sillas se atan a las verjas de las ventanas del lateral de la iglesia, en la calle de Jesús, en el barrio de Las Cortes. De ellas cuelgan unos carteles de cartón con el nombre del propietario de la silla y cuántas personas le van a acompañar, hasta cuarenta. Todos dicen lo mismo, esto se respeta. Es una cuestión de confianza, devoción y fe.
Para darnos cuenta de la magnitud de lo que estoy contando, hay que saber que la fila llega a ocupar cinco kilómetros de recorrido.
Desde el jueves, ya nadie se mueve de allí, pasan toda la noche, establecen turnos para comer o para ir al baño, pero de no más de una hora.
Este año ha sido particularmente duro, porque ha llovido mucho. Hicieron unos toldos con plásticos y palos, para no estar continuamente sujetando paraguas, pero los vecinos se quejaron del mal aspecto que daban y la policía municipal ordenó quitarlos.
La iglesia, regentada por capuchinos, no quiere saber nada porque no les parece bien, pero tampoco se queda atrás de la polémica, porque los fieles se sienten más atendidos por el bar-restaurante Los Gatos, que por los frailes de los que dicen los feligreses «ni están, ni se los espera»
Los primeros números, cada año son los mismos, cogen sitio para decenas de personas de forma que, cuando se abren las puertas a las doce en punto de la noche, la acera de la fachada de la iglesia, que se respeta sin cola, se llena con unas cuatrocientas personas que nadie sabe de dónde han salido. ¿Cómo se permite esto por los que han estado durante días guardando sitio? Porque cuando han intentado demostrar que había venta de números se han encontrado con un muro, sin pruebas y con peleas que han necesitado de la intervención policial.
Por otro lado están los autocares que vienen llenos de gente que ha comprado el acceso y tienen día y hora para el besapiés. Éstos acceden por la misma puerta que los miembros de la archicofradía, al lado opuesto. ¿Quién vende estas entradas? Es un misterio.
Por último están los que buscan a personas necesitadas y les ofrecen dinero para estar en la cola hasta el momento en el que ellos lleguen y los sustituyan, treinta euros diarios, durante veinte días. Al que hace el turno de noche, le pagan cincuenta. Guardan sitio para una familia compuesta por treinta personas. (Legal, pero ¿ético?)
Este año, con la lluvia, el mercadeo de puestos se ha revalorizado y se rumorea que se han pagado varios miles de euros, pero la media está en cien euros por persona.
Sinceramente, no sé qué pensar. ¿Se puede comprar la devoción?







jueves, 1 de marzo de 2018

El gran fraude.


Febrero es el mes del amor pero para la novela romántica ha sido un mes de pocas celebraciones.

Todo empezó a complicarse con la publicación en el blog «Desmontando a Norah Carter (con pruebas)» el nueve de febrero. En este blog, Patricia Roldán, una lectora, denunció que esta autora y Mónika Hoff habían plagiado la novela Sealed With A Kiss, de la autora neozelandesa Leeanna Morgan. Se tradujo el texto del inglés al español, se le cambió el título Ahora tú y se publicó en Amazon bajo el nombre de Karla Trier, que resultó ser el pseudónimo elegido por Norah Carter para autopublicar sin sello editorial, como ella misma hizo saber a sus seguidores en Facebook. 

Esa lectora nos explica en su blog que comenzó a investigar cuando compró dos novelas con títulos diferentes en tiempos distintos, lanzadas ambas como novedad y cuyo contenido era idéntico.


En su solitaria investigación, con pocos apoyos, todo hay que decirlo, se encontró con otra acusación de plagio: la que hacía Tatiana Martínez, vía facebook, de la novela Atrapada en mí, de Oscary Arrollo, publicada en 2014 y que se publicó este mismo mes bajo el título Desde que te conocí de Carter Hoff.

Empezaban a aparecer pruebas de que había algo más que extraño tras los nombres de estas dos autoras que todas las semanas invadían la plataforma con novedades, «escribiendo» a una velocidad que dejaba a la altura del betún al prolífico Lope de Vega.

Cuando alguien levantaba la voz, planteando que ese ritmo y esas posiciones en los rankins no eran normales, ellas alegaban que había mucha envidia.
Estas acusaciones, más todas las que le hicieron llegar de forma privada  al blog de Patricia Roldán, según ella misma comenta, dieron lugar a un primer comunicado de Norah Carter que reconocía haber comprado los derechos de una obra escrita por otro, que a su vez, tampoco había escrito él, se había limitado a traducir la de Leanna Morgan.
Así, tan surrealista como suena.

En su investigación también le llamó la atención que novelas que estaban en el puesto 12472 como Tras un invierno, un verano en tu corazón de Mónica Hoff, subieran sin estar motivado por un Kindle Flash u otro tipo de descuento, al puesto 25. Esto es algo casi milagroso. Hacen falta muchas ventas para entrar en el top.

Con tantas historias extrañas, Facebook se convirtió durante unos días en un patio alborotado y a mí todo esto me llamó la atención. No podía creer todo lo que estaba sucediendo, pero las pruebas parecían concluyentes. De hecho, tropecé con una página que también hablaba bastante del tema https://www.facebook.com/Togadasdesdelaraya/, que publicó el 13 de febrero una lista con todos los nombres que según el registro www.safecreative.org, llevaban a una única persona: un nombre masculino que ha desaparecido hasta de la plataforma.

A día de hoy, la mayoría de esos autores y sus libros, se han evaporado de Amazon. Si se buscan en Google, están ahí, pero si se siguen los enlaces la página devuelve un mensaje de error.

Entre tanta noticia, la autora Mercedes Pinto, publicó en su blog una interesante entrada «Siete prácticas habituales de escritores tramposos en Amazon» https://mercedespinto.wordpress.com/2018/02/13/7-practicas-habituales-de-los-escritores-tramposos-en-amazon/
En ella nos detalla las compras de falsas reseñas, los comentarios negativos, la estafa con las páginas leídas en Kindle Unlimited, merece la pena leer lo que ella ha escrito.

Otra lectora Iriaxte Ortiz Carreño, publicó en su muro varias cosas curiosas: Fallingforyou, de Alice Smith, se vende a nombre de Ella Smith. Título en inglés, pésima traducción al español. ¿De dónde ha salido? En su muro encontré la publicación que Melanie Alexander hizo en su blog, que dejaba resumen del culebrón.
Más historias, en el blog «El mundo Maritere, https://maritere81.blogspot.com.es/2018/02/norah-carter-y-monika-hoff.html la autora escribe un magnífico artículo sobre el tema, aclarando que Oscary Arrollo, que he mencionado al comienzo como escritora plagiada, resultó estar en nómina de estas escritoras, cobrando 80.000 bolívares al mes, ,menos de lo que cuesta un café en España, por ceder sus obras y seguir escribiendo.

Con tantos perfiles y pseudónimos, con métodos fraudulentos, acaparaban los primeros puestos de romántica, escondiendo a los autores que realmente habían escrito sus libros.No voy a negar que tenían sus seguidores, sus blogs afines, y han ganado mucho dinero, pero da mucha tristeza.
Muchos escritores de romántica veían cada día como estas novelas sencillas, fáciles de leer, acaparaban los primeros puestos. Unos observaban cosas raras, como que no apareciesen en las redes sociales, que muchos de los autores no tuviesen página en Facebook, que publicasen varios títulos a la semana, que no obtuviesen comentarios, pero otros, simplemente, creían que tenían su público.

No voy a entrar en la situación legal y ética. En unos casos han reconocido, sin querer, en sus comunicados que tienen lo que comúnmente se llama un «negro» que les escribe las obras que luego publican con alguno de sus pseudónimos, y en otros, compraban obras de otros autores, las publicaban bajo su nombre y no les reconocían la autoría, tal y como recoge la ley de propiedad intelectual. Todos los comunicados han desaparecido, como sus libros, por lo que no puedo citarlos en este artículo.

Cuando ya daba por acabada la labor de recopilación para este artículo, me envían esta mañana el enlace de Good Reads de un libro Deseo contenido, de Inma Black en el que el único comentario que tiene afirma que es un plagio de otra obra de Barbara McMahon Luces Y Sombras. de Harlequin, un libro antiguo.
Investigando un poco (diez minutos) se puede encontrar que ese libro ya no existe en Amazon, como la mayoría de los de esta autora. Solo se mantiene uno de ellos, Chico de alquiler, cuyo título se parece de manera sospechosa a otro de una autora conocida, y cuya sinopsis no dista mucho tampoco, aunque he podido comprobar que no es igual. Sin embargo en esa comprobación observo estupefacta que tiene un comentario de enero mientras que la fecha del registro es del 26 de febrero. 

Y algo más. La persona que  hace ese único comentario tiene muy mala suerte: todos los libros que ha comentado han desaparecido del catálogo de la plataforma.

Esto me demuestra que aquí hay mucho más escondido de lo que ya se ha ido descubriendo a lo largo de este mes, pero que tal vez haya servido para que muchos autores pierdan el miedo a hablar, miedo por otro lado bastante lógico, porque es fácil denunciar y que te bloqueen en las redes sociales y que los largos tentáculos del mal te hagan comentarios negativos en las plataformas de difusión, que hundan tus ventas y, lo que es peor, tu buen nombre.

Es labor de todos conseguir que continúe la limpieza, pero el mayor poder lo tienen las plataformas de venta, exigiendo todo lo que esté en su mano para que esto no siga ocurriendo.