viernes, 21 de junio de 2019

Almudena se gradua



Tengo un poco abandonado este blog, en el que cuento mis cosas, por falta de tiempo, pero hoy no podía dejar de escribir por las etapas que se cierran. Hoy es de esos días escritos a fuego en la historia de las familias.

Mis hijos siguen abriéndose camino con nuevos retos, en lo profesional y en lo personal, sobre eso ya iré escribiendo, nuevos trabajos, nuevas casas…

Pero hoy se «gradua» mi princesa más pequeña en la «escuela infantil» de la casa de sus abuelos, a la que llegó en septiembre de 2017 y en la que hoy vivirá su último día. Ahora toca disfrutar del verano en la «casita de la sierra» como ellas la llaman y, en septiembre comenzar el colegio.

Acaba lo que para nosotros ha sido un tiempo dulce, hemos compartido con las niñas momentos maravillosos, disfrutando de su aprendizaje, el que va dejando atrás al bebé, sus primeras palabras, sus primeros pasos, sus caídas, sus primeros cuentos, sus paseos por Madrid, esos que han llevado a publicar preciosos álbumes como Paseando con Victoria o Almudenas de paseo y que, si algún día consigo acabarlo, se convertirán en un libro con mis recuerdos.

Esto no es, ni mucho menos, una despedida. Se acaba una etapa e iniciamos otra que será también bonita, pero diferente. Victoria en el cole de mayores y Almudena en el de pequeños y los abuelos, con más tiempo libre pero siempre dispuestos a compartir momentos con ellas… la vida sigue.

Aprovecho esta entrada para desearos a todos un feliz verano.

domingo, 16 de junio de 2019

Antes de los años terribles: mi opinión


Víctor del Árbol siempre sorprende, sus novelas son duras y hay que leerlas despacio para asimilarlas, pero en esta ocasión, como dice mi amiga Marina Collazo, se convertirá, probablemente, en «la novela»,  una lectura inolvidable y será muy difícil de superar.

Nos encontramos ante una narración en primera persona, dividida en dos tramas, una en presente y otra en pasado. Nos cuenta la historia de Isaías Yoweri, un niño al que le roban su infancia al secuestrarle, junto con su hermano, para convertirse en un «niño soldado» del grupo guerrillero paramilitar de Uganda, liderado por Joseph Kony.
Isaías, que vive en Barcelona, vuelve a Uganda para enterrar definitivamente su pasado, un pasado que no ha sido capaz de contar ni siquiera a su compañera, que está esperando un hijo suyo.
El autor ha sabido intercalar magistralmente el peso de las historias para que el lector sea capaz de soportar y asimilar lo que está leyendo y que, según ha confirmado Del Árbol, es real en un 90%.
El autor ha querido plantear «la dicotomía ética sobre cómo las víctimas se acaban convirtiendo en verdugos».
No se ha recreado en lo violento, pero tampoco evita narrar la brutalidad de las experiencias vividas por sus protagonistas, haciéndolo en la justa medida para asumir su lectura.
La descripción de cada uno de los personajes que detalla, con unos perfiles psicológicos muy complejos, hace que lleguemos a conocerlos muy bien y a odiarlos intensamente, porque no consiguen generar ninguna empatía, no merecen el perdón.
También hace una dura crítica al mundo occidental que vive indiferente a África y sus problemas.
En este drama hay espacio para dos grandes historias de amor, una en el pasado y otra en el presente, pero también exalta el amor entre hermanos, el valor de la verdadera amistad, la venganza o el agradecimiento, presentándolo todo de una forma muy cercana.
La opinión que os creéis sobre Isaías, es muy personal. Yo os pregunto ¿qué haríais si formaseis parte de un jurado en el que se juzgasen sus actos?
«Sólo se sobrevive al horror siendo el horror, despojándote de la moral y entregándote al instinto brutal para ser libre».
Es, en resumen, una novela para sufrir disfrutando de muy buena literatura y de una gran historia.

Reseña original publicada en el blog de la Revista Pasar Página

lunes, 10 de junio de 2019

Donde fuimos invencibles: Mi opinión




Conocí a María Oruña en la Biblioteca de Retiro en una charla con Lorenzo Silva sobre el papel de la mujer en la Guardia Civil, con motivo de los actos celebrados en la semana del 8 de marzo.Es una mujer muy agradable, muy cercana, y que se documenta muchísimo para escribir sus novelas.

Había leído sus dos primeras publicaciones pero no la última, que se desarrolla en Suances, una villa de Cantabria muy bonita, como todas las de esa preciosa zona del norte de España.
Me llamó mucho la atención que hablase del bosque de secuoyas que habíamos visitado recientemente y que nos dejó impresionados.


Mi opinión:

Empiezo por decir que no es una novela negra, casi ni siquiera policíaca. La investigación de las dos muertes es, en mi opinión, lo menos importante de la novela.
Me han parecido muy interesantes las clases que imparte el profesor Machín, explicando los sucesos paranormales y su duelo dialéctico con Christian Valle, cazafantasmas, la vida de los personajes protagonistas, todos tienen cosas que contar y cosas que ocultar, y la novela que se escribe dentro de la propia novela, El ladrón de olas y que es, en realidad, la historia de Carlos Green, propietario del Palacio del Amo. Tiene, por tanto, dos voces narrativas, un narrador omnisciente para la historia y la novela de Carlos Green, en primera persona.
Pasear por Suances, esa magnífica villa a orillas del Cantábrico, ha sido muy agradable. Normalmente los escritores nos tienen acostumbrados a las grandes ciudades y la vida de un pueblo que se ve alterado por dos muertes en extrañas circunstancias, resulta muy interesante. Además invita a recorrer el bosque de secuoyas, quien no lo haya visitado, no sabe lo que se está perdiendo.
Me ha chirriado un poco el cambio operado por Valentina, a la que el amor la está convirtiendo en una mujer diferente. La escena de amor, un poco empalagosa.
En contrapunto me he enamorado del personaje de la abuela, el club de lectura y el perdido libro de Copérnico.
Es, en conclusión, una novela muy bien escrita, con una trama original pero mucho menos compleja, en cuanto a investigación policial, que la de sus dos libros anteriores, pero que resulta muy amena. Una buena elección de lectura.

Reseña original publicada en el blog de la Revista Pasar Página