viernes, 27 de marzo de 2020

Carta a un niño que acaba de nacer RELATO


Querido bebé:

Acabas de nacer y has llegado en un momento complicado, a un mundo diferente, convulsionado por un virus que desconocíamos y que ha puesto del revés nuestra forma de vida.

No te preocupes, lo más importante para ti, tus padres, están contigo, piel con piel, queriéndote desde que te han visto, e incluso desde mucho antes.

Lo que está ocurriendo va a impedir que veas a tus abuelos, es una pena, pero no te preocupes, ellos se consuelan con las nuevas tecnologías, ya les han hecho una vídeo-llamada para que te conozcan y tu cara se les ha quedado grabada para siempre.

Tu papá te hará un vídeo para enviar a toda la familia y al grupo de amigos, para presentarte, y se alegrarán de recibir vida en estos momentos tan difíciles. Sí, bebé, tu traes vida, esperanza y amor.
¿Por qué digo esto? Porque todos estamos remando juntos, porque nos hemos dado cuenta de lo importante, o eso espero, porque este frenazo se tiene que convertir en el impulso para que crezcas en un mundo mejor.

Tu mamá no tiene flores ni bombones, porque la tienda cercana al hospital está cerrada, pero está recibiendo por wasap los ramos virtuales más variados, enviados con el mismo cariño.

El personal sanitario está volcado con vosotros, sois un soplo de aire fresco, vuestra planta del hospital está llena de sonrisas y las enfermeras te han regalado un globo coloreado que han hecho con un guante quirúrgico, uno solo, porque no pueden desperdiciar material.

Deseo de corazón que, cuando tengas edad de leer esta carta, esta pesadilla sea un recuerdo del que hayamos salido fortalecidos, y te hayas convertido en un niño sano que nació en un momento diferente pero, sobre todo, deseo que seas un niño feliz.

Un beso muy grande, bebé.
Almudena Gutiérrez

Tormenta de verano de Toni Gasa


Cuando Carlo regresa a Barcelona tras la muerte de su madre, no pensaba encontrarse tan rápidamente con su pasado. Victoria y Miguel han acudido al tanatorio a consolarlo. Él, su mejor amigo desde la infancia. Ella, su amor de juventud. Victoria y Miguel ahora están casados. Tras ese reencuentro, el matrimonio invita a Carlo a pasar el verano con ellos en el Empordà, una propuesta que este acepta. La relación entre Victoria y Miguel no pasa por su mejor momento, así que, para ambos, la llegada de Carlo supone un estímulo a su rutina aunque tendrá consecuencias que en ese momento ninguno de los tres son capaces de prever.

El autor:

Toni Gasa (Lleida, 1979) es licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, máster en Marketing Digital y doctorando en Arquitectura, Diseño, Moda y Sociedad en la Universidad Politécnica de Madrid. Después de algunas colaboraciones en medios de comunicación, ha desarrollado su carrera profesional como director de comunicación en el sector de la moda y el lujo. Ha vivido en Barcelona y desde hace ocho años reside en Madrid.

Mi opinión:

Estamos ante una novela intimista, con toques eróticos. La historia contada por un narrador omnisciente, que nos adentra en la vida de tres personas muy diferentes, Victoria, Miguel y Carlo, desgranando presente y pasado, remontándose a la edad universitaria de los protagonistas y obligándoles a reencontrarse con un pasado en el que todo quedó sin cerrar.

Como un personaje más de la novela, el mundo en el que se mueven, sobre todo el matrimonio formado por Victoria y Miguel, su entorno laboral en Barcelona y sus vacaciones en una masía familiar en el Empordá, en la que se codean con la alta burguesía, sucediéndose los días entre fiestas y excesos.

El autor nos habla del dolor ante la muerte de una madre, el desgaste de un matrimonio o el paso del tiempo, que no perdona. Juega con los límites del ser humano, las decisiones que, equivocadas o no, cambian el rumbo de nuestras vidas.

Traza un magnífico perfil psicológico de Victoria y de Marco, sus inseguridades y sus miedos. Me habría gustado que profundizase un poco más en Miguel, el gran olvidado de esta historia.

Está bien narrada y cierra con un buen final.

jueves, 19 de marzo de 2020

A mi padre-2020


Querido papá:

Un año más, y van dieciséis, te felicito por carta con la ilusión y la esperanza de que llegue a tu estrella.

No te puedes ni imaginar el día de San José tan extraño, por decirlo de alguna forma, que estamos pasando.

En Madrid, este año no es festivo, y nosotros habíamos pensado celebrarlo con los chicos el próximo fin de semana. Tu yerno había decidido que mejor una merienda que una comida, porque son días en los que hay mucha gente en todos los sitios y resulta agobiante salir a comer fuera. Pues nada, ni comida ni merienda ni nada, estamos en estado de alarma, sin poder salir de casa y las calles de Madrid están vacías. ¿Cómo te quedas? Me imagino, de piedra. Pues así estamos todos, pensando que lo de que la realidad siempre supera a la ficción, no podía ser nunca tan impresionante como esto que nos está ocurriendo.

Todo empezó en un mercado en Wuhan, China… como lo estás leyendo, en China. Tres meses después, hay contagios en todo el mundo y, en Madrid, estamos pasando por una situación complicada, somos los que más casos sumamos en toda España. Se está muriendo mucha gente, más los mayores, como pasa siempre que hay una enfermedad grave.

Todas las noches, a las ocho en punto, salimos a aplaudir a nuestros sanitarios, que están dando todo, pero el aplauso se extiende a todos esos que, cada día, nos hacen la vida más sencilla, los policías, los que nos facilitan los artículos de primera necesidad, como la comida o la farmacia, los barrenderos y tantos otros que están trabajando para nosotros en estos tiempos difíciles.

Esta crisis ha conseguido una cadena de solidaridad, inimaginable hace unos días, con la que intentamos ayudar, cada uno en lo que podemos, a los que lo necesitan.

No es fácil, papá. Sabes que yo soy muy besucona, muy zalamera, muy cariñosa y solo puedo ver a mis hijos y a mis nietos a través de las video-llamadas. Es lo que más añoro, más que salir a la calle o hacer otro tipo de actividades, añoro los besos y abrazos de los míos, las risas de las niñas…

¿Qué más te puede decir? Intento no estar triste, hago rutinas para tener cubierto todo el tiempo y me he hecho la firme promesa de no discutir con Juancar, que también lo está pasando mal, pero hay veces que la cabeza no obedece y el corazón llora.

Llegará el día en el que nos podamos reunir todos, besarnos y abrazarnos. Las ausencias, las añoranzas, las risas y las lágrimas no compartidas, podrán quedar en el olvido, pero hasta entonces, nos tendremos que conformar con recordar lo vivido, igual que recuerdo los momentos maravillosos que he vivido a tu lado.

Ya te contaré como salimos de esta, espero que bien.

FELICIDADES, papá.

martes, 10 de marzo de 2020

Aquella vez en Berlín. Mi opinión


Sigo a María José Moreno desde que nos conocimos virtualmente, ya hace varios años, cuando publicó su novela Bajo los tilos.

Siempre cuento, que las redes te acercan a buenas personas y María José fue una de ellas, el tiempo ha fraguado una bonita amistad, que procuramos alimentar en la distancia, con la cercanía que proporcionan el teléfono y las redes.

Esto, sin embargo, no implica que no lea su obra con toda la crítica que se merece y que, si no me hubiese gustado, se lo habría contado en privado, porque no me considero apta para echar por tierra el trabajo de alguien, por lo que no suelo publicar reseñas negativas. Este es un blog de encuentro para buenas lecturas, las malas, no me interesa comentarlas, pero no se ha dado el caso, porque estamos ante un «novelón» al que no se le puede poner ni un pero.

Sinopsis:

El día que el arquitecto alemán Richard Leinz recibe en su casa de Londres al señor Parker, investigador privado, descubre que hace quince años cometió una grave equivocación que marcó su vida. Atormentado por sus dramáticos recuerdos y por el dolor que causó a su alrededor, emprende una búsqueda tenaz en su pasado para intentar enmendar su error.

Cuando Thomas, secretario de Richard, decide por su cuenta llamar a Marie Savard, con la que el arquitecto mantuvo una relación, no sabe que está a punto de derrumbarse todo lo que lo ha mantenido a salvo hasta el momento: ¿Por qué Richard ya no es el que era? ¿Podrá Marie ayudarlos a librarse de sus fantasmas? ¿Cómo se puede convivir con la culpa?
Una historia intimista de secretos desgarradores, de amores frustrados, de palabras no dichas, de luces y sombras en el pasado de unos personajes que intentan sobrevivir en un tiempo histórico complejo mientras tratan de combatir a sus propios demonios y coger aire para disfrutar de eso a lo que llamamos vida.
Las casualidades no existen. Los encuentros fortuitos tampoco.

Mi opinión:

Leer a María José Moreno es una delicia, porque escribe muy bien. Partiendo de esto, se puede opinar sobre lo que escribe, en función de si te gusta o no el tema.

A mí me gusta leer todo tipo de novela: romántica, policíaca, intimista, histórica…, siempre que sea buena. En este caso concreto, eso está garantizado porque la autora posee una cuidadísima prosa.

Estamos ante una historia intimista con cuatro personajes que tienen en común infancias duras, ausencias y acontecimientos a los que han puesto una coraza para enviarlos al olvido y continuar viviendo.

Pero, a lo largo de la vida, las corazas se deterioran. Pequeños o grandes sucesos abren fisuras y los recuerdos empiezan a aflorar exigiendo esa parcela que se les ha negado y, en ese momento, tenemos que hacer balance real de nuestros aciertos, nuestros errores y las consecuencias de todos ellos.
Esta novela necesita dos lecturas: en la primera, más rápida, nos motivará conocer el desenlace de cada una de las historias que la autora ha ido tejiendo, entrelazando, hasta cerrar cada uno de los hilos que ha utilizado en su narración; la segunda, deberá ser más pausada, para que nos ayude a reflexionar sobre las circunstancias biográficas de cada uno de los personajes, sus implicaciones y su relevancia en la trama.

A través de 38 capítulos cortos, que se inician con la fecha y el lugar, con dos narradores, Thomas, en primera persona, y un narrador omnisciente, nos adentramos en la vida del propio Thomas, de Richard, de Marie y de Lisa, con dos personajes secundarios que me han parecido entrañables, Kate y el señor Parker y, otros dos, muy simpáticos, Ronny y Susan.

Dos hilos temporales que terminan por unirse, y numerosos flasback, nos sumergen en una historia de secretos, mentiras, culpa, amor, dolor, odio, celos, amistad y lealtad.

«Solo si reconocemos nuestros errores y aceptamos sus consecuencias, tendremos la oportunidad de aprender de la experiencia».

Hay muchas cosas que nos vamos imaginando, prueba de que María José Moreno «juega» con el lector. Nos deja algunas pistas en frases, aparentemente sin importancia, que nos permiten conocer en muchas ocasiones lo que va a ocurrir antes de leerlo.

La descripción psicológica de cada uno de los personajes, a los que llegamos a conocer en profundidad y hasta intuir su manera de actuar en el futuro; la sensibilidad que plasma con la música de Wagner, invitando a que la escuchemos durante o después de la lectura; el amor por los animales, presente en Tristán, el perro de Richard; pasear por Unter den Linden en Berlín (nos recuerda a su novela Bajo los tilos); las buenas personas que se pueden conocer a través de las redes sociales y muchos detalles más, hacen que podamos presentir que hay mucho de María José Moreno en esta novela, que no ha dejado nada al azar.

Los escenarios están muy cuidados. La casa de Richard, el jardín, los encuentros en los hoteles, su antigua casa…, pero lo que más me ha impresionado es esa habitación cercana a la UCI, y los espacios que la rodean, en la que nuestros protagonistas pasan tantas horas. La comodidad frente a la angustia que se vive entre esas paredes y que se acerca mucho a las que existen en los hospitales privados y en muchos públicos.

Aquella vez en Berlín es una novela de sentimientos, escrita con el corazón: «La historia que quería contar solo podía hacerse mediante la reflexión y desde los sentimientos de unos personajes que tienen mucho de nosotros mismos». En definitiva, una novela que no os va a dejar indiferentes y cuya lectura os recomiendo.

«El discurrir de la vida conlleva tomar decisiones a diario. Unas acertadas y otras, no solo erróneas, sino con tal alcance para las vidas de otros que trastocan el curso biográfico de los mismos».






Me he permitido el juego de imaginar los actores que yo pondría si llevase esta bonita historia al cine.


jueves, 5 de marzo de 2020

Huérfanos de sombra de María Suré: mi opinión




Hannah tiene 86 años y sigue siendo una mujer de armas tomar. Con 7 años subió sola a un tren en Alemania que la alejaría del horror de la guerra pero que la transportó a una vida llena de adversidades donde sobrevivir se convirtió en el reto más difícil. Ahora vive una vida relajada y feliz junto a su hija, pero el pasado regresa para reabrir viejas cicatrices y recordarle que algunas heridas nunca cerrarán.

Toribio odia su vida, ha pensado más de una vez en acabar con la pesada carga que soporta sobre sus espaldas. Pero un día lluvioso y frío, una joven llama a su puerta para pedirle ayuda y, con ella, la vida irrumpe en su casa por sorpresa, dándole un vuelco a su existencia.

Laura se quedó embarazada demasiado pronto. Las circunstancias la llevaron a vivir en Aldeanegra, un pequeño pueblo de la provincia de Salamanca sin apenas habitantes, situado en plena Sierra de Francia. Allí lleva una sencilla vida en compañía de su hijo y Toribio, el abuelo de este, y, contra todo pronóstico, es feliz. El niño ha logrado recomponer los pedazos de unas vidas rotas por el destino, pero la frágil unión de esos fragmentos se resquebraja cuando el pequeño desaparece en extrañas circunstancias

Mi opinión:

La novela se estructura en capítulos con título y fecha, con un narrador omnisciente que nos irá llevando por las diferentes tramas, con dos principales, la que nos cuenta la vida de Hannah, desde un día de agosto de 1939 y la trama actual, en agosto de 2018. Tiene continuos flashback para el resto de las subtramas, que utilizará el narrador para darnos a conocer la vida de los diferentes personajes, no muchos, que conforman esta novela.

La  trama actual,  nos lleva al pequeño pueblo de Aldeanegra a finales de julio de 2018, a la tranquila vida de Toribio, Laura y Marcos. Con capítulos cortos, un lenguaje sencillo y cuidado, abundancia de diálogos y una ambientación que nos ayuda a visualizar a la perfección los escenarios en los que se desarrollan los hechos, la autora consigue crear una atmósfera que nos envolverá durante toda la lectura, con el suspense necesario para convertirla en absorbente.

Las diferentes historias por las que fluye la narración, consiguen confluir en un mismo punto. La autora ha querido «enfocar los conflictos desde el punto de vista de la superación y de la capacidad que algunas personas tienen para rehacerse, por mucho que las adversidades se empeñen en romper sus vidas a pedazos una y otra vez» « Pretende mostrar la verdadera naturaleza del ser humano, su parte más despreciable y primitiva, pero, al mismo tiempo y en contraposición, su lado más noble y generoso».

Secretos, traiciones, amistad, amor y una investigación policial, todo muy cuidado, de verdad, merece la pena leerla.

Reseña original publicada en el blog de la Revista Pasar Página