domingo, 7 de junio de 2015

Las vacunas

El niño de Olot, enfermo de difteria, sigue estable, dentro de la gravedad y deseo fervientemente que se cure.
Dicho esto, me parece una irresponsabilidad por parte de sus padres, no haberle vacunado.
A nivel práctico, cuando el niño esté sano y en casa, les enviaría la factura de lo que nos ha costado a todos los españoles salvar la vida de su hijo. No para que la pagasen, si no para que tuviesen consciencia de lo que supone una decisión en una colectividad.
Las ligas anti-vacunas, muy de moda, cuentan verdades a medias para captar a padres que no vacunen a sus hijos.
Es un hecho que salvan entre dos y tres millones de muertes al año, según la Organización Mundial de la Salud y que otro millón y medio de niños se salvarían si tuviesen acceso a la vacunación.
En contrapartida, tienen efectos secundarios.
Un niño falleció tras una encefalopatía que desarrolló después de administrarle una vacuna, y otro está tetrapléjico tras una reacción autoinmune.
Ambos casos han salido estos días en prensa,
defendiendo su postura. Pero ¿cuántos niños hay en España vacunados?
Todo puede tener efectos secundarios. Para casi todo pueden existir daños colaterales.
Lo que es una realidad es que esos niños a los que sus padres deciden no vacunar, comparten las escuelas, guarderías y parques infantiles con otros niños y, gracias a esos otros niños, vacunados, no corren demasiado peligro, pero no son inmunes y se pueden contagiar y desarrollar la enfermedad o, lo que es peor, no desarrollarla y ser portadores toda su vida, pudiéndola contagiar a otros.
Cuando mis hijos eran pequeños, nadie se planteaba no vacunar, ahora, te lo preguntan en el Centro de Salud cuando vas a registrar al niño para su primera visita al pediatra.
Y yo me pregunto, ¿tanta revisión del Código Civil y Penal para asegurar la protección del menor, y la no vacunación la dejan a la decisión de los padres, cuando su vida y la de otros puede depender de esa vacuna?
Y también me indigna, aunque me tachen de dudosa moral, que se manifiesten por la vida del “no nacido”, y nadie haya salido a la calle para manifestarse por estos “nacidos” a los que se les está negando el progreso.