miércoles, 30 de diciembre de 2020

Mis lecturas de 2020

 


Os cuento mis lecturas de este año. No están todas, solo las que me han gustado, porque las que no me han gustado o he abandonado, no merece la pena mencionarlas.

Comencé el año con La cara oculta del corazón de Dolores Redondo que, siendo buena, me pareció demasiado larga. Antonia, de Nieves Concostrina, fue un descubrimiento que me transportó a mi infancia, a mi barrio y a las historias que contaban mi madre y mi abuela.

Dividiendo mis lecturas por grupos, las históricas, como siempre, me han enseñado sucesos que desconocía: Las chicas desaparecidas de París de Pam Jenof, las mujeres que tanto hicieron en la guerra y fueron olvidadas. Los ojos de Galdós de Carolina Molina, una personalísima forma de contarnos parte de la vida de Galdós. Recuérdame de Mario Escobar, que nunca decepciona. Nunca fuimos héroes de Fernando Benzo, terrorismo, policía, juego sucio… me impactó. El recuerdo del olvido de Karen Peralta, preciosa. Pueblo sin rey de Olalla García, la historia de los comuneros de Castilla, contada de una forma sencilla. Las ventanas del cielo de Gonzalo Giner, tiene todo lo que se le puede pedir a una novela histórica. Cuando venga el rey de Luis Carlos Castañeda, magnífica.

En el grupo de novela negra y policiaca, solo leo lo que me recomiendan mis amigas más expertas en este tipo de novela, por lo que el acierto está asegurado. Comencé con Progenie, que me pareció muy original y con la que su autora, Susana Martín Gijón, ha dado un salto de gigante en su forma de escribir. Infamia, decepcionante porque le falta toda una segunda parte, aunque esta primera es muy buena. Asesinos de series de Roberto Sánchez, autor con el que he repetido con Quienes manejan los hilos, novela policiaca con mucha historia de España, las dos me han gustado aunque la segunda es más de mi gusto.  Sexta planta de Manuel Navarro, La noche de plata de Elia Barceló, buena, aunque no es lo mejor que ha escrito. El inocente de Mario Escobar, es un buenísimo narrador, escriba lo que escriba. La nena de Carmen Mola, para leerla, me tuvieron que convencer, porque me había prometido a mí misma no volver a leer a Carmen Mola, pero reconozco que es muy buena. El chico de las bobinas de Pere Cervantes que, aunque incluyo en este apartado, tiene mucho de novela histórica y costumbrista, es muy buena. Lecturas muy diferentes con las que he disfrutado mucho

Luego están esas novelas difíciles de catalogar, al menos para mí, en las que incluyo Huérfanos de sombra de María Suré, que me gustó mucho. Aquella vez en Berlín de María José Moreno, que ha sufrido duramente los efectos del confinamiento, cuando acababa de llegar a los lectores y se está perdiendo tristemente en el olvido una magnífica novela. Tormenta de verano de Toni Gasa, diferente a lo que suelo leer, una buena primera novela. El heredero de Rafael Tarradas, A corazón abierto de Elvira Lindo, que me resultó pesada a pesar de las altas expectativas con las que comencé a leerla. Mil besos prohibidos de Sonsoles Ónega. Cuando la llamaste Claudia de Pilar Muñoz, novela inolvidable. Seguiré tus pasos, segunda parte de Todo el bien y todo el mal, de Care Santos, que me ha gustado muchísimo. Años de mentiras de Mayte Esteban, con unos magníficos diálogos. Mil noches con Marga de Pedro Ramos, me gustan las novelas que hablan de los secretos familiares. El jardín de los espejos, de Pilar Ruiz, historias cruzadas y leyendas de Cantabria. Guardando las apariencias de Carmela Trujillo, una novelita corta que me ha encantado y una autora con una versatilidad increíble.

He leído dos novelas que se adentran en la fantasía, lo paranormal, y las dos me han entusiasmado: El secreto del orfebre de Elia Barceló, y El infiltrado. La puerta del cielo de M. S. Quebec.

Por supuesto, están mis románticas, a las que acudo después de una lectura intensa o una fallida. Así llegué a Sara Ventas, a la que siempre leo, con Es tu última palabra o Descubriendo a Broad. Este año he leído por primera vez a varias autoras, que han pasado a estar entre mis listas de muy buenas: La chica del pelo azul de Laura Sanz, La coleccionista de noches vacías de Lorraine Coco, No hago planes a tan largo plazo de Cristina Durán, con la que he repetido recientemente con su segunda novela, Un tango en Malasaña, Jodido doctor de Abril Lainez, Una auténtica Navidad de Ángela Bennet y Próxima estación de Mónica Gutiérrez, el mejor feelgood que se puede leer. Os las recomiendo todas.

Tal vez por el año tan diferente que hemos vivido, y por el bajo nivel de concentración en muchos momentos, he leído muchos relatos. Tengo que destacar Doce horas de Mayte Esteban y París puede esperar de Marisa Sicilia. Este último merecería ser una novela porque, en muy poquitas páginas, nos cuenta maravillosamente la historia de Alicia y Manuel, sus protagonistas, ese matrimonio que no puede viajar a París… me encantaría saber más de ellos.

En cuanto a Antologías, tres pequeñas obras maestras: La vieja calle dónde el eco dijo, de Víctor Fernández Correas, El papel de un cromo de Marian Peyró y Relatos del confinamiento  de Mónica Rouanet. Sobre los relatos del confinamiento tengo que decir que, cada día, esperábamos el relato que publicaba Mónica, durante la larga cuarentena, relatos de risa, de miedo, de esperanza, era una de esas ventanas que se nos abrían al mundo en nuestro encierro. (Pinchad aquí si queréis leerlos y oírlos en la voz de Carmen Ramírez de Cadena Dial).

Muchos otros autores nos regalaron relatos, vivencias, chistes, bromas, crónicas y croniquillas, que llenaron nuestras horas en casa, a todos ellos, desde aquí, les doy las gracias.

Como es lógico, tengo mis favoritas, esas que han sido mis mejores lecturas de 2020, ahí van:

Cuando la llamaste Claudia de Pilar Muñoz.

Las ventanas del cielo de Gonzalo Giner.

El infiltrado. La puerta del cielo de M.S. Quebec.

Próxima estación de Mónica Gutiérrez.

El recuerdo del olvido de Karen Peralta.

Seguiré tus pasos de Care Santos.


Gracias por leerme, dentro de un año os vuelvo a contar.

 

 

viernes, 25 de diciembre de 2020

Recuerdos de Navidad

Queridos papis:


Hace meses que no os escribo y pensaréis que lo que os conté del virus ya se ha terminado… pues no, estamos todavía lejos. Ahora vamos siempre con mascarilla, las reuniones están limitadas a seis, solo de dos familias diferentes, y tenemos toque de queda.

Pero esto ya os lo explicaré con más detalle en otra carta. Lo que os quería contar es que ayer volvimos a cenar en la calle del Ángel, después de un paréntesis de siete años.
Durante un instante, pequeño, porque no quería emocionarme, pasaron por mi cabeza las imágenes de los años vividos entre esos muros, de nuestra infancia, cuando era «mi casa», luego pasó a ser «la casa de mis padres», más tarde, «la casa de los abuelos» o simplemente «la casa de la abuela», cuando papá murió. Cuando vaciamos la casa y la alquilamos, comenzamos a llamarla la casa de la calle del Ángel, como algo impersonal y ahora, cerrando un ciclo, he pasado la Nochebuena en «casa de mi hija».

Me habría gustado que nos hubiésemos sentado a esa mesa los tres hermanos con nuestras familias,  como hemos hecho tantas veces, inaugurando un espacio renovado, que celebró su primera Navidad en el año 1924, con los abuelos Florentina y Amado y sus cinco hijos, el más pequeño, tú, papá, todavía no habías cumplido un año.

Pero no ha podido ser, la responsabilidad de cumplir unas normas sanitarias que, aunque a algunos les parezcan absurdas, salvan vidas, nos han obligado a encender el ordenador y conectarnos por skype, cuatro casas, cuatro familias, cantando villancicos. No nos oíamos bien, pero nos vimos, nos imaginamos y convertimos el momento en inolvidable.

Y un poco después de las once, porque hemos adelantado los horarios para cumplir el toque de queda, unos ruidos extraños sonaron en la puerta casi centenaria, y una enorme bolsa llenó de ilusión la cara de dos niñas que no entienden todavía de historia de la familia ni de tradiciones, pero que esperaban con emoción a Papá Noel.

Vosotros estabais con nosotros, como siempre, en nuestro recuerdo y en muchos detalles que Almu y Víctor han querido conservar para que vuestra presencia en la casa sea visible a todo aquel que vaya: la lámpara que hiciste para tu habitación, papá; el teléfono negro de los abuelos; la puerta de la calle y los balcones, restaurados…


Este año, junto al espíritu de la Navidad, brillabais más que nunca desde vuestra estrella (que hemos colocado en el árbol).

¡Feliz Navidad!

viernes, 27 de noviembre de 2020

Día del Maestro 2020

 

Hoy es el Día del Maestro y vienen a mi cabeza recuerdos de mi infancia.

Yo fui a un cole que estaba casi en la misma calle en la que vivía, en la continuación, en un piso, con dos aulas y tres balcones. Era el colegio de la señorita Emilia, y en el piso vivía, en la parte interior, su hermana Antonia, soltera, que mantenía la limpieza y el orden. 

En el aula grande estaban las niñas mayores, solo niñas, en pupitres con bancos corridos, una enorme pizarra al fondo y una puerta corredera a la espalda, que daba paso al otro aula, más pequeña, en la que en bancos y mesas más bajitos, estábamos las niñas y niños de menor edad.

Sí, no me he equivocado, en mi clase había niños, compartíamos aula hasta que hacíamos la primera comunión: para ellos, ese era su último curso en el colegio de la señorita Emilia, para nosotras, suponía el paso al aula grande, en la que podíamos continuar hasta finalizar el Bachillerato.

Pero la maestra que ha venido a mi memoria es la señorita Pepita, bajita, regordeta, con cara de buena, y a la que queríamos con locura todos sus alumnos.

Su mesa estaba colocada delante del único balcón y la clase era bastante oscura, pero lo pasábamos muy bien, aprendíamos, jugábamos y hacíamos manualidades. Eran unos maestros muy diferentes a los de ahora. En pocos metros cuadrados, tenían alumnos de cuatro o cinco cursos diferentes y, sin embargo, cada uno nos sentíamos como si toda su atención recayese en nosotros.


No había peor disgusto que la señorita Pepita estuviese enferma o se ausentase por algún asunto personal y la sustituyese la señorita Emilia, que abría la puerta corredera, dejaba a una alumna de las mayores vigilando su clase y se sentaba en el lugar de nuestra maestra. Ese día volvíamos a casa muy tristes.

Hasta tal punto se me quedó grabada esta maestra que, muchísimos años después me compré unos zapatos color avellana con una flor en el empeine, y me vino a la memoria inmediatamente los que ella llevaba cuando iba un poco más arreglada, porque normalmente utilizaba un zapato prácticamente plano y, a nuestro modo de ver, feo.

Cuando mi hija tenía cinco o seis años, nos la encontramos. La señorita Pepita llevaba ya varios años jubilada y dedicaba su tiempo a ayudar a unas monjas de un hospital cercano. Le expliqué a mi hija que era ella la que me había enseñado a leer y lo que más le sorprendió es que yo hubiese necesitado aprender. ¡Cosas de niños!

Sirva este recuerdo para homenajear a todos los maestros en su día.

martes, 17 de noviembre de 2020

«Jodido Doctor»: mi opinión

 



Jodido Doctor
de Abril Laínez

Un viaje, una llamada y el propio destino harán que Emma y Jaime vivan la historia más sexi, apasionada y gamberra de sus vidas.

 

Emma Cavaletti tiene tres conflictos: lidiar con las madres de los alumnos, buscar un apartamento, y superar la ruptura con un mentiroso.

Jaime Lena es especialista en reparar corazones, pero más en romperlos. Cardiólogo, guapo y con éxito, no duda en utilizar esas virtudes como un buen canalla.

Mi opinión:

Una novela romántica, con mucho más que una historia de amor. Narrada en tercera persona con unos personajes muy bien perfilados y unos diálogos divertidos, que nos abren paso a una trama mucho más compleja de lo que parece en un principio.

Jaime, convencido de que lo tiene todo en la vida: dinero, trabajo vocacional, amistad y sexo, es un «bipolar», con tanto miedo a enamorarse que lucha continuamente diciendo y haciendo cosas que no siente y de las que se arrepiente rápidamente, pero… ya están hechas.

Emma, destrozada por una ruptura, desconfiando de los hombres en general, con un trabajo que le está dando complicaciones, una compañera de piso muy rara que es la hermana de una amiga muy exigente, no está preparada para volver a enamorarse pero sí para vivir el mejor sexo que ha tenido en su vida.

Las reflexiones de una y otro, sobre todo de Emma, los amigos, los secretos, su forma tan diferente de enfrentar los problemas, van conformando una historia de amor y desamor, con unas muy buenas escenas eróticas.

El valor de la amistad, la lealtad, la manipulación, los celos, la infidelidad, todo cabe en esta novela, con una narración impecable.

En el lado negativo, algo muy personal, la portada o cubierta y el título, pero comprenderéis que esto no tiene ninguna importancia si el contenido es bueno, aunque creo que yo no habría llegado a ella si no me la hubiesen recomendado, no habría llamado mi atención.

Os invito a leerla.

Nota: Esta novela forma parte de una serie. La primera es Jodido error y la tercera, ya publicada, Jodido Oliver. Son autoconclusivas.

 

lunes, 9 de noviembre de 2020

Un cumpleaños diferente: 2020

 


Se está acabando este fin de semana que, en Madrid, se ha alargado con un lunes festivo en el que celebramos la festividad de nuestra patrona, la Virgen de la Almudena. Una festividad marcada por la pandemia, sin celebraciones populares y con el recogimiento propio de estos tiempos que vivimos, algunos, y echándose a la calle como si fuesen inmortales, otros.

Para mí son unas fechas especiales, porque celebro mi cumpleaños, y el de mi hermana, somos gemelitas, además de mi santo.

El año pasado cumplimos sesenta y nuestros hijos y maridos nos organizaron una magnífica fiesta sorpresa en la que estaban casi todos los que tenían que estar. Este año lo hemos recordado, con más nostalgia de lo habitual, porque no hemos podido reunir a nuestras familias a comer, como hemos hecho siempre. Ha sido una celebración diferente, ella en su casa y yo en la mía, y nos hemos conformado con un café con pastas y un pedacito de tarta para apagar nuestras velas, con la única compañía de nuestras hijas y dos de mis nietas para no pasarnos de seis.

Es lo que hay, como me dijo ayer mi hija, hay que celebrar cuando se puede, porque no sabemos lo que vendrá al año siguiente.

A pesar de todo, he recibido tanto cariño, de los cercanos, de los que están más lejos, de los que solo me conocen en las redes sociales y han ocupado unos segundos de su tiempo para enviarme unas flores, unos besos virtuales o, simplemente, una palabra, que acabo el día con la satisfacción de sentirme una persona muy afortunada.

Seguro que vendrán tiempos mejores, pero quiero que este cumpleaños también sea recordado, porque hay que apreciar lo que tenemos, porque hay que celebrar la vida.

viernes, 30 de octubre de 2020

«La chica del pelo azul» : mi opinión



Sinopsis:

Álex Carmona poco se podía imaginar que el pergamino que había adquirido en una misteriosa librería la iba a llevar a la Inglaterra medieval.

Allí conocerá a Robert FitzStephen, señor de Black Hole Tower, que desde el primer instante la fascinará y le hará cuestionarse todos sus principios.

Si bien el destino ha sido el artífice de que sus caminos se crucen, habrán de ser ellos los que decidan sobre su futuro. ¿Son novecientos años realmente una distancia insalvable?

Mi opinión:

Es la primera novela que leo de esta autora, aunque la sigo desde hace mucho tiempo y es una buena amiga de las redes sociales.

Es también la primera novela que escribió, haciendo un trabajo más que bueno para una escritora novel.

Me ha parecido demasiado extensa, debería tener unas cuantas páginas menos. Se recrea excesivamente en contarnos la historia de Alex, que no es significativa para el desarrollo de la trama. El comienzo, por ese motivo, resulta un poco lento, aunque superado el primer tercio de la historia, la trama se  agiliza y se convierte en una lectura muy agradable.

Me faltan los sentimientos de la protagonista al aparecer en un mundo y un siglo que no es el suyo, no hay rabia, desesperación, llanto, o todo lo que cabría esperar por muy madura que sea Alex. Porque Alex tiene 36 años, aunque aparente tener diez años menos. Es quizás una edad un poco elevada para que viaje en el tiempo sin ser considerada una señora mayor.

En el siglo XII, las gentes eran muy supersticiosas y resulta extraño que acepten a Alex, con su particular indumentaria, su pelo azul, las uñas de los pies pintadas de azul… y no se cuestionen que pueda ser una persona peligrosa. La aceptan casi todos, se pasea por el castillo, baja a las cocinas, juega con los niños, no actúa como una sirviente ni como una dama, pero a nadie le resulta «rara» ni les produce miedo.

Robert, el oponente masculino de Alex, caballero del siglo XII, señor del feudo Black Hole Tower, es un hombre sensible, culto y limpio, demasiado limpio para la época.

En en el lado positivo, lo más importante: la historia que viven Alex y Robert es muy bonita, se sale de la romántica básica, está  bien contada, bien escrita, tiene unas escenas eróticas muy bien llevadas, es un agradable romance medieval con viajes en el tiempo y os invito a leerlo sin ninguna duda.

domingo, 25 de octubre de 2020

ENCUENTRO GALDOSIANO

Jornadas Madrileñas de Novela Histórica




https://jornadasnovelahistoricamadrid.blogspot.com/p/encuentros-galdosianos.html

 

Con motivo del centenario del fallecimiento del insigne escritor D. Benito Pérez Galdós, se celebra el Encuentro galdosiano como complemento de las Jornadas Madrileñas de Novela Histórica.

La Biblioteca Regional de Madrid era el lugar designado para reunirnos, pero la situación actual nos obliga a desarrollarlo de forma virtual.

Destacados galdosistas, periodistas, novelistas, investigadores y profesionales del sector turístico y editorial, participarán en este homenaje a una de las figuras más relevantes de la literatura universal después de Miguel de Cervantes Saavedra, renovador de la novela española y máximo representante del Realismo en España.

Del 26 al 30 de octubre de 2020

¡No os lo perdáis!

https://www.facebook.com/victorfernandezcorreas/videos/10158841080338762


 

viernes, 2 de octubre de 2020

El infiltrado. La puerta del cielo

 


En agosto, Marta Querol, a la que me une una relación de amistad que traspasó hace tiempo lo meramente literario, me contó que se había presentado al Concurso Literario de Amazon, con una novela muy diferente y que había firmado con pseudónimo.

El porqué de esto, lo ha explicado ella en su blog, pinchar aquí se os interesa leerlo.

De cualquier forma, y sabiendo lo bien que escribe Marta, da igual que sean relatos cortos, artículos periodísticos o novelas, me apresuré a comprarlo y comencé a leerlo en cuanto acabé la lectura que tenía entre manos.

Me encantó, así se lo hice saber a Marta y así lo escribí en la reseña que firmé para el blog de la Revista Pasar Página y que os copio a continuación.

Hoy ha hecho pública la autoría de El Infiltrado. La puerta del cielo, y me ha parecido que merecía la pena rescatar esta reseña.

RESEÑA

«Estamos ante una novela de ocultismo, un trhiller sobrenatural, que ha supuesto un experimento para su autor, que ha querido publicarla bajo pseudónimo, por ser muy diferente a su trayectoria.

¿Quién es M.S.Quebec?. Solo puedo deciros que su prosa es buenísima, firme con el nombre que firme.

EL INFILTRADO. La puerta del cielo.

En Arlodia, un pueblo tranquilo de algún lugar perdido en Centro Europa, han convivido durante siglos con las almas de los recién fallecidos antes de que emprendan su último viaje y crucen la Puerta del Cielo. Es un lugar tranquilo, donde la vida y la muerte conviven en paz y sus habitantes cumplen un importante papel en el equilibrio de fuerzas entre el Bien y el Mal.

Pero la apacible existencia de los lugareños se va a ver alterada por la llegada de un misterioso y encantador viajero que los enfrentará a situaciones desconocidas y pondrá a prueba su esencia más profunda.

Una intrigante trama dónde los dilemas morales se mezclan con lo sobrenatural y el thriller. ¿Seríamos los mismos si nuestras circunstancias hubieran sido otras?

Mi opinión:

No soy lectora de historias fantásticas, pero esta me ha cautivado desde la primera página. He paseado por Arlodia y los bosques que la rodean, he conversado con sus habitantes y me he encariñado con ellos. Esto ha sido así, porque las descripciones de paisajes, lugares y personajes, son magníficos, todos tienen su voz, y a todos llegamos a conocerlos perfectamente por insignificante que parezca su historia dentro de la trama.

En cuanto al fondo del argumento, no es solo un thriller sobrenatural, como dice la sinopsis, es una reflexión filosófica, amablemente llevada, sobre el bien y el mal, esa dicotomía que radica en cada uno de nosotros, y la posibilidad de ser y actuar, de una u otra manera, dependiendo de nuestras decisiones y del ambiente que en el que vivimos.

Aborda la muerte con una sencillez que nos hace olvidar nuestra ideología al respecto, asumimos lo que se plantea en la novela, sin ir más allá, lo que sucede en Arlodia, se queda en Arlodia y, cuando leamos la última línea, volveremos a nuestras creencias pero sin olvidar que todo puede cambiar en cualquier momento.

El ritmo de lectura es muy rápido, otro de los aciertos del autor, que no se entretiene en descripciones innecesarias y el giro argumental de las últimas líneas, suficiente para cerrar un final redondo.

El matrimonio compuesto por Gabriela y Albert Narden, me ha encantado y la dulzura de una conversación que mantienen en el dormitorio, se me ha quedado grabada.

Una lectura muy recomendable, en la que nada es lo que parece... o sí.»

https://www.amazon.es/El-infiltrado-puerta-del-cielo-ebook/dp/B08F4QY8TH/ref=tmm_kin_swatch_0?_encoding=UTF8&qid=&sr=

 

 

martes, 25 de agosto de 2020

El papel de un cromo: mi opinión


Autora: Marian Peyró
Editorial Piezas Azules

Sinopsis

Los relatos que componen este libro exploran la duplicidad de las personas, casi siempre a través de sucesos negros.
Se define duplicidad como «doblez, falsedad». La casualidad de dúplice de los personajes que habitan estos relatos les permite, como si se tratara de un disfraz, ocultar una naturaleza oscura que responde a pulsiones, a la negación del yo, a envidias, a la avaricia o a la locura: en ocasiones solo se siente acompañados de ese Doppelgänger no necesariamente perverso.
En cualquier caso, no tratan estos cuentos de justificar ni juzgar el mal, sino de llevarnos de la mano de sus protagonistas y acompañarlos en la revelación de su auténtica naturaleza, la que llevan pegada a la piel como el papel de un cromo.

La autora

Escritora española (Ávila, 1971). Reside en Madrid. Es licenciada en Jurídico-Empresarial y trabaja en la gestión inmobiliaria. Ganadora del Concurso de Microrrelatos del Festival de Novela Policíaca de Madrid Getafe Negro (2017) con Cuestión de honor. Textos suyos han sido publicados en Solo Novela Negra, revista El Narratorio y Escuela de Escritores. Es coautora del volumen de relatos negros Seis tonos de negro y El papel de un cromo es su primer título en solitario.



Mi opinión

Conozco personalmente a Marian, con la que he conversado en numerosas ocasiones y me parece increíble que una persona con una mirada tan dulce y una sonrisa cautivadora, pueda imaginar unas historias tan duras, y plasmarlas en papel.

Ya el prólogo de Carlos Bassas del Rey nos advierte que estamos ante una lectura que no nos dejará indiferentes, de la que no saldremos indemnes.

Veinte relatos brutales, pequeñas historias que nos dejan con la boca abierta, pensando que la siguiente no puede ser tan negra, pero lo es.

Me ha impresionado, sobre todo, la maldad ejercida a los niños o por los niños, que de todo hay.

No puedo elegir el que más me ha impresionado, porque están todos casi a la misma altura, no puedo decir el que más me ha gustado, porque no es una lectura agradable, está muy bien escrita y describe la maldad del ser humano. Una historia de amor, Respetar los muertos y La diversión de los viernes, reflejan una triste realidad que vemos cada día en las noticias; La cara de la luna, como madre, como abuela, es el que más me ha indignado.

Cuando cierras el libro, respiras hondo y recapacitas sobre lo leído, lo intentas digerir, y no puedes.
Si queréis saber de qué hablo, dadle una oportunidad y leer estos relatos.

martes, 18 de agosto de 2020

Cuando la llamaste Claudia: mi opinión


Antes de comenzar su lectura ya sabía que me iba a gustar, porque me gusta todo lo que escribe Pilar Muñoz, todo.

Ya he contado otras veces que la conocí en las redes, con sus microrrelatos y sus sabias reflexiones, que nos acompañaban cada día. Eran otros tiempos menos convulsos, las redes, sobre todo Facebook, era un patio de vecinos majetes, sin malos rollos, se podía hablar casi de todo, sin que te vieses obligado a eliminar a nadie por comentarios fuera de tono, pero me voy por las ramas…

Cuando leí Los colores de una vida gris, sabía que estaba ante una gran escritora, tuviese o no éxito, fuese o no, muy conocida.

El tiempo me ha demostrado que tenía razón y todas sus novelas han sido un éxito, lo que no siempre conlleva muchas ventas, pero eso es otra historia.

Con su última publicación, Aquello que fuimos, se alzó con el Premio Literario de Amazon y tuvo un merecidísimo reconocimiento a su labor como escritora.

Ahora, dos años después, nos sorprende con una novela intimista, de la que no se debe contar nada porque hay que leerla sin saber a lo que vamos a enfrentarnos.

«La existencia es un pulso entre la vida y tú, entre las circunstancias y tú, entre la voluntad y un destino que se ríe en tu cara a la menor oportunidad.
Porque al destino le encanta jugar».
Hay historias que es preferible abordar sin conocer lo que aguardan, sin prever el impacto que pueden tener sobre ti. Como quien se aproxima al vacío con los ojos cerrados.
La de Aitor y Teresa es una de ellas.
Jamás pensaron que tuvieran que enfrentar un giro vital tan fuerte. Que un acontecimiento así cambiara el orden de sus sentimientos y su magnitud. Que los obligara a confesar verdades, a defender sus deseos, a tomar decisiones con el tiempo en contra. Con el presente en jaque y el futuro incierto.
Creían tenerlo todo controlado, pero… algo se les escapó de las manos.
Todo el mundo debería tener un lugar adonde volver, en el que sentirse refugiado y abrazado por los recuerdos que clarifican los sentimientos,que te revelan al oído lo que el corazón siente y tu mente casi ha olvidado, porque no es, sino enfrentándolo a las emociones, como el corazón habla.

Solo puedo decir que es una novela de sentimientos, escrita con el corazón, que toca un tema muy controvertido. Exquisita, dura, desgarradora, real, impactante.

Una prosa sencilla, escrita en segunda persona, a la que no le sobra ni una coma. Aitor y Teresa, Teresa y Aitor, desnudos, mostrándonos sus sentimientos más íntimos, contándonos su historia, esa que ahora se tambalea, buscando que el lector los entienda, como un protagonista más de la historia.

Una lectura que os encogerá el corazón, que yo he terminado de leer con un nudo en la garganta y que recordaré siempre. Para mí el nombre de Claudia estará ya siempre asociado a esta historia.


sábado, 15 de agosto de 2020

Día de la Paloma




Querida mamá:

Hace mucho tiempo que no te escribo pero hoy, a pocos minutos de comenzar el día de la Paloma y a pocos días de recordar el día que te fuiste, me apetece contarte cosas.

Ya te comenté que estábamos viviendo un año extraño, con el virus este que nos tiene atemorizados a muchos y haciendo el tonto a unos pocos, con unas previsiones nada buenas, con los contagios creciendo y la vuelta al cole muy cercana, lo que puede empeorar la situación.

Este año, como tantas otras cosas, se han suspendido las fiestas de La Paloma. Nuestro barrio se ha engalanado un poco, en un intento de la hostelería de salvar un mes complicado, aunque las calles están tristes. ¡Qué diferentes a lo que nos contabas de cuando papá y tú os conocisteis, un 15 de agosto! Cuando las calles se convertían en una fiesta permanente, la limonada se servía en cada rincón y los bailes estaban asegurados en cualquier esquina.

Pero bueno, no nos pongamos tristes. Hemos estado en  la casa que Dolores, mi consuegra, tiene en Villoria y, presidiendo el salón, está tu máquina de coser. ¡Qué ilusión me hace que siga utilizándose! Me cuenta que cose fenomenal, a pesar de tener más de cincuenta años. Está enseñando a coser a Victoria, aunque ella no quiere coser a máquina, le gusta la aguja y el hilo, lo lleva en los genes, su bisabuela materna y su abuela paterna.

Mamá, seis años ya desde que te fuiste a tu estrella…La felicidad del 2013, el año de las bodas, se tornó en lágrimas en el 2014, pero el 2015 nos devolvió la alegría con Victoria y con Manuela. ¡Cómo disfrutarías con ellas! Y Almudena, te llenaría de besos y abrazos porque es una zalamera.

Tu casa está quedando preciosa, ya está casi terminada, pero eso te lo contaré en otra carta, cuando Almu ya se haya ido a vivir allí y tu nieta esté ocupando tu espacio como señora de la casa, como tantas veces soñó. No te puedes ni imaginar lo que ha cambiado, pero vuestro espíritu permanece, en las paredes y en algún detalle, te va a encantar.

Te añoro mucho, cada día.


jueves, 6 de agosto de 2020

«El chico de las bobinas»: Mi opinión


«El cine, hijo, el cine es la más grande y bella mentira. Todos aceptamos que nos engañen con una historia bien contada. Que nos lleven a lugares inexistentes, que nos hagan soñar con besos irreales..., depositamos fe en las palabras de un vaquero, un detective o una mujer fatal que desaparece de nuestras vidas en cuanto regresa la luz en la sala. Es sin duda la mentira más aceptada, ¿no crees?»

Sinopsis:

Barcelona, 1945. Nil Roig es un chiquillo que se pasa el día en bicicleta transportando de un cine a otro viejas bobinas de películas. El día de su decimotercer cumpleaños es testigo de un crimen cometido en el portal de su casa. Mientras el asesino huye después de haberlo amenazado de muerte en caso de no mantener la boca cerrada, el moribundo le entrega el misterioso cromo de un actor de cine de la época; un objeto perseguido y anhelado por un excomandante de la Gestapo y un policía sin escrúpulos. El hecho de que el moribundo le dé el cromo a Nil pronunciando el nombre de David, el padre desaparecido del muchacho, arrastrará a este a resolver un secreto del pasado por el que pagará un alto precio.
En una Barcelona de claroscuros, El chico de las bobinas nos habla de la incomparable fortaleza de esas mujeres, víctimas de la guerra, que enseñaron al mundo cómo sobrevivir, y de esas salas de cine de barrio que permitieron soñar en los años de plomo y se convirtieron en refugio de infancias maltrechas. Un thriller nostálgico cargado de emotividad y misterio que nos muestra la fragilidad y la ambigüedad de la naturaleza humana.

Mi opinión:

Dividida en cuatro partes, 1945, 1947, 1949 y 2021, las tres primeras narradas en tercera persona y la última, en primera persona.

Empiezo por el final comentando que la última parte me parece un poco fuera de lugar, es como un gran epílogo pero introduce unos personajes nuevos que no aportan nada a la narración.

Las otras tres partes, con una narración impecable, nos cuentan unos hechos durísimos ocurridos en la larguísima posguerra española en Barcelona.
Hay tres protagonistas indiscutibles, Nil, su madre Soledad y el policía Víctor Valiente, pero es una novela llena de magníficos secundarios que aportan muchísimo a la historia. El bueno de Bernardo, es mi preferido.

En cuanto al argumento, la inocencia de Nil, despertando a la adolescencia en un mundo tan complicado, aunque esté rodeado de maravillosas personas que le ayudan, encoge el corazón. Su madre, Soledad, arrastrando la tristeza de todo lo que lleva vivido y de todo lo que han hecho con ella, tanto física como psiquicamente los años de guerra y de posguerra, convirtiendo su vida en una amargura permanente y un miedo que, en algunas ocasiones, se convierte en terror. Solo hacia su hijo es capaz de volcar su ternura, pero no es suficiente para que pueda ni siquiera imaginar la felicidad.

Víctor Valiente quizá sea el que mejor ha sabido plasmar el autor, su maldad, su afán de venganza, sus pesadillas, sus peores pensamientos, se quedan con el lector durante mucho tiempo. Es increíble que cuando recuerde esta novela probablemente mi primer pensamiento sea para este hombre, hacia el que no tengo suficientes adjetivos negativos para describirle. Junto a él, su esbirro y todo lo que ocurre entre las paredes de la comisaría de la Brigada Político Social, resulta espeluznante. No por conocido deja de ser  horrible.

También muy bien descrito el barrio de Poble Sec, con su pobreza y su miseria, pero en el que unos vecinos con un pasado común y un futuro incierto, se ayudaban en lo que podían para intentar salir adelante.

De fondo, una investigación cuyos brazos se extienden hacia los nazis residentes en España, arropados por el recién estrenado régimen franquista, los maquis, ese cine en blanco y negro que tanto nos gusta a los amantes del cine y las mujeres de los perdedores, esas que lo han perdido todo y que pasan a ser «propiedad» de los vencedores.

Es una buena novela, aunque el ritmo de la primera parte es lento, demasiado lento, y casi me hace abandonarla, pero decidí continuar y me ha gustado. Una lectura que deja posos para ser recordada.

«Vivía en un mundo de hombres deprimidos, autoritarios y ausentes. Un mundo en el que solo las mujeres eran capaces de gestionar la miseria que ellos habían provocado. Ser soltera, viuda o una mujer abandonada en el nombre de una bandera perdedora, te convertía en objeto de escarnios, abusos y chascarrillos»

martes, 4 de agosto de 2020

«La vieja calle donde el eco dijo»: mi opinión





Relatos protagonizados por perdedores, por soñadores, por luchadores sin más horizonte que el mañana. Relatos que son una lección de esperanza, de supervivencia, que incitan a beberse esta vida de un trago.
Todos son relatos cuyos protagonistas podríamos ser cualquiera de nosotros. Incluso tú, que ahora lees esta sinopsis.
Relatos de una vieja calle donde el eco dijo, como cantaba Gardel.

Víctor Fernández Correas no es solo un buen novelista, también es magnífico escribiendo pequeños relatos que encierran grandes historias, muchas de ellas podrían ser el germen de un novela.

En este libro nos encontramos con veintidós historias con todo tipo de protagonistas, ganadores y perdedores, luchadores, personas que se han cansado de vivir y, por supuesto, enamorados. Pero, sobre todo, encontraremos todos los sentimientos que seáis capaces de imaginar. Amor, desamor, celos, esperanza, venganza, dolor, historias rotas, la muerte y la posibilidad de elegir ese momento, leyendas, sueños…

También es común a todos los relatos la magnífica ambientación, que nos adentra al lugar dónde está ocurriendo lo que el autor nos cuenta, las miradas, esos ojos que hablan en muchos de los relatos, los silencios y la música, mucha música.


Según me contó el propio autor en una entrevista que le hice para la Revista Pasar Página, el título y la cubierta o portada: «Aúna todo lo que pretendía mostrar con esta antología. Una calle es el mejor lugar para ver gente, para examinar sus comportamientos, para observar sus gestos. Es un universo de tamaño reducido pero tan infinito en cuanto a caracteres, modos de vivir, de hablar, de comportarse… Además, es una estrofa del tanto Volver, de Carlos Gardel, letra que da para muchos escritos, relatos, etc., si te lo propones.»


En resumen, una delicia de lectura que nos deja con ganas de mucho más. 

viernes, 31 de julio de 2020

Mil besos prohibidos: Mi opinión




A veces las casualidades se hacen cómplices de los deseos.




Sinopsis:

Costanza y Mauro llevaban media vida esperándose hasta que un encuentro imprevisto en la Gran Vía de Madrid volvió a unir sus destinos.

Costanza, recién separada de su marido, abogada en un prestigioso despacho, tenía entre manos la defensa de un importante banquero, una circunstancia que le absorbía todas las horas del día. Mauro, el padre Mauro, acababa de volver de Roma para acometer un trabajo encargado por el arzobispado de Madrid.

Pese a sus circunstancias y con todos los vientos en contra, resucita la historia de amor que Costanza y Mauro vivieron veinte años atrás. Ahora deberán decidir entre dejarse llevar por sus sentimientos o resignarse ante sus contradicciones.

Tras el éxito de Después del amor, obra con la que obtuvo el Premio de novela Fernando Lara 2017, y el reconocimiento de la crítica y los lectores, Sonsoles Ónega nos presenta una magnífica novela de pasiones y luchas internas.

Una novela emocionante, plena de sensibilidad y contrastes, con personajes hechos de contradicciones y pulsiones reprimidas, que conforman esta trama actual, ágil y apasionante.

La autora:


SONSOLES ÓNEGA (Madrid, 1977) ha desarrollado su carrera profesional en distintos canales de televisión. En CNN+ y Cuatro hizo crónica de tribunales y desde 2008 hasta 2018 fue la corresponsal parlamentaria de Informativos Tele5. Desde junio de 2018 presenta el programa Ya es mediodía en Telecinco. Además colabora en Herrera en COPE y en La linterna de Ángel Expósito. Autora de cinco novelas, Después del amor recibió el Premio de novela Fernando Lara 2017.


Mi opinión:

Es una lectura difícil de reseñar. Está bien escrita pero resulta un poco densa. Una historia de amor antigua, dos personas que se vuelven a encontrar, las luchas internas de cada una de ellas y su historia personal en los años que han pasado sin saber casi nada el uno del otro.

Es una novela valiente, porque plasmar lo que puede sentir un hombre que ha prometido mantener celibato y que ve como todo por lo que ha luchado desde sus años de seminarista se viene abajo con una mirada, es complicado y la autora lo borda, la verdad, con una sensibilidad impecable.

Los dilemas morales de Costanza, también muy bien narrados, planteándonos temas tan complejos como la corrupción política y económica, la poca importancia que tiene la verdad a la hora de defender a un poderoso, y lo que más me ha llamado la atención, la libertad de elegir la forma en la que queremos morir, aunque me ha generado muchas dudas que las decisiones que se toman para no hacer sufrir al amor de tu vida, impliquen colgar una losa en la vida de un hijo, y no te importe. Además la situación de la madre me resulta muy poco creíble.

El libro tiene 352 páginas estructuradas en 41 capítulos y un epílogo narrados en tercera persona por un narrador omnisciente. Los capítulos van alternando la vida de cada uno de los dos protagonistas, lo que les va ocurriendo, su historia pasada y sus pensamientos más íntimos. Resulta un poco larga para lo que nos cuenta, hay momentos que tenía la sensación de estar leyendo lo mismo, en los que no ocurría nada.

Como curiosidad, mi suegro se llamaba Aminiano y me parecía que era un nombre rarísimo, tanto como el «Adamino» de esta novela o el «Antidio», personaje real que aparece, en ella, todos con a. Es curioso el amplísimo santoral de nombres extraños que tenemos.

En resumen, una interesante historia de amor, muy bien narrada pero a la que le falta algo para ser una lectura de diez.




miércoles, 22 de julio de 2020

«Próxima estación» : Mi opinión

Autora: Mónica Gutiérrez

Sigrid está a punto de cumplir el sueño profesional de trabajar de conservadora en un museo y, como despedida de su actual empleo, su amiga Ángela la ha reclutado para la convención anual hotelera que este año se celebra a bordo del extraordinario Venice-Simplon Orient Express. Entre ninfas, flores y lámparas Art Decó de la exquisita restauración de los vagones del mítico Express d’Orient, la historiadora atraviesa el corazón de Europa cuando un reencuentro inesperado la hace descarrilar a toda máquina.

A menudo fuera de ruta, atribulada por un lúgubre pianista, el encanto de Ed Sheeran, la inagotable batería de anécdotas de Gilberto, la presencia imponente del señor Rochester, una abogada en crisis y un conejo rebelde, Sigrid comprenderá que es preferible que te rompan el corazón a quedarte sin ningún pedazo que hacer añicos.

Mi opinión:

Leer a Mónica Gutiérrez es un valor seguro. Me gustan todos sus libros, me dejan una sonrisa y un recuerdo imborrable durante mucho tiempo.

Lo primero que me enamoró de este libro fue su portada o cubierta, azul con letras doradas, como el tren en el que vamos a viajar y que trae a mi memoria recuerdos de mi infancia, de las colecciones de libros que tenía mi madrina, gran lectora con una magnífica biblioteca.

Próxima estación puede que sea el menos feelgood de todos los que he leído, y el más romántico, pero da igual, es un placer sumergirse con ella en un viaje en el Orient Express, atravesando el corazón de Europa.

Unos personajes buenísimos, unos diálogos memorables, un poco de historia y la descripción de estaciones tan diferentes como la de París, Milán, Verona, Venecia o Viena. La casualidad ha querido que conozca todas las estaciones menos la de Viena, que debería haber conocido durante el confinamiento en el que se ha publicado esta novela, y me haya visto recorriéndolas nuevamente pero, en esta ocasión, como pasajera del mítico tren  con decoración Art Nouveau.

No me puedo resistir a mencionar algunos de los personajes que me han encantado. El primero, Gilberto, agente de acompañamiento, una enciclopedia sobre la historia del tren, con una sensibilidad especial; Ángela, a la que conseguimos conocer a lo largo del viaje y con la que terminaremos encariñándonos; el gracioso conejo devorador de canónigos; el doble de Ed Sheeran, que arrastra una historia especial, el famoso chef y, por supuesto, Sigrid, la protagonista, que, en esta ocasión, comparte elenco con el propio tren.

Lo dicho, una maravillosa lectura que os llevará a realizar un agradable viaje. El Orient Express os espera en la Próxima estación.



viernes, 26 de junio de 2020

Sexta Planta: mi opinión



Sofía Vega, una estudiante universitaria, aparece medio desnuda y con un fuerte golpe en la cabeza en el parque del Oeste de Madrid. Días después Irene Soto, otra estudiante universitaria, es agredida en el parque del Retiro. Ambos casos guardan ciertas similitudes, lo que hace pensar a la policía que se trata de un asesino en serie. 
El inspector Pardo y su ayudante, la subinspectora López, a lo largo de la investigación policial, irán descubriendo los secretos que se ocultan en el entorno de Sofía Vega.
La historia se sitúa en Madrid y Buitrago de Lozoya, en el mes de octubre de 2018.
Un thriller policíaco con una trama bien tejida, un final inesperado y una prosa nítida y cuidada.
Corrupción política, crimen y secretos familiares son los ejes de esta obra de suspense policíaco.

El autor:

Manuel Navarro Seva nació en Callosa de Segura (Alicante, España), en 1947. Es ingeniero de Telecomunicaciones y escritor. Ha publicado cuentos en diversos foros literarios; en las revistas Panace@, Prosofagia y en su propio blog. Es coautor de los libros de cuentos Atmósferas, Necroslogía, una Antología de la muerte, Del Miedo y otras islas y Algo que me urge contarte; autor de los libros de cuentos Cosas que nunca confesé a nadie, Sobre la sangre derramada, Otras cosas que no te conté, El hámster, El final de algo y La estación; y de las novelas Nevsky prospekt: Diario de un expatriado, Una mujer increíble, Isla Perdida, Desaparecida, No mires atrás, amor, Un verano diferente, La boda y Sexta planta.

Todos sus libros están publicados en Amazon en ebook y tapa blanda.

Ha sido cofundador y miembro del equipo de redacción de la revista literaria Prosofagia, y colaborador de las revistas A golpe de tecla y Making Of Ezine.

Mi opinión.

Es una novela policiaca clásica, con un lenguaje claro y sencillo, como nos tiene acostumbrados el autor.
La trama, aunque parece sencilla, aborda temas muy actuales, como la violencia de género, la corrupción política, el chantaje, la extorsión o la ludopatía.

La investigación se centra en un reducido número de personas entre los que está claro que está el asesino pero Manuel Navarro consigue ir engañando al lector, con giros inesperados y falsas pistas, para mantenernos entretenidos hasta el final.

La ambientación, en lugares muy conocidos de Madrid, es un punto positivo, porque me ayuda a ver a los personajes en lugares por los que yo he paseado.

Los personajes, muy cuidados y muy bien descritos, van desfilando ante el lector para que juguemos, con una investigación paralela, a decidir qué pensamos de cada uno de ellos.

Es, en conclusión, una novela muy entretenida.


jueves, 25 de junio de 2020

Descubriendo a Broad: mi opinión


Sigo a Sara Ventas desde la publicación de Treinta postales de distancia, a la que llegué por casualidad, desde una causa benéfica, y que me encantó. A lo largo de estos años, unas novelas me han gustado más y otras menos, pero es un valor seguro para pasar un rato muy agradable con un libro suyo entre las manos.

A sus dieciséis años, Melissa Grimm ya tiene claras muchas cosas. Entre ellas, que se ha enamorado perdidamente de su antiguo canguro, vecino y ahora también profesor particular de Física: Alan Lowe. El problema no es que se lleven tantos años, ni que su madre empiece a sospechar del asunto, ni que él salga con la odiosa Rebecca... El problema real es que también empieza a sentir algo por Ray Broad, el chico nuevo del instituto y la última conquista de su peor pesadilla en el instituto, Audrey Irwin.
Melissa no entiende por qué ha tenido que fijarse en ellos precisamente, justo los chicos de los que más alejada debería mantenerse.
Tampoco ha pensado en las consecuencias que podría acarrearle participar en ese juego. Aunque ya sea demasiado tarde para replanteárselo.

Mi opinión:

Estamos ante una novela juvenil. Por supuesto que se puede leer a cualquier edad, pero es una novela de adolescentes, contada por adolescentes. Narrada en primera persona por Melissa Grimm, cuenta sus aventuras y desventuras en los meses anteriores y posteriores a sus dieciséis años.

Aunque parezca que es una novela sencilla y sin pretensiones, aborda temas muy actuales, presentes en nuestra juventud y muy preocupantes, como son el acoso escolar y el consumo de alcohol a edad temprana.

Las historias de esos primeros amores, que idealizamos, los primeros desengaños, los celos, las amistades rotas, una protagonista que se mete en un lío tras otro, la relación con los padres y con los hermanos, todo nos lo va contando Melissa de una forma muy natural, con un lenguaje muy cuidado que nos trasmite la forma de hablar y de comunicarse de los adolescentes.

Como ya hemos visto en otras obras de la autora, utiliza la comunicación «epistolar» entre sus protagonistas, en esta ocasión, a través de mensajes de wasap.

Todos los personajes están muy bien perfilados, los buenos, los malos y los odiosos, y me ha encantado que, con mis sesenta años, haya empatizado mucho más con Melissa que con su madre.

El final de esta reseña iba a ser que me ha parecido un poco precipitado el desenlace, pero me acabo de enterar que es la primera parte y que tendrá una continuación. Aunque no soy muy amiga de segundas partes, habrá que ver el giro que da la autora a esa nueva novela.

Reseña original publicada en el número 28 de la Revista Pasar Página