domingo, 21 de marzo de 2021

Nicole en el espejo: Mi opinión

Autora Kate Danon: http://katedanon.blogspot.com/

Sinopsis:

Catherine Beckett, hija del conde de Bellshire, ha perdido a su hermana gemela, Nicole, en un desafortunado accidente. O eso parece. Con asombro, Catherine descubre que su hermana se le aparece en el reflejo de un espejo para revelarle que, en realidad, ha sido asesinada. Ahora, la necesita para encontrar al culpable, pues solo así podrá liberarse y proseguir su viaje… Catherine, dispuesta a ayudar a su hermana como sea, recurrirá a un hombre que parece conocer todos los secretos de la alta sociedad londinense, Arrow, un periodista sin escrúpulos capaz de cualquier cosa para llevar a cabo una venganza personal que arrastra desde hace tiempo. Ninguno de los dos está preparado para la atracción que surge entre ambos desde el principio. Juntos, tratarán de averiguar quién mató a Nicole y por qué, envueltos en una trama llena de misterio, falsas identidades y mentiras. En el camino, se dejarán llevar por la pasión que arde en sus corazones y descubrirán el poder del amor en sus muchas facetas. Se darán cuenta de que, a veces, ese sentimiento puede trastocar cualquier vida, elevarte a las más altas cimas de la felicidad, o hundirte para siempre en tu propio infierno.

Mi opinión:


Conocí a Kate Danon con El secreto de Malcolm, con el que se presentó al Premio Literario de Amazon. Me pareció una magnífica obra romántica.

Ahora, con Nicole en el espejo, me ha vuelto a cautivar la forma de escribir de esta autora, que te introduce en la época en la que se desarrolla la trama, el Londres victoriano, con una sencillez muy de agradecer, sin grandes descripciones pero consiguiendo que te sumerjas en la historia y en su entorno. Una época en la que los convencionalismos sociales, el papel de las mujeres y el honor, estaban por encima del bien y del mal.

La investigación de la muerte de Nicole y una tórrida historia de amor, nos irán absorbiendo página a página.

Unos toques paranormales muy bien resueltos, los secretos inconfesables de la alta sociedad, el amor, los celos, la investigación, el misterio y la ambientación, conforman esta original historia.

En cuanto a los personajes, además de los dos protagonistas, Catherine y Derek, me ha gustado muchísimo la marquesa viuda de Hartington, aunque todos los secundarios son un lujo en esta novela, pero prefiero no hablar de ellos para no hacer ningún spoiler.

Está narrada en tercera persona pero hay unos cuantos capítulos, no numerados, que narra Nicole en primera persona y nos ayudan a entender sus sentimientos y la conexión que existe con su hermana gemela.

Como curiosidad, al haber visto recientemente la serie de televisión Bridgerton, no he podido evitar que, en mi mente, el marqués de esta historia fuese el duque de la otra historia.

Una lectura muy recomendable.

miércoles, 17 de marzo de 2021

«En tus zapatos»: mi opinión.

 


La autora: 


Beth O'Leary (Londres 1992), se graduó en Lengua Inglesa antes de dedicarse a la edición de libros infantiles. Su debut literario, el best seller internacional Piso para dos (Suma de Letras, 2019), ha sido traducido a más de treinta idiomas y ha conquistado a miles de lectores en todo el mundo. En tus zapatos es su segunda novela.



Sinopsis:

Leena Cotton es infalible, pero ha metido la pata. Sus jefes le ordenan tomarse dos meses de vacaciones y, agotada, decide escapar de la humeante Londres.

Eileen Cotton es imparable, pero acaba de quedarse soltera a sus setenta y nueve años y no hay (a primera vista) ningún soltero adecuado para ella en Hamleigh, su pequeño pueblo.

Al enterarse del problema de su abuela, Leena propone una solución drástica: durante ocho semanas, Eileen se irá a Londres a buscar el amor mientras ella se ocupa de todo en Hamleigh y aprovecha para desconectar.

Sin embargo, Leena se las tendrá que ver con marabuntas de pensionistas y el insoportable (pero muy atractivo) profesor del pueblo; y tal vez las webs de citas y los hípsters londinenses puedan con Eileen. Las Cotton están a punto de descubrir que vivir la vida de otra persona no es tan sencillo como creían..., pero quizá sea justo lo que necesitan.

Mi opinión:

Esta novela llegó a mí a través de una amiga. Me gustaron la portada y la sinopsis y comencé a leerla. Me la he acabado en tres días, y eso que la estaba alternando con otra lectura, que ha terminado en un segundo plano.

Una historia que abordas con una sonrisa, a pesar de tocar temas muy profundos como las relaciones entre madres e hijas, la diferente forma de asumir y asimilar una pérdida, el sentimiento de culpa, los malos tratos psicológicos, el abandono, la soledad o la vejez.

Una lectura llena de esperanza que nos muestra que nunca es demasiado tarde para cambiar, para encontrarte contigo misma, para descubrir a tu verdadero yo, para realizar ese sueño que los acontecimientos te obligaron a postergar muchísimos años…

Me he enamorado de la abuela Eileen, de su forma de beberse la vida, de su calidez, sus abrazos, su sabiduría…

Me he sabido poner en la piel de Leena, sus sentimientos encontrados y su forma de enfrentarse a ellos.

Todos los personajes son entrañables, todos nos darán una lección de vida y acabaremos la lectura precipitadamente, porque no habremos podido dejarla, con una sonrisa en los labios y la sensación de haber pasado unas vacaciones en Hamleigh, un pueblo maravilloso de la campiña inglesa, a dos horas de Londres, que nos ha hecho olvidar los duros momentos que estamos viviendo y recordarnos la importancia de la comunidad y la familia.

La autora describe personas y paisajes maravillosamente, con un lenguaje sencillo, divertido, en capítulos cortos, narrados en primera persona por abuela y nieta, alternativamente.

Una novela que enamora. Muy, muy buena.

jueves, 11 de marzo de 2021

Carta a mis padres por el cumple del blog



Queridos papis, os cuento.

Ayer cumplió años este blog, pero fue un día tan convulso políticamente, que no tuve tiempo de sentarme a escribir. Me sigue gustando la política, que no los políticos, y estuve pendiente de la sinrazón que se ha instalado entre los que nos deberían representar.

Muy lejano queda ya ese 10 de marzo de 2013 en el que comencé a escribir las cosas que se me iban ocurriendo y que me apetecía compartir con otros.

Años después, llegó la revista Pasar Página, entró en mi vida como un ciclón y me hizo «abandonar» un poco este rincón, más íntimo, más discreto, pero muy importante, sobre todo, porque es el que utilizo para contaros, con estas cartas, lo que va sucediendo en mi vida.

Hoy conmemoramos un triste aniversario, el 11M. ¿Lo recuerdas, papá? Creo que fue la última vez que te vi llorar. Nadie podía presagiar que, unos meses después, el cáncer acabaría con tu vida. Se que también lloraste viendo en la televisión la manifestación del pueblo de Madrid, tanta gente conteniendo la rabia, mojándonos en un silencio absoluto, solo roto por las voces que gritaban «no está lloviendo, Madrid está llorando», porque llovía y mucho, pero no nos importaba. Tristes recuerdos.

También quería contaros, porque no todo van a ser tristezas, que el martes llevé a Victoria y a Almudena, por primera vez, al Museo del Prado y les gustó la visita mucho más de lo que yo esperaba.

Las Meninas eran nuestro objetivo, pero caminamos un buen rato parándonos en los cuadros que más les llamaban la atención, por los vestidos, porque tenían un bebé, un caballo, un perro o mucho colorido.

Curiosamente, el que más les gustó, La Anunciación de Fra Angélico, con esas grandes alas doradas, que estuvieron contemplando varios minutos.

El virus sigue aquí con nosotros, no se ha ido, las mascarillas y los geles hidroalcohólicos se han instalado en nuestras vidas, mientras esperamos una vacuna que nos permita socializar un poco.

No creáis que nos hemos conformado con esta forma de vida, yo al menos no lo he hecho. Me enfado, pataleo mentalmente cuando veo gente que se debe creer inmortal y se salta las más elementales normas para luchar contra el covid, y busco pequeñas cosas que me puedan hacer feliz. Mis nietas son las que más felices me hacen, para que os voy a engañar. Cómo os comprendo ahora, cuando recuerdo lo que compartíais con mis hijos y lo que lo disfrutabais.

Bueno, no me quiero poner ni triste ni ñoña,  escribiros me parecía la mejor forma de homenajear este blog que tantas alegrías me ha dado y espero que me siga dando.

Un millón de besos, espero que lleguen todos a vuestra estrella sin perderse ni uno.

 



domingo, 7 de marzo de 2021

Los Goya desde mi butaca

 



«Para vivir la vida hay que mirar al futuro y, para entenderla, mirar hacia atrás» (Antonio Banderas).

Un año más, vuelvo a escribir las impresiones que me ha producido la ceremonia de los premios Goya del cine español.

Me alegra, por una vez, poder hacer una crítica positiva de esta 35 edición que pudimos contemplar anoche.


El teatro Soho de Málaga fue el escenario para una ceremonia sin público, que convirtió a la orquesta sinfónica de Málaga en una de las grandes protagonistas, junto a la emoción, la sobriedad, el homenaje y el recuerdo.

En un año en el que las pantallas de ordenadores y teléfonos se han convertido en indispensables en nuestras vidas, el cine ha sabido unirse con una gala vía zoom, en el que casi todos estaban, como nosotros, en los salones de sus casas.

No ha habido, casi, alfombra roja, y no la hemos echado de menos, no ha habido, casi, discursos políticos, y no los hemos echado de menos, no ha habido chistes, y no los hemos echado de menos. Eso sí, hemos vivido en primera persona la emoción de los premiados y la cara de pena de los perdedores, rodeados, en la mayoría de los casos, de sus parejas y sus familias.


Antonio Banderas, en su correctísimo discurso de presentación, quiso homenajear a las miles de personas que viven del cine y que nunca veremos encima de un escenario, pero que lo están pasando muy mal con el parón de la industria cinematográfica, también fue muy emotivo el minuto de silencio por todas las víctimas de esta pandemia, y el sentido In memoriam con la voz de fondo de Vanesa Martín, arropada por una maravillosa orquesta.

Desde el homenaje a Berlanga, en el año que se cumple el centenario de su nacimiento, las versiones, con más o menos acierto, de La violetera y Happy Days Are Here Again (Los días felices han vuelto), el ballet que recibió a una elegantísima y emocionada Ángela Molina para recibir el Goya de honor, todo fue bonito.

Hubo muchos guiños que no pasaron desapercibidos: El elenco de directores que, en lugar de dar los grandes premios, entregaron esos pequeños que llamamos técnicos, en los que no nos fijamos, de los que no hablamos, pero tan necesarios en una película: maquillaje, vestuario o peluquería, sonido y efectos especiales, entre otros.

El PREMIO con mayúsculas, el que homenajea a la mejor película, lo entregó, en nombre de todos los sanitarios, Ana Ruíz, una enfermera que quiso hablar en su discurso del poder sanador del cine, de la cultura «Hoy es la noche del séptimo arte, uno de los grandes cuidadores del prójimo y que ofrece cuidado y consuelo al espectador. Déjense cuidar».

Como seguidora de Los Goya, año tras año, edición tras edición, tengo que dar mi enhorabuena a Antonio Banderas y María Casado, por la dirección y presentación de esta gala virtual, y a todos los técnicos que la hicieron posible.

No voy a decir la lista de premiados, la podréis encontrar en cualquier periódico, solo voy a citar la película ganadora, Las niñas dirigida por Pilar Palomero, desde aquí, mi enhorabuena.

En una gala en la que lo que más me ha dolido ha sido el silencio tras la entrega de cada premio, la
ausencia de aplausos, hago mías las palabras con las que acabó Antonio Banderas, «recordemos esta gala como la que encendió la llama de la recuperación»


Que no, que no de Rozalen (La boda de Rosa): https://youtu.be/CsnTVgXFOn8