lunes, 30 de mayo de 2016

Un sábado especial

Ayer comenté que había sido un día intenso que no tenía tiempo de resumir.
La mañana empezó compartiendo un café muy especial. Habíamos quedado el grupo del club de lectura “Tardes en Sepia” para acompañar a Antonia Corrales que firmaba ejemplares en la caseta de Ediciones B en la Feria del Libro.
Sobre la Feria ya escribiré una crónica, pero esto era especial porque Antonia es amiga y pertenece al club.
Como digo, habíamos quedado para tomar café, no en cualquier sitio, si no en la cafetería que hace esquina entre Menéndez Pelayo y Sainz de Baranda, porque en la iglesia de enfrente iba a tomar su Primera Comunión Alberto, un niño especial para todas, el hijo de Gema, nuestra presi.
Cuando Gema nos dijo que se iba a pasar con él para que le pudiésemos dar un beso, yo me lo tomé a broma, pero cumplió su palabra. Alberto estaba feliz, su padre muy guapo y Gema, como es ella, con su sonrisa permanente y sus taconazos.
Dejamos a Alberto con sus compañeros y nos fuimos hacia El Retiro.
Antonia ya había llegado, con Andrés, su marido. Todo fueron saludos, besos, cientos de fotografías y firmas de sus libros, muchísimas firmas y paraguas rojos.
Hicimos corrillos en los que hablamos de todo, nos tuvimos que guarecer de la lluvia que sólo duró cinco minutos, nos reímos haciendo la “foto Martini” y así pasó rápido una intensa mañana.
De vuelta a casa, comida con mis hijos, con mis nietas. No podéis imaginaros lo que disfruté. Manuela se nos está haciendo mayor y con sus seis meses ya se sentó en la trona a merendar, y cogía todo lo que estaba a su alcance en la mesa.
Victoria ha aprendido a tratarla, y la da besos y abrazos con ternura, sin que su prima ponga cara de susto.
Charlamos, hablamos de futuro, y nos reímos con las dos enanas que se han convertido en protagonistas de nuestras reuniones.


Cuando ya se fueron todos, incluida mi sobrina Ari que siempre se apunta a estas citas familiares, recogimos muy por encima Juancar y yo y nos fuimos a casa de mi hija a ver la final de la Champion.
La verdad es que yo estuve casi todo el tiempo jugando con Victoria, que no consintió en acostarse, aunque se asustó con los gritos del gol del Madrid y con el grito que dieron cuando el Atleti falló el penalti.
Cuando acabó, con prórroga y penaltis incluidos, nos hicimos una foto para la posteridad. La niña estaba más espabilada que yo, con una capacidad de aguante que es increíble.
Para mí fue una victoria con un puntito triste, por la cantidad de amigos que me consta estaban pasando un mal rato, algunos desplazados a Milán. Pero es lo que tiene el deporte, unos ganan y otros pierden.
Como siempre que el Madrid levanta un título, me acuerdo de mi padre y de lo que disfrutaba con su equipo.

En fin que no fue un sábado cualquiera, sino uno que recordaré por muchos motivos. 

viernes, 27 de mayo de 2016

Mujeres de Agua: Mi opinión


“Mujeres de Agua” y de  Antonia J. Corrales.

La Antonia mujer es buena persona, amiga de sus amigos, dispuesta siempre a ayudar a sus compañeros, enamorada hasta la médula de su marido, madraza y defensora de los animales y de la naturaleza.

La Antonia escritora es autora de los siguientes libros:
"La décima clave", "Epitafio de un asesino", "La levedad del ser", "En un rincón del alma", "As de corazones"  y "Mujeres de Agua"
Los he leído todos y me han gustado todos.
Los relatos a los que da nombre “la levedad del ser”, me impresionaron hasta el punto de que, a partir de ese momento,  me empecé a interesar por esta forma literaria que me había pasado desapercibida.
“La décima clave” y “Epitafio de un asesino”, de intriga, me parecen fabulosos. Discutimos entre sus fans y con ella misma, sobre cuál de los dos nos gusta más. Yo personalmente me inclino por La décima clave.
As de corazones es el que menos me ha gustado, pero es un buen libro, aunque a mí no me caló hondo.

Sobre el libro “En un rincón del alma”, está todo dicho. Es precioso. Ha conseguido ir más allá de la literatura, y ha unido a mujeres de todo el mundo bajo un paraguas rojo, un paraguas protector, que empezó con Jimena, la protagonista del libro. Jimena fue la primera Mujer de agua, o, mejor dicho, Antonia, su creadora.
Con el aval de más de 1300 días en el top 100 de Amazon y más 65000 copias vendidas, es un libro que hay que leer, imprescindible.
Ahora ha cumplido su promesa y ha publicado “Mujeres de Agua”, la continuación de “En un rincón del alma”.
Suele ser escurridiza con las presentaciones y los eventos, pero sus amigas y lectoras, conseguimos pasar una maravillosa tarde de septiembre con ella, charlando de su nueva novela, de la vida y de la forma de colocar las perchas en el armario.
Nos firmó ejemplares de sus libros en papel, hicimos fotos, muchísimas fotos y volvió a su retiro.

Ahora, unos cuantos meses después, Ediciones B ha publicado su libro en papel. Lo he leído con mimo, casi segura de que no podía gustarme más que el primero, y me he equivocado.
Me ha gustado muchísimo, he disfrutado de cada página y por eso he decidido hablar sobre su autora, y sobre su novela, para compartirlo con los que me leéis.

Sinopsis:

“Bajo la protección de un paraguas rojo, Mena, Remedios y Amanda caminan juntas en las páginas de esta conmovedora historia para demostrarnos que la amistad, el amor, la superación personal, y las ganas de seguir adelante son la clave de la felicidad. Nos enseñan, con cada uno de sus actos, que todas las mujeres de agua son fuertes y valientes. Mujeres de agua es como la vida: un hola y un adiós; jamás un dejarse estar”.

Mi opinión:

Pongamos en una ensaladera hecha con prosa sencilla, todas las clases de amor posible, de padres a hijos y viceversa, de esposos, de amantes, de novios, de amores prohibidos, de amores dañinos, de celos. Mezclémoslo bien con la amistad con mayúsculas, la añoranza de lo que no volverá, el recuerdo, el afán de superación, las segundas oportunidades y la violencia machista. Aderecémoslo con el esoterismo justo para ser creíble a los incrédulos. El resultado, una novela maravillosa, capaz de hacernos llorar, sonreír y enternecernos a partes iguales.

Es la continuación pero no es necesario haber leído la primera para entender ésta, aunque, si se piensan leer las dos, yo recomendaría hacerlo en el orden en el que se han escrito.
Insisto, es preciosa, merece la pena leerla.
Y acabo con una frase que Antonia ha hecho famosa:

"Se te quiere, reina"




jueves, 19 de mayo de 2016

"Nada será igual": Mi opinión.

No sé si he contado en otras ocasiones cómo conocí a Mercedes. Estábamos mi amiga Marisa y yo en una presentación en La Casa del Libro y se acercó a nosotras preguntándonos si éramos escritoras o lectoras. Nos dio su tarjeta, con foto, y nos contó que estaba casi recién llegada a Madrid, después de muchos años viviendo en Barcelona.
Esa misma noche nos hicimos “amigas” en Facebook y comenzamos a intercambiar comentarios de libros.

No podíamos imaginar entonces hasta donde llegaría nuestra amistad, nuestra complicidad, nuestra camaradería. Todo ello gracias a un club de lectura, “Tardes en sepia” que, cómo ella misma dice siempre, tiene de todo menos de club de lectura y a Gema, nuestra presidenta por aclamación, que es nuestro nexo de unión.

Y ahora voy a hablar del libro protagonista de esta entrada “Nada será igual”


Año 1981. La vida en la Brigada Judicial con el Comisario Salgado al frente, se halla desbordada de trabajo. La investigación por el asesinato de una maestra recae en las inspectoras Candela y Virginia, sin embargo, un pederasta irrumpe en la vida de Virginia, que no logra que los padres denuncien al culpable. Con ayuda de Candela inician una investigación por su cuenta que repercutirá en su trabajo cotidiano bajando el rendimiento. La investigación sobre la muerte de la maestra se cierra poniendo a disposición un culpable, en contra del parecer de las inspectoras. Por otra parte, el contrabando de armas y droga en la Playa del Somorrostro de Barcelona, que investigan Manel y Diego, traerá consecuencias devastadoras para la Brigada, en una España secuestrada durante unas horas por un Teniente Coronel de la Guardia Civil.


Mi opinión:

Este es el libro que más le ha costado escribir, precisamente porque la Mercedes que lo empezó, no tenía mucho que ver con la que lo acabó.

Todo autor vuelca su vida en sus obras, de una u otra forma, no lo puede evitar. Y el cambio que ella dio a la suya, afectó a su novela más de lo que le hubiese gustado, hasta el punto de que hayan transcurrido casi cuatro años desde que lo comenzase hasta que ha visto la luz.

Por esta razón lo he leído más despacio que los anteriores, cuidando los detalles para no caer en la crítica fácil de una amiga.

Me ha parecido diferente por un motivo principal, la trama policiaca, que la hay, con dos asesinatos y su correspondiente investigación, ha supuesto para mí un segundo plano en la lectura.

Se ha volcado en los personajes, en sus vivencias, sus sentimientos, sus frustraciones, sus fallos, las envidias, las prepotencias, los que no quieren que nada cambie o no les interesa, los pactos por una amistad mal entendida y, nuevamente, la corrupción policial.

Sin entrar en juicios políticos, innecesarios, repasa lo que pudo vivirse en diferentes estamentos policiales de Barcelona y de Madrid la noche del 23 de febrero de 1981, los días previos y los posteriores en los que, afortunadamente, no cambió nada.

El resultado es una novela policiaca en la que da un poco igual saber quiénes son los asesinos, porque lo que realmente te tiene intrigado es lo que pasará con Salgado, Manel, Diego, Virginia y, por supuesto, con Candela, teniendo como telón de fondo una investigación policial, totalmente creíble, con fallos y aciertos.

Es, en resumen, una buenísima historia que va a gustar a los amantes del género y a los que buscan una buena lectura.