jueves, 24 de diciembre de 2015

Carta a mis padres

Queridos papis:
Os escribo antes de que nos reunamos en torno a la mesa para la cena de Nochebuena.
Vamos todos a casa de Almu y Víctor, todos, todos, o sea que la alegría, los villancicos y las bromas están aseguradas.
El año pasado tuve que poner en la balanza lo bueno y lo malo que me había ocurrido, para decidir si había sido o no, un buen año.
Esta vez no tengo que poner balanza. El 2015 quedará como uno de los más felices de mi vida porque han nacido Victoria y Manuela.
Victoria vino en enero, el mes de su papi, su abuelo y su tío Carlos. La habríais querido desde el primer momento. Nos tiene a todos enamorados, por su simpatía y su sonrisa.
Cuando la pequeñaja tenía sólo dos meses, nos anunciaron que en noviembre iba a venir otro bebé a la familia, una primita.
Aunque la esperábamos para el día 30 de noviembre, decidió que no quería esperar tanto y se adelantó. También coincide con un mes de muchos cumpleaños, el de Fátima, el de su tía Almu y el mío.
Es muy chiquitita, una pizquita que  nos tiene a todos pendientes de que vaya ganando gramos y se convierta en un bebé rechonchete al que poder achuchar con todo nuestro amor.
No es que este año no hayan pasado más cosas, pero estas dos personitas han llenado tanto espacio que han tapado lo demás.
Vuestros nietos son felices y nosotros con ellos.
Arí tiene trabajo, rodeada de niños, está feliz.
Los míos han cambiado de trabajo, buscando mejorar, probar lugares diferentes, tener experiencias en otros campos.
Estaríais orgullosos de los tres.
Yo os echo mucho de menos, porque os imagino disfrutando de este momento tan dulce que yo estoy viviendo, pero así es la vida, no se puede tener todo.
Por lo demás, todos estamos bien. Procuramos hacer comidas familiares para reunirnos, porque, en este tiempo de locos, cada vez es más complicado coincidir.
En vuestra casa viven unos estudiantes muy majos, hemos sido incapaces de deshacernos de ella, aunque vuestros recuerdos los tenemos todos nosotros, repartidos. Mamá, nunca he tenido tantos jarrones y me quedé con las fuentes de la abuela, pero no creas que sólo de adorno, que las he usado alguna vez que he hecho una comida especial.
Este año, he puesto el Árbol de Navidad en alto, porque Victoria, aunque no camina sola, se recorre toda la casa apoyada en las paredes y no quiero que se lo eche encima. Al Nacimiento todavía no llega, o sea que ocupa su lugar de siempre.
Bueno, no me enrollo más.

Ya sabéis que estáis conmigo, que me acompañáis cada día pero, sobre todo, en Navidad.
Un beso muy grande de vuestra hija.

lunes, 21 de diciembre de 2015

Mis lecturas de 2015

Mis amigos escritores y blogueros, que leen muchísimo, hacen listas con los libros que más les han gustado en el año.
Yo voy a comentar los que he leído:

Palmeras en la nieve de Luz Gabás: Una gran historia que transcurre a lo largo de tres generaciones. Muy buena. Deseando ver su adaptación al cine.

La trampa de Mercedes Gallego: Me gustó, me cae muy bien Candela Luque pero Ramona Cano en “El asesino del ajedrez” dejó el listón muy alto.

La Isla Perdida de Manuel Navarro: Fue un libro que me impactó, no me lo esperaba. Me pareció un argumento muy original y con una forma de escribir muy sencilla. Me gustó mucho.

La chica de las fotos de Mayte Esteban: Me pareció una novela muy agradable, de las que lees con una sonrisa y te da pena que se acabe.

Los muertos no aceptan preguntas de Antonia Romero: Me ha gustado mucho. Secretos, amor, maltrato y algún que otro espíritu.

El medallón de la magia de Mayte Esteban: A pesar de estar catalogada como literatura juvenil, disfruté mucho leyéndola. Diría que es para cualquier edad.

El Manuscrito 2 de Blanca Miosi: Ya me había gustado El Manuscrito 1 y éste no me decepcionó.

Mujeres de agua de Antonia J Corrales: La mejor lectura del año.
http://ags59.blogspot.com.es/2015/11/mujeres-de-agua.html

Pepe Pepino de Maria José Moreno: Qué cuento más tierno, que además siempre tendrá el honor de ser el primero que le compré a mi nieta Victoria y que le dedicó su autora. Entrañable.

La primera tarde después de Navidad de Marta Rivera de la Cruz: Este es otro cuento que compré para mi nieta y que todavía está pendiente de la dedicatoria por su autora. Como todo lo que escribe Marta, precioso.

La sonata del silencio de Paloma Sánchez Garnica: Diría que es una lectura imprescindible. Es el único libro que he leído de esta autora, pero es impresionante. Me ha gustado muchísimo. Deseando ver la adaptación televisiva.

Treinta postales de distancia de Sara Ventas: Este es otro de los que se lee con una sonrisa y te gustaría que la historia siguiese.

Un amor para Rebeca de Mayte Uceda: Me pareció demasiado descriptivo, una guía de viajes no habría sido tan completa. Está muy bien escrito, pero a mí me resultó pesado.

Vuelve a decirme por qué no debería hacerlo de E.M.Lledri: con éste he acabado el año, porque aunque empiece otro, seguro que no lo termino antes de que comience el 2016. Me ha gustado mucho, le dediqué una reseña.
http://ags59.blogspot.com.es/2015/12/vuelve-decirme-por-que-no-deberia_21.html

No sería justo que no mencionase los relatos que me han regalado en sus blogs o en facebook, durante todo el año, Maria José Moreno y Pilar Muñoz. Todos preciosos.
Una mención especial al relato “Oasis de arena” de Mayte Esteban, precioso, que me fue gustando párrafo a párrafo y que, una vez terminado, me regaló dedicado. Todo un detalle.


Tengo que decir que desde que leo autores españoles, la mayoría no muy conocidos, que llegan a mí porque se van recomendando unos a otros, no suele decepcionarme ningún libro.

FELIZ NAVIDAD

sábado, 19 de diciembre de 2015

Vuelve a decirme por qué no debería hacerlo: Mi opinión

Haciendo caso a mi amiga Antonia Corrales, voy a hacer, a mi manera, la reseña de algún libro de los que leo, eso sí, solo si me ha gustado. No busquéis en mi blog críticas negativas porque no las vais a encontrar.
“Vuelve a decirme por qué no debería hacerlo” de E.M.Lledri.
Sinopsis:
El cadáver de un turista inglés es hallado flotando en las aguas del río Eisbach en Munich. Sin embargo, una muerte que se anuncia como accidental, no parece serlo cuando Lothar Heim, un sofisticado ejecutivo del mundo del automóvil, es encontrado en el lugar de los hechos.
Aunque en apariencia el caso parece sencillo, las piezas comienzan a no encajar cando aparecen en escena INTERPOL y Kristín Isikawa, una atractiva mujer que afirma conocer la verdad sobre lo ocurrido.
A través del interrogatorio, y los recuerdos de los protagonistas, la trama se va desvelando y deja al descubierto la verdadera relación de Kristín con Lothar, así como su auténtico papel en una compleja conspiración de mentiras y falsas apariencias, de muerte y amor.

Sobre su autor poco puedo decir. Es el pseudónimo elegido por las creadoras, que lo inventaron al azar mezclando las letras de sus nombres y apellidos.
Es su primera novela. Hasta ahora habían escrito tres relatos cortos “En el traje de Eva”, “Desde aquel día” y “Recuérdalo”.
En palabras de sus autoras, pensaron en un argumento y en un tipo de novela, romántica con intriga, que les gustase leer a ellas.
Con una complicada técnica, en la que el argumento fue dividido en capítulos y luego en escenas, que se repartían, cada una escribía la escena que le había tocado para luego intercambiarla tantas veces como fuese necesario para que, con los retoques de la otra, quedase a gusto de las dos.
Lo conseguido ha sido un libro buenísimo, que atrapa desde su primera página en una trama en la que nada es lo que parece, totalmente imprevisible.
Pongamos en una ensaladera unos protagonistas guapetones, con mucho que ocultar, viviendo una historia de amor con mayúsculas. Aderecémoslo con una investigación policial, interrogatorios, chantajes, obsesiones y depravación. Y antes de unir todos los ingredientes, añadamos unas gotas eróticas, encajadas con tanta elegancia que a nadie le puedan molestar.
Por ponerle alguna pega, el nombre de la ensalada es muy largo, deberían de haber elegido un título más fácil de memorizar.

El resultado: Magnífico. No podéis dejar de leerlo.

Crónica de una presentación: "Vuelve a decirme por qué no debería hacerlo"



 Cuando Emiliana, mi enfermera favorita, me dijo que había escrito un libro, no me lo podía creer. Cuando me contó que lo había hecho “a cuatro manos” con su amiga y compañera, Elena, me quedé perpleja.
La editorial Divalentis había creído en su novela, y la iba a publicar en papel.
Pero a mí me apetecía que su presentación no se quedase en una más y le ofrecí la ayuda de la que disponía: Presentarles a la escritora Mercedes Gallego para que colaborase con ellas y pedirle a Gema, presidenta del club de lectura “tardes en sepia” que propusiese trasladar a este acto la habitual reunión de los viernes.
Ayer acudí al Espacio Ronda ilusionada y nerviosa, quería que todo saliese muy bien.
La sala estaba llena de familiares, amigos, compañeros de trabajo, lectores…
El representante de la editorial, agradable y cercano, Mercedes hizo una exposición del libro tan buena, con su habitual humor, que dejó a los asistentes con ganas de más y las autoras desgranaron lo poco que se puede contar sin desvelar nada de la trama.
Rompimos en aplausos y comenzó una larga fila de espera para las firmas y las fotos.
Se hicieron agradables corrillos de conversación, acompañados de un vinito dulce y unas galletas.
Al final, dos horas después de haber llegado, nos tuvieron que echar.
En el recuerdo quedará una tarde inolvidable y espero que el principio de una larga carrera literaria.

Felicidades Emiliana y Elena.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Cada noche (microrrelato)


Salen sigilosamente de la habitación de sus hijos.
Ella apaga todas las luces, él cierra con  llave  la puerta blindada.
Ya en la cama, la abraza con ternura pensando en la habitación vacía que visitan cada noche.

Sabe que ella no superará nunca ese terrible accidente.

domingo, 8 de noviembre de 2015

GEMELAS


Compartir es una palabra que aprendemos y enseñamos, desde niños.
Pero muy pocas personas tienen la suerte de compartir su vida desde el momento en que las concibieron, sólo los hermanos gemelos.
Mi hermana y yo no nos parecemos nada, somos la excepción de muchas reglas, dicen que un caso raro en los embarazos gemelares, pero estamos unidas por unos lazos que sólo otros gemelos entienden.
Fuimos durante dos años y unos meses, las reinas de la casa, las primeras hijas, las primeras sobrinas, las primeras nietas. Luego vino Edu a quitarnos un poco de protagonismo y a aliarse con mi hermana en cuanto tuvieron claro que dos hacían más fuerza.
Porque yo siempre he sido muy dominante, siempre lo he reconocido y me ha gustado el papel que la naturaleza me ha reservado y que me he encargado de perfeccionar.
Tener a una compañera de clase que se va a casa contigo, que no se cambiará de barrio, que te ayudará en las dudas de los deberes, es algo único.
No compartíamos mucho en los estudios. Ella era la hermana del memorión, yo la que me preparaba los exámenes a fuerza de “codos”. A mí me gustaban la Historia y la Filosofía, a ella la Física y la Química, yo estudiaba en silencio, ella con música pero,  aún así, nos ayudábamos y nos complementábamos.
Fuimos creciendo y la vida nos separó físicamente, porque me casé muy joven y, durante unos años, ella era la estudiante y yo la esposa y después la madre, llevábamos vidas diferentes.
Todavía recuerdo los nervios que pasé el día de mi boda porque mi hermana no llegaba, habían pinchado una rueda, y para mí era un drama, no me podía casar si ella no estaba. A ella le di mi ramo y mi primer beso de “mujer casada”
Años después, mi hija le daría el ramo de novia a su hija.
No tuve ninguna duda en quién tenía que ser la madrina de mi primer hijo, me acompañó en mis dos partos, como médico no le ponían ninguna traba para estar presente. También estuvo conmigo en el quirófano en un problema que tuve  y en el que “impuse” la presencia de mi hermana.
Le ayudé a preparar su boda con la misma ilusión que preparé la mía, y la disfruté muchísimo.
Por culpa de su trabajo, muy esclavo, Ari, su hija, se crió durante el día en mi casa, junto a sus primos, como una más de la familia.
Han ido pasando los años, hemos sufrido ante la adversidad, cuando enfermaron nuestros padres, cuando murieron. También hemos disfrutado al estar juntas. Ya lo conté en otra entrada, los sentimientos cruzados deshaciendo la casa familiar.
Lo hemos pasado muy bien con nuestros hijos. En sus celebraciones, sus bodas, la graduación de Arantxa, las tardes de los viernes de compras, aunque no haya que comprar nada, el gimnasio, que ella se toma en serio y yo no, las Navidades, en las que yo trabajo más que nadie, pero también disfruto más que nadie, y le obligo a cantar y se ríe como ningún otro día en el año, porque ella canta bien y yo muy mal.
Hasta el momento de ver por primera vez la carita de mi nieta, lo compartimos, porque el destino quiso que mi marido tuviese el coche en el taller y se había ido a recogerlo cuando llegó la esperada llamada, y no dudé en decirle a mi hermana que  me llevase al hospital.

Y paro, porque podría seguir escribiendo, que me gusta mucho enrollarme y sólo quería contar lo maravilloso que es tener una hermana gemela, que hoy está de guardia y por eso no hemos podido soplar las velas juntas y que va a llorar cuando lea esto, que va dedicado a ella, porque si no os lo he dicho todavía, es mucho más llorona que yo.

Gracias hermanita, por estar ahí.

jueves, 29 de octubre de 2015

Haciendo cola



En estos días de otoño, la Gran Vía de Madrid está viviendo unas colas, otros dicen filas, interminables, por la apertura de la tienda Primark.
Leo en prensa y en las redes sociales la indignación de mucha gente por estas colas.
Hay dos tipos de indignados:
Los que basan su enfado en que esta firma de ropa irlandesa tenía uno de sus proveedores en el edificio siniestrado de Bangladesh.
Y los que se quejan de que haya tanta gente consumista.
Sobre lo primero me parece gravísimo lo que pasó en Bangladesh, pero llevaba mucho tiempo ocurriendo en muchos sitios y sigue ocurriendo en la actualidad. Esta semana, sin ir más lejos, hemos sabido que Inditex está siendo investigado en Brasil por utilizar niños en sus almacenes.
La esclavitud existe y dejar de comprar en Primark no va a hacerla desaparecer.
El que los gobiernos apuesten por dar más ayudas al llamado Tercer Mundo, para que sus niños y sus mujeres, sobre todo, no tengan que estar abocados a este tipo de trabajo, eso sí puede servir, pero el comprar en este u otro comercio, la verdad, no mucho.
Al trabajador que no llega a fin de mes y que comprando ropa barata tiene la posibilidad de vestir a toda la familia, no se le puede exigir que piense en qué lugar se está confeccionando esa ropa, ya que la fabricada en España no se la puede pagar.
Y pocos  de los que visten Nike o Adidas, o compran en Zara, se habrán parado a pensar en qué lugar se ha fabricado su ropa.
En cuanto a los indignados por el consumismo, había muchas personas esperando a que se abriese este comercio para hacer sus compras de otoño-invierno por un módico precio.
La ropa es barata, muy barata. Pero es falso que sea mala. No se puede generalizar.
Por ejemplo la ropa de bebé, es un 80% más barata que en El Corte Inglés y un 20% más barata que en cualquier comercio barato que tenga este tipo de artículos. ¿Mala? No sé, porque el bebé crece más deprisa que lo que pueda tardar en deteriorarse y los papás se ahorran mucho dinero.
Si podemos comprar unos vaqueros por diez euros, y la diferencia está entre estrenar pantalones o ir con los rotos, creo que la respuesta es sencilla.
Esto es consumismo, claro, pero no siempre innecesario.
Volviendo a las colas, leo también que es tristísimo que no se hayan hecho colas para cosas importantes como el paro, los recortes en sanidad, etc.
Es que para eso no se hacen colas, si no manifestaciones. Y ha habido muchas y con gran afluencia de manifestantes.

Lo que es un hecho es que España es un país que hace colas.
La semana pasada fui a la presentación de un libro a la Gran Vía, y tuve que atravesar la cola formada frente a otra librería porque el cantante Bustamante firmaba el libro que ha escrito y ayer había una cola enorme, con chicas que han pasado la noche a la intemperie y van a perder dos días de clase para ver de cerca a Justin Bieber, cantante de moda.
Y se hacen colas para pedir con devoción ante la imagen de Jesús de Medinaceli o todos los miércoles ante la Iglesia de Santa Cruz para pedir un deseo a San Judas.
Y no digamos para las finales “históricas” de futbol, los conciertos de los súper-famosos o las salidas al mercado de los teléfonos de última generación.

Vamos que lo de la Gran Vía ha llamado la atención porque es una de las calles más transitadas de Madrid y el motivo era una tienda de ropa barata, para cualquier otra cosa, habría pasado desapercibido. Que hasta para que hablen de una cola hay que tener “marca”.

domingo, 11 de octubre de 2015

Espectáculo bochornoso

Según he llegado a casa me he sentado ante el ordenador para escribir esta entrada, todavía con la indignación y la vergüenza que me ha producido el espectáculo de luz y sonido y los fuegos artificiales que, patrocinado por Loterías y Apuestas del Estado, se proyectaba en la fachada principal del Palacio Real de Madrid, con motivo de la Fiesta Nacional.
Sin entrar en la exaltación o no del patriotismo, mi indignación y vergüenza es por el espectáculo en sí.
Toda la semana anunciándolo en medios de comunicación, la Plaza de Oriente y sus alrededores a rebosar de personas que me imagino habrán llegado hasta allí desde diferentes barrios de Madrid, porque los espectáculos gratuitos y en festivo, mueven muchísima gente.
A las nueve no empieza nada, sino una iluminación fija de la fachada.
Con algo más de diez minutos de retraso ha comenzado lo que, según los organizadores, era un espectáculo que "transportaba a los asistentes a través de los hitos artísticos más significativos de nuestra historia que han hecho de España un país culturalmente incomparable".En este viaje acompaña la imagen de un director de orquesta que, con el Concierto de Aranjuez de fondo, creará una explosión de luz y sonido"

Bueno, pues el sonido era casi inexistente (yo estaba en la Plaza de Oriente, muy cerca de la fachada), la historia que contaba no la ha entendido nadie y sólo ha durado cinco minutos.
A continuación, han cubierto todo el palacio con una inmensa bandera (de luz) y han comenzado los fuegos artificiales que, como se lanzaban desde los jardines de Sabatini, eran tapados casi en su totalidad por el propio palacio.
Para verlos bien, había que irse a la plaza de Felipe II, frente a la plaza de la Armería, pero entonces, no se veía el primer “espectáculo”
Vamos, que el resultado ha sido abucheado por muchos de los presentes, que habían ido con niños y se habían estado un buen rato de pie esperando.
Esto no lo dirán mañana en ningún medio, y si lo dicen, contarán que se ha pitado a la bandera, pero es totalmente falso. Se ha pitado un espectáculo bochornoso.
Porque para hacer este tipo de cosas, o se hacen bien, o no se hacen y no pasa nada.
Porque esto sale del dinero de todos y, nos hemos carcajeado de lo visto, por no llorar.
Porque además, lo sabemos hacer bien. Yo presencié hace unos años un espectáculo de luz y sonido en la Plaza del Obradoiro, en Santiago de Compostela, para conmemorar el 700 aniversario de la Catedral, que nos hizo llorar de emoción a los presentes, y unos fuegos artificiales como no había visto nunca.
No hay que salir fuera de España para ver estas cosas, pero si quieren aprender un poco más, que manden a alguien a la Grand Place de Bruselas en Navidad, total, tenemos allí a un montón de eurodiputados que se lo podrían grabar, para que los organizadores vean lo que es un espectáculo de luz y sonido.
Porque lo de hoy, insisto, ha sido vergonzoso.

martes, 22 de septiembre de 2015

NACIONALIDAD

Los que me conocen saben que no podía dejar de comentar las declaraciones de Fernando Trueba sobre su “nacionalidad”.
He procurado leer casi todo lo que se ha publicado, tanto en prensa, como en las redes sociales y he conseguido escuchar el discurso completo, para poder asegurarme de si las frases se habían sacado de contexto.
Con los deberes hechos, porque me gusta escribir mis sentimientos pero sin contar falsedades, puedo estar casi segura de que no hay contexto que valga y que lo dicho, está más que estudiado. No fue un premio improvisado, ni un discurso improvisado. Lo que hizo fue aceptar un premio que le venía muy bien para su curriculum, y un dinero nada despreciable para su cuenta corriente, pero haciendo un discurso que dejase contentos a parte de sus amigotes.
No voy a entrar en connotaciones políticas, porque soy de las que opina que la bandera, el himno, la Nación y el país, vamos, España, es de todos los españoles, con independencia de a quien votan o con quien se sienten más identificados.
Aunque algunos los quieran solo para ellos y a otros les de vergüenza enseñar estos símbolos a no ser que esté de por medio una competición deportiva, son de todos.

He estado en varias finales deportivas, porque hay más deportes además del futbol, y me ha emocionado el silencio al escuchar el himno. Cuando ganamos la Eurocopa de futbol en 2012, presencié la final en un hotel de Ámsterdam, y todos los presentes (y éramos los únicos españoles), guardaron un silencio increíble ante el himno de los dos países. Me indigné cuando pitaron el himno en la final de la copa del Rey de fútbol, porque no pido que se sienta, pero sí que se respete.
Desde luego me siento española, llevo mi nacionalidad con honra allí adonde vaya, y me indigna que critiquen las cosas de mi país aunque, en demasiadas ocasiones, tengan razones para las críticas.
Porque el señor Trueba no ha hablado de la pobreza infantil, ni de las familias en paro, ni de los supermercados de la droga, ni del trabajo basura, que podían avergonzarle como español,  ha hablado de la guerra de la Independencia y de los partidos de la selección, que muy poco tienen que ver con la actualidad de España.
Si tanto le molesta ser español, que devuelva todas las subvenciones millonarias que le han dado a sus películas y que no acepte el premio, que está en su derecho.
Es más, puede hasta renunciar a la nacionalidad española y solicitar la francesa que igual, al otro lado de la frontera, les apetece nacionalizar a un esperpento.
Desde luego, señor Trueba, me gusta su trabajo, pero en lo sucesivo no pagaré ni un euro por ver sus películas en el cine, no vaya a ser que llegue a su bolsillo ni un céntimo de mi dinero, que ya se ha llevado bastante. Entre tanto las piratearé, para cobrarme algo de lo que usted nos ha “robado” con los treinta mil euros del premio NACIONAL.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Esas pequeñas cosas...

Leyendo un comentario en Facebook este verano, recordé esas cosas que guardamos porque son un recuerdo, porque las tenemos cariño o porque forman parte de alguna colección de esas raras que algunas personas hacemos.
Yo, por ejemplo, colecciono botellitas de gel de los hoteles y las tengo en una cesta, de adorno, en el cuarto de baño.
La cesta ha ido creciendo para poder acoger tanta botella y ya no le puedo conceder más espacio, por lo que el final de esta colección, es incierto.
También colecciono botellas de cerveza de los países en los que he estado. Cuando he viajado con equipaje de mano, las he tenido que comprar en el aeropuerto, después de pasar los controles.
Mis botellas adornan la parte de arriba de los armarios de cocina, eso sí, vacías, porque el contenido nos lo hemos bebido para que pesen menos.
También tienen un final incierto, porque voy a cambiar los armarios y creo que serán más altos y no cabrán las botellas.
Al deshacer la casa de mis padres, me he traído un montón de cositas, como el libro de cocina antiguo de mamá, libros de mi padre a los que tenía un aprecio especial, jarrones, adornos y hasta parte de una vajilla de mis abuelos de principio del siglo XX.
Para que todo esto entrase en mi casa, que es muy pequeña, me he deshecho de otras cosas menos valiosas, tanto económica, como sentimentalmente.
Y cuento todo esto, porque no dejo de acordarme de una colección que mi padre les hizo a mis hijos de muñequitos pequeños de goma, que ahora se han vuelto a poner de moda.
Empezó con los pitufos y se fue completando con todos los muñecos de Disney.
Los guardábamos en un tambor de detergente, de los grandes, y los volcaban en la alfombra, jugaban con ellos un rato y los volvían a guardar, porque tenerlos expuestos era imposible.

Se sabían de memoria todos los que tenían, que eran muchísimos.
Y mis hijos crecieron y a mí se me ocurrió dejarle la colección a un sobrino.
Nunca más he vuelto a verla. Durante mucho tiempo, cuando el niño al que se la presté creció, la reclamé, pero nadie sabía nada de la colección.
En aquel momento no le di importancia pero cuando, años después, murió mi padre, y vi a mis hijos, que ya no eran niños, llorar desconsolados por la muerte de su abuelo, me dio muchísima rabia que no pudiesen tener ese recuerdo. Esos muñequitos que fueron llegando a mi casa escondidos en la mano ruda, de obrero, del abuelo y que iluminaban la cara de sus nietos.
Ahora que soy abuela, me habría encantado que mi nieta pudiera disfrutar de ella, pero no tengo otro remedio que hacérsela yo, empezando de cero, con el mismo cariño de esa otra que perdí para siempre.


domingo, 7 de junio de 2015

Las vacunas

El niño de Olot, enfermo de difteria, sigue estable, dentro de la gravedad y deseo fervientemente que se cure.
Dicho esto, me parece una irresponsabilidad por parte de sus padres, no haberle vacunado.
A nivel práctico, cuando el niño esté sano y en casa, les enviaría la factura de lo que nos ha costado a todos los españoles salvar la vida de su hijo. No para que la pagasen, si no para que tuviesen consciencia de lo que supone una decisión en una colectividad.
Las ligas anti-vacunas, muy de moda, cuentan verdades a medias para captar a padres que no vacunen a sus hijos.
Es un hecho que salvan entre dos y tres millones de muertes al año, según la Organización Mundial de la Salud y que otro millón y medio de niños se salvarían si tuviesen acceso a la vacunación.
En contrapartida, tienen efectos secundarios.
Un niño falleció tras una encefalopatía que desarrolló después de administrarle una vacuna, y otro está tetrapléjico tras una reacción autoinmune.
Ambos casos han salido estos días en prensa,
defendiendo su postura. Pero ¿cuántos niños hay en España vacunados?
Todo puede tener efectos secundarios. Para casi todo pueden existir daños colaterales.
Lo que es una realidad es que esos niños a los que sus padres deciden no vacunar, comparten las escuelas, guarderías y parques infantiles con otros niños y, gracias a esos otros niños, vacunados, no corren demasiado peligro, pero no son inmunes y se pueden contagiar y desarrollar la enfermedad o, lo que es peor, no desarrollarla y ser portadores toda su vida, pudiéndola contagiar a otros.
Cuando mis hijos eran pequeños, nadie se planteaba no vacunar, ahora, te lo preguntan en el Centro de Salud cuando vas a registrar al niño para su primera visita al pediatra.
Y yo me pregunto, ¿tanta revisión del Código Civil y Penal para asegurar la protección del menor, y la no vacunación la dejan a la decisión de los padres, cuando su vida y la de otros puede depender de esa vacuna?
Y también me indigna, aunque me tachen de dudosa moral, que se manifiesten por la vida del “no nacido”, y nadie haya salido a la calle para manifestarse por estos “nacidos” a los que se les está negando el progreso.

domingo, 3 de mayo de 2015

Hija, madre, abuela.

El año pasado dediqué una entrada en este blog a lo triste que es la vejez, y ahttp://ags59.blogspot.com.es/2014/05/la-vejez-de-una-madre.html)
l deterioro de mi madre, un deterioro que no podía esconder ni siquiera con la felicidad de vernos a todos juntos (
Curiosamente, nos reunimos todos, aunque no siempre lo hacíamos. En otras ocasiones se unía a la celebración de mis hermanos o mía, con nuestros hijos respectivos y los demás acudíamos a merendar con ella. Pero esta vez decidimos hacer una comida conjunta, sin poder intuir, o sí, que iba a ser su última gran celebración, su última reunión familiar, que su vida tenía los días contados.
Creo que nunca se deja de añorar a una madre, pero el primer año es el más duro, es la primera vez sin ella para todo y es el primer “Día de la madre” sin ella, sin comprar unas flores para ella, sin ir a darle un beso.
Pero como una compensación, es la primera vez que mi hija lo celebrará como madre, aunque Victoria no se entere porque es muy chiquitita, será un día especial.
Nos volveremos a reunir tres generaciones, pero diferentes. Esta vez, la abuela seré yo, y se me hará muy extraño que no esté mi madre, la abuela.
Su ausencia me ha hecho volver la vista atrás y darme cuenta de la importancia de estos momentos, esos que quedan en nuestro recuerdo porque son diferentes a la rutina, a la prisa del día a día.
Puede que ese sea el motivo de que viva con intensidad cada momento que paso con mis hijos, procuro que no haya enfados, ni discusiones, el tiempo pasa rápido y hay que disfrutarlo tal y como viene, porque no sabemos lo que nos espera a la vuelta de la esquina.
Pero, aunque esté nostálgica, en mi balanza personal el presente y el futuro siempre ganan y me encanta celebrar este día, inventado me da igual por quien, que reúne a las madres con sus hijos en este mundo de locos que nos ha tocado vivir.

Un beso a todas las madres, las que están y a las que se fueron.

domingo, 5 de abril de 2015

¿Hemos perdido el norte?

Están acabando estos días de mini-vacaciones que he disfrutado y, ya en Madrid, me he acercado al cine a ver la muy recomendada película “Perdiendo el Norte”
Mis expectativas eran muy buenas y esperaba reírme casi tanto como con “Ocho apellidos vascos”, pero no ha sido así.
La comedia está muy bien hilvanada, muy bien interpretada, me ha hecho recordar algunos lugares que visité cuando estuve en Berlín, y he pasado un rato agradable, no lo puedo negar.
Pero me ha dejado una sensación tan agridulce que, cuando he llegado a casa, he corrido al ordenador a escribir esta entrada en el blog.
Porque el argumento de la película es el de dos jóvenes muy preparados, con dobles grados, máster e inglés, pero sin trabajo,  que a la vista de un programa de “españoles por el mundo” en el que ponen a Berlín como “la tierra prometida”, emigran convencidos de que su futuro está en esa ciudad en la que se deciden los designios de Europa.
Y hasta aquí puedo escribir, sin “reventar” el argumento a todos los que os apetezca ir al cine.
Y yo, en vez de pasar un rato agradable y reírme a carcajadas, me ha dado por pensar en nuestros jóvenes.
Que nuestros hijos, la famosa “generación más preparada” ahora se han convertido en la “generación perdida”.
Y esto no es fruto ni de un gobierno, ni de una crisis, si no de muchos años de estar rodeados de ladrones a los que no les ha importado hundir un país.
Algunos, con suerte, tienen trabajo y suficiente dinero para pagar una hipoteca o un alquiler, si viven con su pareja porque, de lo contrario, tendrán que compartir piso o seguir viviendo en casa con sus papás.
Formamos magníficos ingenieros, médicos, maestros, arquitectos o periodistas, para que se conformen con sueldos bajísimos, subsistan a base de guardias o de doblando turnos y, en muchos casos, teniéndose que ir a probar suerte a Chile, Suecia, Inglaterra, Italia e, incluso a Dubai.
Muchos de los amigos de mis hijos están ya fuera de España y no porque lo hayan elegido, si no porque no han tenido otra salida.
Los bancos no contratan informáticos, si no empresas de servicios que les cubran sus necesidades a precios irrisorios que son siempre a costa de los trabajadores.
Los Ayuntamientos contratan maestros de apoyo un día a la semana, para acallar a algunos padres, y el maestro, con dos titulaciones, junta varios colegios, varios días a la semana y alguna clase particular para poder sufragar sus gastos, pero independizarse, ni soñarlo.
Los ingenieros y los arquitectos, pobrecillos, les ha tocado la crisis del ladrillo y se tienen que ir a países emergentes.
Y los médicos, para poder salir adelante trabajan cuarenta y ocho horas seguidas, porque a la dirección del hospital no le importa si están o no en condiciones de atender a un paciente cuando llevan tantas horas sin dormir, lo que les importa es que los números cuadren, tanto en la pública, como en la privada.
En fin, que todo esto que acabo de escribir, es lo que para mí ha dado de sí esta película.

Una rabia contenida porque he sido consciente de que lo que satiriza esta comedia, es una tristísima realidad.

martes, 17 de marzo de 2015

De investigados y encausados

En principio me parece bien, que se distinga entre investigado y encausado, porque es muy diferente.
Pero el prohibir por ley que figuren en las listas electorales, lo veo muy complicado y no siempre justo.
Porque poniendo ejemplos que todos entendemos, a mí me investigó hacienda por una declaración de la renta en la que me instaba a demostrar unas deducciones que a la administración no le figuraban.
Después de perder dos mañanas, y enseñar todos los papeles que me requirieron, consideraron que había sido un error por su parte
Pero la realidad es que fui investigada.
Otro caso muy cercano fue investigado, encausado, juzgado y declarado inocente de todos los cargos.
Por esto me pregunto ¿se puede negar el que una persona figure en una lista por estar siendo investigado o encausado?
He escuchado que sólo por temas de corrupción, pero hay delitos muchísimo más graves que no se deberían de quedar fuera.
También es un grave problema la cantidad de tiempo que se alargan los procesos.
Gurtel, Palma Arena, ERE, Noos, por citar los más mediáticos, llevan años siendo instruidos sin celebrarse juicios, y con cientos de personas investigadas, encausadas, imputadas, pero sin sentencias firmes.
Si ninguna de esas personas se pueden presentar a las elecciones, por presunta pertenencia a las tramas, por encubrimiento, por responsabilidad política, estaríamos hablando de partidos políticos que deberían desaparecer de las urnas, tanto a nivel nacionalista, como nacional, dejando fuera a gente muy válida.
Porque si nos ponemos a buscar, es fácil encontrar “trapos sucios” en todos los ámbitos.
La prueba la tenemos con partidos de reciente creación. Nadie se había interesado por ellos pero ahora son investigados con lupa, una lupa que dejaría muy mal parados a muchos de nuestros actuales políticos, si pasasen por ella.
No sé cuál es la solución.
Que la clase política está corrompida, es un hecho. Que habría que hacer una regeneración, una limpieza, desde los propios partidos y que los ciudadanos dejásemos de perdonar lo imperdonable.
Todo debería de ser más trasparente y más cercano, porque son nuestros representantes y están subidos en pedestales mirándonos por encima del hombro.
También ayudarían las listas abiertas, el imposibilitar que un Alcalde, por poner un ejemplo, deje la Alcaldía para ser Ministro, el que te expulsen de un partido con motivos justificados y no estés obligado a entregar tu acta de Concejal o de Diputado.
Y, desde luego, no juzgar antes que los jueces, preservando, por supuesto, la independencia del Poder Judicial.
Vamos, todo muy complejo, en un año que va a ser difícil y en el que muchos van a jugar al “y tú más”

Pretender hacer leyes de prisa y corriendo, no nos lleva a ningún sitio.

domingo, 22 de febrero de 2015

Un mes

Querida Victoria:
Hoy hace un mes que naciste y te voy a dedicar esta entrada, que seguro que será la primera de muchas.
Has sido un bebé querido desde el primer minuto de vida y nos has llenado de felicidad a todos.
Las amigas que tengo que ya sabían lo que era estrenarse como abuela, me habían contado que era una experiencia inexplicable, y es verdad.
Sin ceder ni una pizca del amor incondicional que le tengo a tu madre, has abierto un nuevo cajoncito para el tuyo, que crece día a día.
Estoy segura de que conoces mi voz, mi olor y mis besos.
Pero, lo que son las cosas, no me inspiras para escribir nada más que estas líneas.
Eso sí, no quiero dejar pasar la ocasión de decirte que soy la abuela más feliz del mundo.


martes, 17 de febrero de 2015

Como Dios manda


Empiezo por decir que yo soy creyente pero no practicante y que estoy casada por la iglesia aunque también es verdad que me casé en 1978 cuando pocos se planteaban hacerlo de otra forma.
Aclarado este punto, de quien quiero hablar es de Genoveva Casanova y su idea de pedir la nulidad eclesiástica de su boda con Cayetano Martínez de Irujo.
Resulta que esta señora, muy católica, dice, y cito textual, “que quiere dar ese paso porque, con independencia de lo que suceda en el futuro con su actual pareja, tiene derecho a un matrimonio como Dios y la religión mandan”.
Y todo esto porque a Genoveva no le parece que en su anterior relación, hubiese lealtad, fidelidad, protección y respeto, motivos suficientes para pedir la nulidad, porque ella es una ferviente católica.
A mí no se me han olvidado los preceptos de la iglesia católica, y desde luego no contempla tener hijos antes del matrimonio, y ella los tuvo antes de casarse con Cayetano, en contra de los que Dios y la religión mandan.
También se que el matrimonio católico es indisoluble, “hasta que la muerte nos separe” y así se hace público durante los votos que se intercambian en la ceremonia y ella decidió divorciarse, en contra de lo que Dios y la religión mandan.
Y ahora, seis años después, decide dar el paso de pedir la nulidad, porque quiere poder estar casada “como Dios manda”
Y seguro que se la conceden, porque los católicos pobres siguen utilizando el “ahí te quedas” que decía Gila, cuando su amor se acaba y sus promesas se rompen, pero los ricos pueden acudir al Tribunal de la Rota y lavar su imagen, como Dios manda.
Tal vez tenga algo que ver su actual relación con el ex ministro y ex miembro del Opus Dei.

Pero vamos, que estas personas que presumen de no poder hacer un matrimonio civil, sin la bendición de la iglesia, para luego, saltarse todos sus preceptos porque saben que con dinero se puede comprar casi todo, no me merecen ningún respeto y no deberían merecérselo a la propia Iglesia.

domingo, 25 de enero de 2015

Treinta años no es nada…

Querido hijo:
Hoy cumples treinta años y no voy a decir, como se suele hacer, que se me han pasado en un suspiro. Y no lo digo, porque me he puesto a rememorar tu vida y hemos compartido muchísimas cosas como para que se me hayan pasado volando.
Eso sí, el cajón de mis recuerdos los ha conservado intactos, con todos los detalles para que no se me olvide nada.
Cuando naciste no me dejaron disfrutar de ti nada más que unos segundos, porque hacía mucho frío, pero ya no se me iba a olvidar tu cara redonda y tu cabeza pelona.
Eras un niño querido y deseado que culminaba el proyecto de familia ideal que habíamos diseñado: dos hijos y, si puede ser, parejita.
Fuiste un bebé muy bueno, con un vozarrón desproporcionado para tu tamaño. A partir del año, decidiste que en este mundo había que destacar, y tú destacabas con tu voz, tus berrinches,  tu cara de enfado, con el ceño fruncido y tus rizos rubios.
Pero también eras un niño amoroso, que me llenabas de besos y abrazos y te encantaba estar a solas conmigo.
Fuiste creciendo y me convertí en tu “guarda-secretos”, que no querías compartir con nadie. Tus primeros amorcillos, tus dudas, tus enfados.
Procuré ayudarte en lo que pude aunque siempre has sido muy independiente y has tomado tus propias decisiones, sin demasiados consejos.
Tu forma de ver la vida te ha hecho ganarte el apelativo cariñoso de “enanito gruñón”, porque tienes que estar muy, muy convencido para decir que sí a las cosas espontáneamente, sin pensarlas, sopesarlas, estudiarlas y “gruñirlas” o de "papote" entre tus amigos, porque pareces el padre de todos.
Durante todos estos años, has sido el pequeño de la casa, mi pequeño, pero hace tan sólo tres días, Victoria, tu sobrina, te ha quitado el puesto. Da igual, sigues y seguirás siendo mi niño, ese que se empinaba para darme un beso y que ahora, yo de puntillas, se encoje para darme un enorme abrazo de los que sabes que tanto me gustan.
Y todo esto se resume en dos bonitas palabras:

TE QUIERO

martes, 20 de enero de 2015

Iguales

No puedo dejar pasar la noticia sobre el archivo del caso de Esperanza Aguirre.
Empiezo por decir que nunca creí que se fuese a considerar delito, como ordenó que se tramitara la Audiencia Provincial, en contra de la opinión del juez, y que se quedaría en falta.
Pero de ahí al archivo, va un abismo.

Hace años, tuve un percance con la Guardia Civil, y, en la denuncia inicial, se consideró que yo no tenía razón porque la palabra de la autoridad, es decir la pareja de guardias civiles, valía más que la mía, por lo que me instaban a presentar pruebas.
Presenté las pruebas y tuvieron que darme la razón, pero una vez recurrida la primera sentencia.

En el caso de Esperanza Aguirre, la palabra de la autoridad, es decir los dos agentes de movilidad, tenía que prevalecer sobre la palabra de ella, e incluso sobre la del agente de policía municipal de paisano, que actuó de testigo y puso en duda lo declarado por los agentes.
En primera instancia, tendría que haber sido condenada por un delito de faltas y, con posterioridad, una vez que ella hubiese recurrido,  el juez habría escuchado al testigo, e investigado las cámaras de la zona y, si no lo tenía claro, habría archivado el caso.

Vamos, que se la tendría que haber tratado como a cualquier español, pero claro los tiempos políticos mandan, y para todo esto que yo he expuesto, no había tiempo antes de la convención nacional del Partido Popular del próximo fin de semana, a la que Dña. Esperanza tiene que llegar sin mancha.
Aunque creo que el quitamanchas que se ha utilizado, ha dejado cerco.