Según he
llegado a casa me he sentado ante el ordenador para escribir esta entrada,
todavía con la indignación y la vergüenza que me ha producido el espectáculo de
luz y sonido y los fuegos artificiales que, patrocinado por Loterías y Apuestas
del Estado, se proyectaba en la fachada principal del Palacio Real de Madrid,
con motivo de la Fiesta Nacional.
Sin
entrar en la exaltación o no del patriotismo, mi indignación y vergüenza es por
el espectáculo en sí.

A las
nueve no empieza nada, sino una iluminación fija de la fachada.
Con algo más de diez minutos de retraso ha comenzado lo que, según los
organizadores, era un espectáculo que "transportaba a los asistentes a
través de los hitos artísticos más significativos de nuestra historia que han
hecho de España un país culturalmente incomparable".En este viaje acompaña
la imagen de un director de orquesta que, con el Concierto
de Aranjuez de fondo,
creará una explosión de luz y sonido"
Bueno,
pues el sonido era casi inexistente (yo estaba en la Plaza de Oriente, muy
cerca de la fachada), la historia que contaba no la ha entendido nadie y sólo
ha durado cinco minutos.
A
continuación, han cubierto todo el palacio con una inmensa bandera (de luz) y
han comenzado los fuegos artificiales que, como se lanzaban desde los jardines
de Sabatini, eran tapados casi en su totalidad por el propio palacio.
Para
verlos bien, había que irse a la plaza de Felipe II, frente a la plaza de la
Armería, pero entonces, no se veía el primer “espectáculo”
Vamos,
que el resultado ha sido abucheado por muchos de los presentes, que habían ido
con niños y se habían estado un buen rato de pie esperando.
Esto no
lo dirán mañana en ningún medio, y si lo dicen, contarán que se ha pitado a la
bandera, pero es totalmente falso. Se ha pitado un espectáculo bochornoso.
Porque
para hacer este tipo de cosas, o se hacen bien, o no se hacen y no pasa nada.
Porque
esto sale del dinero de todos y, nos hemos carcajeado de lo visto, por no
llorar.
Porque
además, lo sabemos hacer bien. Yo presencié hace unos años un espectáculo de
luz y sonido en la Plaza del Obradoiro, en Santiago de Compostela, para
conmemorar el 700 aniversario de la Catedral, que nos hizo llorar de emoción a
los presentes, y unos fuegos artificiales como no había visto nunca.
No hay
que salir fuera de España para ver estas cosas, pero si quieren aprender un
poco más, que manden a alguien a la Grand Place de Bruselas en Navidad, total,
tenemos allí a un montón de eurodiputados que se lo podrían grabar, para que
los organizadores vean lo que es un espectáculo de luz y sonido.
Porque
lo de hoy, insisto, ha sido vergonzoso.
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