domingo, 21 de enero de 2024

La «buena» educación (de los padres)

 

El pasado viernes, en una conocida chocolatería del centro de Madrid, nos recriminaron a un grupo de amigas y a mí, el que se nos hubiese olvidado cuando ejercíamos de madres. Vamos que nos llamaron viejas. Os cuento.

La mesa de al lado nuestro, fue ocupada por un grupo de seis niños de diferentes edades; los adultos que los acompañaban, no dudaron en alejarse tres o cuatro metros, para merendar tranquilos. El volumen de voz de los niños fue en ascenso, y pasó a gritos y peleas. Los adultos, por supuesto, ni se inmutaron. Cuando les pedimos que, por favor, bajaran el volumen y dejasen de gritar, se acercó una de las adultas a decirnos, de malas maneras, que eran niños. Sí, niños gritando y molestando a todos los que les rodeaban excepto a sus cuidadores que se habían alejado estratégicamente.

La señora, nos explicó entonces, con lágrimas en los ojos, que se nos había olvidado cuando nosotras éramos madres, y que esos niños eran difíciles, porque eran niños de acogida.

Pero vamos a ver, si tienes un niño difícil, sea de acogida o no, mayor motivo para no dejarle solo en una mesa con otros niños de sus mismas características, sin prestarle ninguna atención, mientras degustas un riquísimo chocolate. Porque en la media hora que transcurrió hasta que nos quejamos, no se levantaron ni una sola vez a recriminarles su actitud.

Hoy domingo he vuelto a vivir otro episodio de padres sin educación.

He ido con mis nietas de 9, 8 y 7 años, a ver un musical en un teatro. Acudir con niños de menos de dos años, a una obra que dura 80 minutos sin descanso, es sinónimo de molestar. Porque no solo es que el niño se cansa, se aburre, lloriquea, se mueve para todos los lados… si no que obliga a salir a uno de los acompañantes, molestando a todos los que están sentados a su lado, porque para qué van a comprar butacas de pasillo, no, están en todo el centro. Y no se conforma con salir y quedarse fuera, al rato vuelve a entrar y, otra vez, todo el mundo de pie, para que pasen a sus localidades y un rato después, repetición de lo mismo que os acabo de contar. Al final el pobre niño se ha quedado dormido.

Y si esto me ha parecido una falta de educación y respeto por parte de algunos padres o acompañantes, ya el colmo ha sido que, tras la petición antes de iniciarse la obra, de no utilizar los móviles ni para grabar ni para hacer fotografías, en un acto de ejemplaridad hacia los niños, muchísimos adultos han decidido que por grabar un poquito y hacer alguna foto, no pasaba nada.

¿Cómo explicamos a los niños que las normas están para cumplirlas?

Pero es fácil escuchar a adultos diciendo que los niños no tienen educación, cuando la realidad es que los que no tienen ni educación ni respeto son los que deberían educar a esos niños.

sábado, 20 de enero de 2024

Mis mejores lecturas del año

 

Lo mejor del año

Durante todo el año, he ido publicando mes a mes, los libros que leía y un pequeño comentario sobre cada uno de ellos. He tenido muy buenas lecturas. He terminado 54 libros y estos son los elegidos como los mejores.

Novela histórica:

El tablero de la reina de Luis Zueco, magnífica novela histórica, me ha mantenido «pegada» a sus páginas para conocer lo que ocurriría a continuación. Merece la pena leerla.

La Babilonia, 1580 de Susana Martín Gijón, buenísima, no os cuento nada, solo os invito a leerla.

La ciudad de la piel de plata, de Félix G. Modroño. Magnífico cierre para su trilogía que tiene como protagonista a la ciudad de Bilbao durante casi todo el siglo XX. Una historia preciosa con tintes autobiográficos.

Novela contemporánea:

Aunque te cueste la vida de Mayte Esteban, novela intimista en la que el valor de la amistad ejerce de salvador. Emociones narradas con intensidad, tres mujeres que se sientan en tu salón a charlar, a reír, a llorar, a vivir. Muy buena.

El tiempo en una botella de Rosa Grau, me ha hecho rememorar las pandillas de mi juventud, las aventuras de verano que siempre permanecen en nuestra memoria y una moraleja, hay veces que recordar el pasado nos ayuda a encontrarnos en el presente. Historia muy trabajada, con un abuelo y una tía que a todos nos habría gustado tener y muy buenas reflexiones.

El camino de las luciérnagas de Mónica Rouanet, muy buena, me ha encantado.

Novela negra:

Nada que perder de Susana Forte, una muy buena trama llena de verdades que es mejor esconder y callar y grandes reflexiones.

Los perseguidos de Fernando Benzo, buenísima. Merecidísimo Premio Azorín de Novela.

El olor del miedo de Manuel Ríos San Martín. Me ha gustado mucho, entretenida, didáctica, en su justa medida, muy bien escrita, con un ritmo que no decae en ningún momento y un final a la altura. JP, un personaje que no se olvida.

Novela romántica:

Club de lectura para corazones despistados de Mónica Gutiérrez, como siempre, leo a esta autora con una sonrisa, me encanta como narra, la ambientación, los personajes y me da la sensación de estar paseando por Trevillés y participando en el curioso club de lectura. Maravillosa.

A las ocho, en el Thyssen de Nieves Hidalgo, primera romántica contemporánea de esta autora. Muy buena, fresca, divertida, todos los personajes, principales y secundarios, aportan, no sobra ni una coma. De fondo, crítica al mundo editorial y a los blogueros, con la pregunta ¿todo vale?

Una Navidad escocesa de Mónica Gutiérrez. Esta escritora nunca me decepciona. En esta ocasión, una historia de amor tierna, divertida, ambientada en un castillo en Escocia, con fantasma incluido. Me ha encantado.

 

Quiero mencionar una novela de ciencia ficción, género que no suelo leer, pero que me ha gustado mucho: Al otro lado del mundo de Marina Guillén, os invito a leerla si os gusta la buena novela de ciencia ficción.

 

Después de mucho pensar, he considerado La Babilonia, 1580 de Susana Martín Gijón, mi mejor lectura del año porque es la más completa, historia, romance, aventura, investigación, intriga, magnífica documentación… buenísima.

En mi canal de YouTube, «Desde mi escritorio», encontraréis un vídeo resumen de esto que os he contado.

También podéis encontrar un vídeo con mi explicación de por qué La Babilonia, 1580, ha sido elegida mi mejor lectura de 2023.

lunes, 8 de enero de 2024

MIS LECTURAS DE DICIEMBRE

Daniel, condenados a entendernos de Abril Laínez. Me ha decepcionado. La anterior de la misma serie me pareció fresca y divertida, pero esta se me ha hecho larga.

Concédeme un único deseo de Sarah Rusell. Se pierde en las descripciones, los adjetivos, lo que comen, lo que visten, el clima… mucha paja. 

La ciudad de la piel de plata, de Félix G. Modroño. Magnífico cierre para su trilogía que tiene como protagonista a la ciudad de Bilbao durante casi todo el siglo XX. Una historia preciosa con tintes autobiográficos.

Deseos de medianoche de Mayte Esteban. Preciosa novela corta que demuestra cómo un escritor puede condensar lo importante en pocas frases. Me ha encantado.