lunes, 9 de noviembre de 2020

Un cumpleaños diferente: 2020

 


Se está acabando este fin de semana que, en Madrid, se ha alargado con un lunes festivo en el que celebramos la festividad de nuestra patrona, la Virgen de la Almudena. Una festividad marcada por la pandemia, sin celebraciones populares y con el recogimiento propio de estos tiempos que vivimos, algunos, y echándose a la calle como si fuesen inmortales, otros.

Para mí son unas fechas especiales, porque celebro mi cumpleaños, y el de mi hermana, somos gemelitas, además de mi santo.

El año pasado cumplimos sesenta y nuestros hijos y maridos nos organizaron una magnífica fiesta sorpresa en la que estaban casi todos los que tenían que estar. Este año lo hemos recordado, con más nostalgia de lo habitual, porque no hemos podido reunir a nuestras familias a comer, como hemos hecho siempre. Ha sido una celebración diferente, ella en su casa y yo en la mía, y nos hemos conformado con un café con pastas y un pedacito de tarta para apagar nuestras velas, con la única compañía de nuestras hijas y dos de mis nietas para no pasarnos de seis.

Es lo que hay, como me dijo ayer mi hija, hay que celebrar cuando se puede, porque no sabemos lo que vendrá al año siguiente.

A pesar de todo, he recibido tanto cariño, de los cercanos, de los que están más lejos, de los que solo me conocen en las redes sociales y han ocupado unos segundos de su tiempo para enviarme unas flores, unos besos virtuales o, simplemente, una palabra, que acabo el día con la satisfacción de sentirme una persona muy afortunada.

Seguro que vendrán tiempos mejores, pero quiero que este cumpleaños también sea recordado, porque hay que apreciar lo que tenemos, porque hay que celebrar la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario