jueves, 25 de junio de 2020

Descubriendo a Broad: mi opinión


Sigo a Sara Ventas desde la publicación de Treinta postales de distancia, a la que llegué por casualidad, desde una causa benéfica, y que me encantó. A lo largo de estos años, unas novelas me han gustado más y otras menos, pero es un valor seguro para pasar un rato muy agradable con un libro suyo entre las manos.

A sus dieciséis años, Melissa Grimm ya tiene claras muchas cosas. Entre ellas, que se ha enamorado perdidamente de su antiguo canguro, vecino y ahora también profesor particular de Física: Alan Lowe. El problema no es que se lleven tantos años, ni que su madre empiece a sospechar del asunto, ni que él salga con la odiosa Rebecca... El problema real es que también empieza a sentir algo por Ray Broad, el chico nuevo del instituto y la última conquista de su peor pesadilla en el instituto, Audrey Irwin.
Melissa no entiende por qué ha tenido que fijarse en ellos precisamente, justo los chicos de los que más alejada debería mantenerse.
Tampoco ha pensado en las consecuencias que podría acarrearle participar en ese juego. Aunque ya sea demasiado tarde para replanteárselo.

Mi opinión:

Estamos ante una novela juvenil. Por supuesto que se puede leer a cualquier edad, pero es una novela de adolescentes, contada por adolescentes. Narrada en primera persona por Melissa Grimm, cuenta sus aventuras y desventuras en los meses anteriores y posteriores a sus dieciséis años.

Aunque parezca que es una novela sencilla y sin pretensiones, aborda temas muy actuales, presentes en nuestra juventud y muy preocupantes, como son el acoso escolar y el consumo de alcohol a edad temprana.

Las historias de esos primeros amores, que idealizamos, los primeros desengaños, los celos, las amistades rotas, una protagonista que se mete en un lío tras otro, la relación con los padres y con los hermanos, todo nos lo va contando Melissa de una forma muy natural, con un lenguaje muy cuidado que nos trasmite la forma de hablar y de comunicarse de los adolescentes.

Como ya hemos visto en otras obras de la autora, utiliza la comunicación «epistolar» entre sus protagonistas, en esta ocasión, a través de mensajes de wasap.

Todos los personajes están muy bien perfilados, los buenos, los malos y los odiosos, y me ha encantado que, con mis sesenta años, haya empatizado mucho más con Melissa que con su madre.

El final de esta reseña iba a ser que me ha parecido un poco precipitado el desenlace, pero me acabo de enterar que es la primera parte y que tendrá una continuación. Aunque no soy muy amiga de segundas partes, habrá que ver el giro que da la autora a esa nueva novela.

Reseña original publicada en el número 28 de la Revista Pasar Página

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