Cuando el pasado
regresa para remover emociones que estaban dormidas, Clara deja de ser la mujer
segura de sí misma en la que se ha convertido. El amor aún es una moneda de dos
caras capaz de erizarle la piel y abrir viejas heridas por igual. Roberto,
Darío... nombres que la llevan hacia una encrucijada sentimental llena de
desencuentros e instantes de felicidad. Todo parece demasiado complicado cuando
hay que caminar con los pies en el suelo.
La suerte de Clara será
descubrir que la vida se ve distinta cuando se contempla desde una azotea.
Mi opinión
He leído mucho de esta autora y esta novela es diferente por
varias cosas: por la forma de narrar, que no está apoyada en postales, mensajes
de wasap o cartas y por la historia que cuenta, con reflexiones importantes
sobre el amor.
Dividida en 32 capítulos cortos, en los que se alternan como
narradores en primera persona, Clara, Roberto y Darío, unos en presente y otros
contando el pasado de su relación, desde el día que se conocieron.
Como ya he dicho, con importantes reflexiones sobre el amor
y lo que esperamos de él, que no siempre conseguimos recibirlo de una sola
persona, y los juegos que el destino tiene preparados para nosotros, aunque en
muchas ocasiones, podamos evitar algunos desenlaces, si nos hubiésemos parado a
pensar un poco lo que estaba sucediendo a nuestro alrededor.
Reflexiones sobre el cariño en el matrimonio cuando, años
después, se acaba esa pasión inicial, las separaciones, el dolor de los padres
que se tienen que alejar de sus hijos porque han dejado de querer a sus
mujeres, los engaños, los celos, el valor de la verdadera amistad, todo esto lo
desarrolla Sara Ventas en una novela aparentemente sencilla pero que te hace
reflexionar cuando lees la última página y te imaginas cómo habrías actuado tu
en esa hermosa azotea.
Como gemela que soy, los protagonistas gemelos siempre son un aliciente en mi lectura.
Os invito a leerla.
Reseña original publicada en el blog de la revista Pasar Página
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