lunes, 28 de marzo de 2022

«Violeta»: mi opinión

 


Violeta de Isabel Allende

La épica y emocionante historia de una mujer cuya vida abarca los momentos históricos más relevantes del siglo XX.

Desde 1920 -con la llamada «gripe española»- hasta la pandemia de 2020, la vida de Violeta será mucho más que la historia de un siglo.

Violeta viene al mundo un tormentoso día de 1920, siendo la primera niña de una familia de cinco bulliciosos hermanos. Desde el principio su vida estará marcada por acontecimientos extraordinarios, pues todavía se sienten las ondas expansivas de la Gran Guerra cuando la gripe española llega a las orillas de su país sudamericano natal, casi en el momento exacto de su nacimiento.

Gracias a la clarividencia del padre, la familia saldrá indemne de esta crisis para darse de bruces con una nueva, cuando la Gran Depresión altera la elegante vida urbana que Violeta ha conocido hasta ahora. Su familia lo perderá todo y se verá obligada a retirarse a una región salvaje y remota del país. Allí Violeta alcanzará la mayoría de edad y tendrá su primer pretendiente...

En una carta dirigida a una persona a la que ama por encima de todas las demás, Violeta rememora devastadores desengaños amorosos y romances apasionados, momentos de pobreza y también de prosperidad, pérdidas terribles e inmensas alegrías. Moldearán su vida algunos de los grandes sucesos de la historia: la lucha por los derechos de la mujer, el auge y caída de tiranos y, en última instancia, no una, sino dos pandemias.

Vista con los ojos de una mujer poseedora de una pasión, una determinación y un sentido del humor inolvidables que la sostienen a lo largo de una vida turbulenta, Isabel Allende nos regala, una vez más, una historia épica furiosamente inspiradora y profundamente emotiva.

Mi opinión

Violeta es una carta, una larguísima carta, que la protagonista escribe a Camilo, su nieto, cuando ve la muerte sentada a los pies de su cama, después de cumplir 100 años, y cuando el mundo está asolado, nuevamente, por una pandemia.

A lo largo de la narración, con escasos diálogos, irá contando su vida, describiendo, con la mínima profusión de detalles, a todos los personajes que han sido importantes en ella o, simplemente, necesarios.

Desde la niña mimada, la ruina familiar, su paso por la pobreza, su sensualidad, sus amantes, homosexualidad, drogadicción, movimientos feministas…, en cien años pasan muchas cosas, y la autora nos las va contando, salpicando su ficción con la historia de Chile, aunque nunca menciona el país, y la de otros países de su entorno.

Un siglo de historia sudamericana, el crac del 29, el colapso económico, la dictadura y desastres naturales como un terremoto y un huracán.

Elige para su protagonista a una mujer muy inteligente, más que la mayoría de los hombres que la rodean, que se tiene que someter a las costumbres de una época dominada por los hombres, pero que cuenta, en todo momento, con una independencia económica que la permite vivir con una cierta libertad.

Estructurada en cuatro partes, Exilio (1920-1940), Pasión (1940-1960), Ausencia (1960-1983) y Renacimiento (1983-2020), la autora nos narra la particular forma de ver la vida de Violeta, que vive con una venda en los ojos durante mucho tiempo, sin ver lo que le rodea, ni siquiera cuando los que tiene cerca intentan explicárselo y se asombra cuando se entera de la dura realidad, como las decenas de miles de ciudadanos que fueron secuestrados, torturados y asesinados durante la dictadura.

Violeta le cuenta a su nieto, con todo detalle, sus amores, alguno irracional y dañino, la relación con su madre, con sus tías, con sus hijos, con su hermano, con las personas más cercanas a ella, con las que mantiene el trato a lo largo de toda su vida.

Pero a pesar de todo esto, es un libro monótono, no aburre, pero… No he empatizado con la protagonista y los personajes no resultan interesantes, se olvidan fácilmente, una lectura que no me ha dejado huella.

2 comentarios:

  1. Interesante comentario. En algunas cosas denla sinopsis me he acordado de Elena Lamarc. Me ha parecido una novela de ese corte. Pero la conclusión final me ha dejado en la duda de si leerla o no.

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    1. Nada que ver con Elena Lamarc, y la forma de narrar, tampoco. Se hace pesada.

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