Esperaba hacía tiempo esta novela, el final de una trilogía
que comencé a leer hace mucho.

Las guerras de Elena, a cuya presentación dediqué una entrada, ahonda en una década de la vida de
Elena, contándonos mucho de lo que había quedado pendiente en el primer libro.
Con este último, Yo que tanto te quiero, la autora, en primera
persona y a través de Lucía, la hija de Elena, igual que en el prólogo del
primer libro, nos termina de desgranar la vida de Elena y la suya propia, desde
los once años, desde que vivió la última guerra de su madre, hasta un poco más
allá de la muerte de su madre.
Cierra un ciclo, cierra la historia de una familia y la
historia de España desde los primeros años del siglo XX, hasta nuestros días.
La forma de escribir de Marta es muy sencilla, pero muy
trabajada.
Es una perfeccionista que repasa sus escritos una y otra vez
hasta que, aún sin estar a su gusto, se da cuenta de que es el momento de
ponerles punto y final porque, de lo contrario, no llegarían nunca a los
lectores.
Pero este libro es, además, muy intenso. Te absorbe desde la
primera página, te va conduciendo por la vida de Lucía, con la que sientes,
lloras, sufres decepciones, padeces, te indignas, amas y todos los sentimientos que se os
puedan ocurrir.
¿Cómo una persona tan buena, tan noble, y que tanto quiere,
puede sentirse tan desgraciada hasta el punto de creerse la culpable de los
males de su madre y de su forma de tratarla?
Porque sin duda Elena Lamarc ha tenido una infancia y una
juventud difíciles, unas relaciones amorosas desastrosas, un matrimonio abocado
al fracaso, pero nada de ello justifica la relación con su hija, al menos para
mí.
No puedo seguir dando opiniones sin contar la historia y no
quiero contarla, hay que leerla, que vivirla.
A mí me gustó un poquito más Las guerras de Elena, que El
final del Ave fénix, pero ésta es especial.
La autora se ha superado, ha creado algo impresionante, sin un
solo diálogo, todo narrado, sin pausa, envolviéndote en cada página y haciendo
la lectura difícil por no ver el momento de parar.
Es, en resumen, una maravilla.
Quiero comentar que, si bien se puede leer independiente de
los anteriores, su lectura es totalmente diferente si se conoce de antemano a
los personajes, el lector novel no sabe a lo que se está enfrentando y yo, o
cualquiera que haya leído los otros, sí lo sabía.
Haciendo caso a la recomendación que Marta hace al final,
volví a leerme el prólogo y el epílogo de su primera novela.
Volvió a parecerme desgarrador, pero, esta vez, me di cuenta
de la gran mujer que era Lucía y en la gran escritora que
se ha convertido Marta Querol.
No podéis dejar de leerla.
Habrá que tener en cuenta este libro.
ResponderEliminarTe gustará, Manuel.
EliminarUn beso.
Te superas con tus reseñas, Almudena. Esta la comparto en cuanto a la calidad del libro, aunque yo no sabría cuál elegir.
ResponderEliminarGracias.
EliminarIndudablemente es mejor no elegir y leer la trilogía.
Besitos.
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