Me han cambiado mi oficina de Bankia, por cierre de la sucursal de la que era cliente.
Tengo dos cuentas, la de mi madre que falleció hace dos años
y medio y que no han tenido a bien cerrar, a pesar de haber presentado toda la
documentación y ser ella la única titular, porque consideran que hemos cometido
una ilegalidad al no presentar una declaración de herederos, declaración que no
hemos hecho porque los únicos bienes que mi madre tenía eran los tres mil euros
de la cuenta de Bankia, que mis hermanos y yo, en un ejercicio de «opacidad»,
traspasamos a otra cuenta de Bankia, a nuestro nombre.
La otra cuenta es la que tengo con mis
hermanos para los pagos comunes.
A lo que iba a contar, que me enrollo, no me han enviado el
IBAN de la nueva cuenta, por lo que si tengo que hacer cualquier gestión, no
puedo.
Me he acercado a la oficina, para poner la cartilla al día,
sí es cartilla aunque parezca raro, preguntar por el nuevo IBAN y entregar una
carta que viene a nombre de mi madre, y que rehúso por fallecimiento del
titular.
Lo primero lo he podido hacer después de esperar una fila de
diez personas.
Lo segundo, me he tenido que marchar después de una espera
de treinta minutos y teniendo todavía dos personas delante de mí.
De las cuatro mesas con personal, una no atendía al público
y otra atendía con cita previa, por lo que sólo quedaban dos.
Hay que tener en cuenta que esta sucursal, al lado del
mercado de la Cebada, ya tenía una cartera de clientes considerable y ahora ha
absorbido otra sucursal íntegra, y los perjudicados con esta medida, como
siempre, los clientes.
Pero la guinda que ha colmado el pastel y lo que me ha
llevado a escribir esto en un momento de enfado monumental, es que ya no tienen
buzón para dejar una carta, que era mi punto número tres y hay que esperar tu
turno para que un comercial se haga cargo de ella o gastarte el dinero y
enviarla por correo ordinario.
Y si os estáis preguntando porqué sigo en Bankia, no es
fácil tener una cuenta en la que los gastos no se disparen si no tienes una
nómina o una hipoteca domiciliada, así que, aquí seguimos, y me he vuelto a
casa sin solucionar mis problemas.
Con la banca hemos topado, espero que se te pase el cabreo, porque a ellos les da igual.
ResponderEliminarYa se que les da igual. Eso es lo triste, que los clientes somos los últimos en su lista de prioridades, aunque sin nosotros, no existieran.
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