No sé porqué este verano me he acordado muchas más veces de ti.
Te he recordado el día que hice arroz con conejo porque a
Carlos y a Mónica les encanta, y siempre pienso que no he conseguido igualarte.
O cuando juego al escondite con Victoria y con Manuela, como hacías en tu casa
con mis hijos, o el día de La Paloma, tan especial…Y cuando veo a tus amigas, las que yo llamo «de la quinta edad» jugar a las cartas.
También cuando le canto «La ovejita Lucera» a Almudena para
que se duerma, siguiendo la tradición que tu iniciaste con su madre y sí, antes
de que lo preguntes, sigo cantando igual de mal, pero la pobre es un bebé y no
se sabe quejar, así que cierra los ojos por aburrimiento.
¿Qué te puedo contar de tus biznietas? Son muy diferentes.
Victoria se nos está haciendo mayor, razona mucho, se
enfada, es bastante cabezota, le gusta ver fotos y vídeos en el móvil de su
abuelo, que le leamos cuentos y, sobre todo, le encanta la música y bailar.
Manuela es alegre y testaruda. Le gusta caminar
libre, que no le den la mano, no habla casi nada, pero se explica perfectamente
y come regular…si, ya sé que estás pensando que es igual que su padre, por el
que siente verdadera locura. Por cierto, también tiene su pelo, sus rizos.
Tiene pasión por su prima Almu y no veas como maneja el
móvil buscando sus dibujos preferidos, deslizando su dedito.
De Almudena sólo puedo contarte maravillas. Es un bebé
bueno, duerme bien, come bien, tiene una sonrisa encantadora, está siempre
contenta y es extraño oírla llorar. Está rolliza y tiene la piel morenita, de
tanto estar al aire libre. Es muy rubia y nos tiene a todos embobados.
Me gustaría hablarlas de ti, que te conozcan, pero son
todavía muy pequeñas. Victoria, que es la mayor, todavía no tiene claro que yo
pueda ser, además de su abuela, la madre de su mamá y del tío Carlos y que me
llame Almudena como su hermanita. Esperaré a que puedan entender quien eres y
lo que significas en nuestras vidas.
Te puedes imaginar que tus nietos están felices con las
familias tan maravillosas que han formado y nosotros con ellos.
Ari, que acaba de volver de Cantabria y se vuelve a ir, creo
que a Malta, está contenta con su trabajo y con su chico y disfruta de sus
sobrinas siempre que tiene un huequito.
Y aquí seguimos, viviendo con intensidad cada día, los
buenos y los menos buenos, que los hay, y añorándote, muchísimo.
Un beso, mamá.
Preciosa carta Almudena. Un abrazo
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