

Os diré que no me ha resultado fácil porque la Biblioteca tiene unos horarios muy restringidos, los sábados solo abre tres horas y los domingos permanece cerrada. Aún así, busqué un hueco el viernes a primera hora, antes de iniciar las rutas por las zonas turísticas, ésta no lo es, y me acerqué a este edificio que me encantó. Está en medio de un parque muy bien cuidado y se respira tranquilidad.

Tuvimos que
bajar al tercer sótano para llegar a la sala en la que se encuentra la cámara
acorazada en la que guardan este tesoro. Comparte espacio con mesas de estudio
y muchas personas consultando libros o documentos, tanto en papel, como en
formato digital.

Es una Biblia de
624 páginas en pergamino, con unas
dimensiones de 92 x 50,5 x 22 cm y un peso de 74 kilos, lo que la convierte en
el manuscrito medieval más grande conocido. La escribió el monje benedictino
Herman, en un monasterio de Podlazice (República Checa), a principios del siglo
XIII, como castigo por haber traicionado sus votos. La leyenda cuenta que se
ofreció a escribirla en una sola noche,
y al darse cuenta de que sería incapaz de conseguirlo hizo un pacto con
el diablo, que le ayudó exigiendo quedar inmortalizado con una pintura en la
propia obra.


Quedan todavía
varias preguntas sin contestar, como que se haya demostrado que la tinta
utilizada es siempre la misma, lo que implicaría que se escribió en no más de
72 horas y que no se encuentren señales de cansancio en la escritura, en
ninguna de las páginas. Misterios sin resolver que hacen todavía más
interesante visitar y admirar este libro que está en Suecia desde que, hace más
de tres siglos, fuese tomado por un militar sueco como botín en la Guerra de
los Treinta Años.
(Publicado en el blog de la Revista Pasar Página).
(Publicado en el blog de la Revista Pasar Página).
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