viernes, 16 de noviembre de 2018

Manuela cumple 3 años



Mi querida Manuela:
El mundo que tu vas a conocer ya no escribe cartas por eso espero que las guardes como un recuerdo.
Hoy es tu cumple, hablaré contigo por teléfono y me esperaré al domingo para poderte dar un abrazo fuerte y volemos…
Sí, volar, ese es nuestro juego desde hace muchos meses. Yo te cojo en brazos y damos vueltas para que tu cuerpecito vuele. Una vez, dos y…la última, porque si no yo acabo mareada en el suelo ¿Te imaginas?
Tres años ya desde esa madrugada en la que vimos tu carita por primera vez. Unas horas después, presencié tu primer baño, lloraste a pleno pulmón para dejarnos claro que ibas a tener un carácter difícil de doblegar. Si no te gusta algo, no te gusta y no hay más que hablar.
¡Te pareces tanto a tu padre! Según vas creciendo me haces recordar momentos que ya hemos vivido con él. Es increíble la fuerza que tiene la genética que, aun con factores externos tan diferentes, repitan comportamientos.

Te has convertido en una colegiala, aunque seas la pequeña de la clase, te nos has hecho mayor y ya dejaste la guarde para iniciar una nueva etapa en el colegio de los grandes. La nueva maestra ya te ha calado, tienes un carácter fuerte y contigo no valen las imposiciones, hay que ganarte día a día.
Estás viviendo una etapa diferente, compartiendo casa con los otros abus, hasta que puedas estrenar «la casa grande», como tú la llamas, pero eres feliz, que es lo importante.
Juegas a disfrazarte y te encantan los zapatos, en eso te pareces mucho a mí. Me gusta leerte cuentos y siempre recuerdas el de Espaguetta «Qué ascazo, qué asquito, me va a dar un ataquito» y me hace muchísima ilusión que lo recuerdes.
¿Qué te puedo desear? Que tu vida esté llena de amor y felicidad y que yo pueda seguir escribiéndote cartas.
¡Felicidades, Manuela!


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