martes, 26 de octubre de 2021

La hija de las mareas: mi opinión

 

En el año 1820 Andrea Carbayo de Jovellanos, La Gabacha, hija de Gloria Carbayo, la Encantadora, y de Gaspar Melchor de Jovellanos, Jovino, escribe sus memorias para dejar constancia de las aventuras y desventuras que la llevaron al lugar donde se halla, perseguida por la intransigencia del inquisidor Valdés.

Reviviremos su infancia en Obiedo y viajaremos con ella a Oxford, donde, disfrazada de hombre, asistirá a la presentación de importantes descubrimientos para la Medicina actual. En París vivirá de cerca la Revolución con su inseparable Olympe de Gouges, volcándose en la lucha por los derechos de las mujeres y en su trabajo en la imprenta. Un oficio, el de impresora, que ejercerá también en Gixón a su regreso. Será entonces cuando conozca a su padre y disfruten ambos de fructíferos paseos por el arenal. Directora de una escuela para niñas desfavorecidas, fundará un periódico que desempeñará un papel clave durante la guerra de la Independencia. Este conflicto bélico, que asolará la región convirtiéndola en un escenario dantesco, conducirá a Jovellanos a la muerte, facilitando que Valdés culmine su venganza sobre ella.

Ilustrada, intelectual, tertuliana, escritora, traductora, maestra, feminista… Andrea fue una precursora en muchos aspectos, sin que ello impidiera que fuera borrada de la Historia, como otras tantas mujeres en toda época y lugar.

En el año 2021, cuando se cumplen 210 años de la muerte del ministro y prócer gijonés Gaspar Melchor de Jovellanos, la publicación de este manuscrito y el inesperado descubrimiento de una hija secreta agigantan la leyenda sobre tan ilustre personaje.

 

Mi opinión:

Corre el año 1820 y Andrea Carbayo de Jovellanos escribirá sus memorias, que quedarán en el olvido durante muchísimos años.

En ese manuscrito, empieza por contarnos sus orígenes, la historia de su abuela Carola y su madre, Gloria. En esas primeras páginas, la lectura ya me había atrapado.

Las Carbayo, son mujeres, tienen una mente brillante, una cabellera roja y mala suerte, porque la época en la que les ha tocado vivir a cada una de ellas es muy peligrosa por culpa de la Inquisición, — deseosos de incriminar inocentes para hacer autos de fe y seguir teniendo a nobles y villanos bajo el mandato de la iglesia, aunque el único modo de conseguirlo sea el miedo—, la intransigencia, la envidia y el miedo a lo desconocido.

Los comienzos de la novela se desarrollan en Gixón y Obiedo, narrándonos los acontecimientos de la época, las costumbres de señores y criados, la forma de vida de unos y otros.

Con una Andrea adolescente nos trasladaremos a París y, tras una breve pero intensa estancia en Oxford, la veremos madurar como mujer y poner en práctica sus ideas. Unas ideas que siempre ha tenido muy claras, como ya las tuvieran sus antepasadas, a las que nunca les gustó tener que depender de ningún hombre.

De París volverá a su Asturias natal, lugar en el que escribirá sus memorias.

Pero lo magnífico de esta novela es que nos cuenta la historia real de lo ocurrido entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, tejiéndola perfectamente con la historia de Andrea y su familia, sin que podamos distinguir los personajes reales de los ficticios por lo bien construidos que están estos últimos. Y no es poca la historia que cuenta: Tribunales de la Inquisición, Revolución Francesa y Guerra de la Independencia como grandes titulares, pero no por menos importantes, la incipiente lucha de las mujeres por tener derecho al voto, a la educación, al ejercicio de profesiones reservadas solo a los hombres, el nacimiento de la Medicina moderna…

Los diálogos, escasos, ya que estamos leyendo unas memorias, merecen mención aparte. Grupos de librepensadores defendiendo la libertad, los derechos de las mujeres, la enseñanza como principio para conseguir esa libertad, el yugo de la iglesia, la presión de la familia con los mayorazgos y un largo etcétera de temas que no pueden dejar indiferente al lector porque, tristemente, algunos de ellos siguen sin resolverse y siguen existiendo casi en su totalidad en otros países no tan lejanos. También magníficos los diálogos entre Jovellanos y Andrea.

Amor, amistad, envidia, odio, venganza, todo cabe en estas páginas en las que no sobra nada de lo que cuenta.

Pilar Sánchez Vicente ha escrito una novela a la que no se le puede poner ni una pega, tanto si eres amante, o no, de la novela histórica, merece la pena zambullirse en esta historia.


Reseña original publicada en el blog de la revista Pasar Página

1 comentario:

  1. ¡Hola Almudena! Formo parte de la iniciativa 'Seamos Seguidores'.
    Ya te sigo de vuelta. Tienes un excelente contenido.
    Mi blog es: https://blueshendrix.blogspot.com

    Un saludo.

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