Los cambios siempre cuestan, colocar todo, poner la casa a
punto, llenar la despensa y, sobre todo, acoplarse a horarios y costumbres
diferentes.
Pero en esta ocasión, me he encontrado con algunos que no esperaba.
Las modistas que tenían
local al lado de casa, se han ido. Han buscado un lugar con más encanto para
recibir a sus clientes, hacen los arreglos de Hugo Boss y visten alguna serie de
televisión. Habrán pensado que mi calle no tiene glamour y se han mudado
al barrio de Salamanca. Ahora ya no puedo pasar un momento a que me modifiquen
un abrigo o me acorten un vestido, que siempre me están muy largos.
El bar de la esquina, en el que tomaba mi café desde hace
más de treinta años, ha cerrado. Alfonso, el dueño, se ha jubilado. Hay obras,
y se reabrirá en breve, pero ya no será lo mismo. Nos conocíamos, sabíamos de
nuestras vidas, de nuestras familias.
La tiendecita de zapatillas, lencería y bañadores, liquida
porque se traspasa. La dueña está mayor y no quiere seguir con el negocio.
La entidad bancaria a la que acudía habitualmente, se ha trasladado.
Eso sí, han inaugurado una cafetería que, por cinco euros la media hora, te permite merendar rodeada de gatos (no sé si la merienda está incluida)
La entidad bancaria a la que acudía habitualmente, se ha trasladado.
Eso sí, han inaugurado una cafetería que, por cinco euros la media hora, te permite merendar rodeada de gatos (no sé si la merienda está incluida)
Los grupos son complicados porque los integran personas muy
diferentes y es difícil que se mantengan en el tiempo y eso es lo que ha
ocurrido con los que yo tenía en wasap y en facebook. Movimientos de personas,
cambios de nombre, ya veremos lo que nos depara el futuro.
Mis amigas en las redes, las de verdad, se quieren tomar un
respiro porque se pierde mucho tiempo y tienen razón, quizás debería yo también
poner un poco de distancia para hacer muchas cosas que tengo pendientes y que
me ilusionan. Proyectos relacionados con escribir mis cosas, sin ánimo de nada,
para divertirme y llenar mis espacios. También bordar baberos, que tengo varios
niños de gente querida en camino y mi trenecito se ha convertido en un clásico.
Este año el otoño comienza el 22 de septiembre a las 22
horas y 2 minutos, todo doses.
Será una estación de cambios, no sólo en lo meteorológico.
Espero poder contar, dentro de noventa días, que todos ellos han sido para
mejor.
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