Hace tiempo que me di cuenta de que el wasap es peligroso
porque, como decía siempre mi padre, lo escrito, escrito queda.
De las redes sociales he aprendido en estos años, que es
mejor no hablar de política, de religión y de temas que, en general, puedan dar
lugar a discusiones, porque al estar “dialogando” con personas de muy
diferentes ideas y a las que no ves la cara, ni siquiera la expresión de su voz
en los comentarios, es bastante arriesgado y puede dar lugar a situaciones embarazosas.
Pero el wasap, la mayoría de nosotros lo consideramos más
cercano, porque no vamos dando nuestro teléfono móvil a todo el mundo y, aunque
lo hagamos, no wasapeamos con las personas que no conocemos pero, aún así, se
han convertido en zona peligrosa.
Pertenecemos a grupos en los que hay gente muy variopinta, a
la que nos unen intereses comunes y con la que se establecen agradables
relaciones pero hay que tener mucho cuidado con lo que se escribe porque,
insisto, no tiene tono, ni cara. De hecho, los emoticonos se inventaron para
eso, para dar a la “conversación” la calidez o seriedad que requiere en cada
caso.
Esto mismo se puede aplicar para las personas, aunque no
estén en grupo. Esas a las que no conocemos tan bien, ni ellas a nosotras, y
con las que no es difícil que nos equivoquemos al tratarlas.
Y ya, como colofón, está la posibilidad, que a todos nos ha ocurrido alguna vez, de enviar el mensaje a la persona equivocada con lo que se puede liar aún más el tema.
Pues, a pesar de que todos sabemos estos principios básicos,
seguimos escribiendo lo que, estudiado despacio, y fuera de la rapidez del
intercambio de mensajes, pueden traer enfados y malentendidos.
Lo hemos visto en las noticias varias veces, mensajes que
han dado lugar a divorcios, a poder tirar del hilo en investigaciones
estancadas, a pruebas documentales en diferentes juicios y, aún así, seguimos
escribiendo sin pensar dos veces lo que he dicho al principio, que lo escrito,
escrito queda.
No me gusta esto, no mando ni un mensaje más de los imprescindibles y detesto los grupos. Solo tengo los justos y todos saben que no me gustan nada las cadenas. Una asocial de los tiempos modernos...
ResponderEliminarAsocial o no, hay que tener cuidado con lo que se escribe.
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