sábado, 30 de diciembre de 2017

2017

Este año que está a punto de acabar, me ha dejado muchas cosas, la mayoría buenas. No voy a hacer balance, si no un resumen.

En enero nació mi tercera nieta, Almudena, por lo que el 2017 ha entrado en los años importantes de mi historia personal. Con mi hija de baja maternal y después de excedencia, he disfrutado de unos meses preciosos en los que he vivido con ella momentos inolvidables, que será muy difícil que se repitan.
Mis tres nietas me han llenado de risas y alegrías. Hemos compartido juegos, paseos, cuentos, baños en la piscina y en la playa. No me canso de ellas, aunque me agoten.
En el capítulo de los viajes, he ido, como cada año, a Cantabria, disfrutando de familia y amigos. Pasé unos días inolvidables en Pisa y Florencia, fui a Valencia, Oliva, San Juan y Ávila, visité Córdoba en un viaje maravilloso y acabé mi particular ruta viendo Málaga vestida de Navidad.
Me he implicado en dos presentaciones de libros, con los nervios que supone vivirlas desde dentro, ayudando en su preparación y siendo cómplice de bonitas sorpresas para cada una de las autoras, Mayte y Pilar. Para mí ha sido una satisfacción, tanto el que hayan sido un éxito como consolidar una bonita amistad con estas dos brujillas y con María José, la tercera bruja, abuela como yo. Víctor y Mercedes también se merecen ser nombrados en este resumen de mi año, porque han ocupado muchos momentos importantes de esta parcela “literaria” de mi vida.
Después del disgustillo que me supuso la falta de interés con el proyecto que habíamos creado con ilusión “Las sepias”, ahora me siento feliz con la nueva revista “Pasar Página” y con las personas que la integramos, con un equipo de redacción modélico, sin malos rollos y consultando hasta la última coma.
Porque no siempre es todo bonito, también he tenido grandes decepciones, con personas de las que no me esperaba que se comportasen como niñas en un patio de colegio. También hubo otras, llegadas de fuera, a las que ayudé desinteresadamente y que se volvieron a sus países sin decir adiós. Pero como de todo se aprende, me quedo solo con lo positivo.
A comienzos de verano se cerró un ciclo de mi vida del que, después de quince años, me gustaría perdurase la relación de amistad y no se quede solo en un recuerdo.
Un año más he cumplido otro aniversario con mi marido, mi chico de siempre, y ya vamos camino de los cuarenta. Me quejo de él, muchas veces no le soporto, discutimos, pero es mi compañero de vida, para lo bueno y para lo malo y siempre está, siempre.
Este blog ha tenido, desde que lo creé, más de treinta y tres mil visitas ¡Increíble! Para mí es un desahogo, una forma de comentar mi día a día, y agradezco muchísimo que la gente me lea. Desde que se me estropeó el ordenador de mesa y me compré el portátil, escribo más porque me lo llevo a donde quiero. Investigo en Internet todos los temas que me llaman la atención y procuro leer un rato todos los días. Creé el blog Recetas para mi hija, con la intención de que mis hijos conozcan mis recetas de cocina, las de mis amigos y las de mi madre y mi abuela. El próximo año intentaré dedicarle más tiempo.


2017 ha sido un año amable. A 2018 solo le pido salud para seguir disfrutando de la vida, que ya es bastante.

9 comentarios:

  1. Ojalá te traiga solo cosas buenas. Por mi parte, darte las gracias por ese día en Madrid, una de las pocas cosas buenas para mí de este año que termina. Empieza otro y espero que deshaciéndome de todo aquello que no me deja avanzar.

    Yo me quedo contigo, si quieres.

    Besos

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    1. Claaaaaaaaaaaaaaro que quiero. Vamos a vivir juntas un estupendo 2018, ya lo verás. Un millón de besos.

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  2. 2018 será un año mágico, ya lo verás. El dinamismo que le imprimes a todo lo hará posible.

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  3. No ha estado mal tu año 😉
    Que 2018 sea igual de fabuloso, o más, para ti y los tuyos. Besos y abrazos.

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  4. Porlo menos que el próximo si no puede ser mejor sea igual. Un besazo

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  5. Te deseo un fructífero 2018, tanto o más que el anterior y tanto o menos que el siguiente.
    Abrazos

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