viernes, 12 de octubre de 2018

Las lágrimas de mi padre


Mi padre fue legionario durante un corto periodo de tiempo pero, la intensidad de los días vividos, sembraron en él el espíritu de la legión para toda su vida.

Siempre que se celebraba un desfile militar retransmitido por televisión, se sentaba frente al televisor y no se movía y, cuando desfilaba su querida Legión, le embargaba la emoción y lloraba.
Así lo hemos vivido, mis hermanos y yo desde que éramos niños y, catorce años después de su muerte, seguimos asociando este Cuerpo del Ejército a las lágrimas de mi padre.
Pero este año ha sido especial. Mi hermana ha formado parte del desfile en el interior de la UVI del SUMMA y se ha fotografiado con un legionario y con la cabra.
Según he visto la foto, se me ha hecho un nudo en la garganta y he imaginado a mi padre, sentado frente al televisor, con un doble motivo para llorar, ver desfilar a su amada Legión y el orgullo que habría sentido de ver a su hija en un cargo tan importante.
Bueno, pensándolo mejor, seguro que lo ha visto y lo ha llorado porque yo creo que, allá donde esté, habrá televisión.


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