Hola mamá.
Creo que te gustará saber que ayer estuvimos toda la tarde
juntos mis hermanos y yo. Teníamos que hacer unos «trabajillos» en el piso
alquilado, que curioso, cuando hablamos de él seguimos diciendo la casa de mamá.
Se nos dio bien y acabamos pronto, pero alargamos el momento tomando un café
relajado, charlando de todo, los tres solos.
La vida es complicada y no nos vemos tanto como nos
gustaría, pero el wasap ayuda mucho. Mantenemos un contacto continuo, tenemos
grupo de los tres hermanos y grupo familiar.
Las niñas están preciosas, cada una en su estilo.
Manuela se parece muchísimo a Carlos, no sólo físicamente,
también en el carácter y en la forma de actuar. Está preciosa.
Victoria se nos está haciendo mayor, es muy lista y le gusta
muchísimo cantar y bailar.
Almudena es muy grande, con una sonrisa que le ilumina la
cara y los ojos claros. Charo dice que le recuerda a ti en la mirada.
Los mayores, todos bien.
Este año no sé si te podría haber regalado lilas, en marzo
hizo calor y florecieron antes de tiempo, pero también te podría haber llevado
rosas.
He estado viendo fotos antiguas, me las ha pedido una amiga
bibliotecaria para el archivo de la Biblioteca Municipal. Las escanean y me las
devuelven. Le voy a dejar las de tu boda porque se ve muy bien el altar de la
Capilla del Obispo y las escalinatas del Palacio de Vargas que dan acceso a la
capilla. También he encontrado otras en El Viaducto, la calle de Hortaleza y la
iglesia de La Paloma.
Recuerdos bonitos, tu sonrisa, tu elegancia, siempre tan
bien vestida. Me siento nostálgica. Seguro que sueño contigo.
Un millón de besos.
¡Felicidades mamá!
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