El pasado sábado se falló el Premio Planeta, acto que seguí
en directo, expectante por conocer al ganador y al finalista.
Corrí a poner en internet que la ganadora había sido Dolores
Redondo, ya que era una autora conocida por mí, aunque soy de las pocas
personas a las que no le ha seducido leer su trilogía del Baztan.
Del finalista, Marcos Chicot, no sabía nada, pero enseguida
amigas y compañeras del club de lectura me hablaron de su obra.
Y tan contenta, me fui a la cama.
Cual ha sido mi sorpresa cuando empiezo a leer en facebook
que ganador y finalista se conocen de antemano, que están pactados y que es
todo un montaje.
Tal ha sido mi indignación que he comenzado a indagar por mi
cuenta, a tirar de la lengua a quien me ha querido contar algo, a buscar en la
web y, el resultado final, ha sido decepcionante.
Desde hace muchísimos años, desconozco si es así desde su
comienzo, el premio se pacta con el autor, que es invitado a presentarse con un
contrato previo que, en ocasiones, se ha firmado varios meses antes del fallo.
Lo mismo o parecido, se hace con el finalista.
Entre todos los participantes, más de 500 obras en esta
ocasión, se escogen ocho que acompañen a los dos agraciados en la finalísima
que se celebra la noche de Santa Teresa, cada 15 de octubre.
Estas obras han sido leídas por gente de Planeta, y sólo las
diez últimas pasan a manos del jurado, que las lee íntegras o se limitan al
resumen que le preparan y que le adjuntan al libro.
Estas novelas suelen ser de escritores poco conocidos, para
que el público vea que cualquiera puede llegar a esta final, aunque sea su
primera novela, aunque no le conozca nadie.
Este es el gran engaño.
Poniendo como ejemplo a la flamante ganadora, Dolores
Redondo: Está a punto de estrenarse la película “El guardián invisible” basado
en una de sus novelas. Gana el premio Planeta, venden, porque para eso es el
premio mejor dotado y que más se vende, reeditan su trilogía del Baztan,
aprovechando el estreno de la película y negocio redondo.
Por supuesto, no siempre se cumplen estas reglas, por diferentes motivos, pero eso sí, siempre desde la manipulación, porque esto es un gran negocio en el que lo último que importa es la buena literatura.
Hay otros autores, a los que han ofrecido ganar el premio y
no han estado interesados.
¿Razones? No siempre es el amor propio y la integridad.
También hay números de por medio. Si saben o intuyen que van a vender mucho, no
interesa porque pierden en el porcentaje que se lleva el autor, ya que en el Planeta
hay un número de ejemplares limitado a un 5% en lugar, del 10% habitual.
Por eso hay autores de renombre, que trabajan con esta
Editorial, que no lo han ganado y, probablemente, no lo ganen nunca.
Porque otro tema es que siempre lo gana alguien de la casa.
Que no van a arriesgar 601.000 euros con un desconocido que encima trabaje
habitualmente con la competencia.
En fin, que algo me habían contado pero yo no me podía creer
que fuese de esta magnitud, y que políticos, gente de la cultura y hasta los
reyes, participen en un espectáculo que es, a todas luces, un engaño.
Que otorguen directamente el premio, pero que no hablen de
la palabra “concurso”, ni de la de “finalistas”, porque es reírse de los
autores y del público en general.
Como bien me ha dicho una amiga, estableciendo una
comparación, ahora que sé que los Reyes Magos son los padres, nada será igual.
Siento tu decepción, pero así es, amiga
ResponderEliminarQuerida Almudena, así es, tal y como lo cuentas, y desde hace años. De cualquier manera, en esta ocasión me he alegrado de la ganadora.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mercedes y Cita, no sabía que el engaño era de esa magnitud, la verdad.
ResponderEliminarYa no se si me alegro con la ganadora, porque no me gusta que se presten a estas tomaduras de pelo y que nadie, importante, se atreva a desenmascararles.
Lo que si me hace mucha ilusión es que me leáis.
Gracias amigas.
Lo siento, Almudena, pero los reyes son los padres. Lamento que te hayas enterado ahora. Un día te cuento mi experiencia en un concurso sin dotación económica, es para llorar.
ResponderEliminarGracias por leer mis cosas. 😘😘
EliminarCreía que los sabías. Yo también me decepcioné cuando me enteré. Por eso ayer, aunque felicité a Dolores Redondo, me molestó el teatro que se montó alrededor de su discurso, que por supuesto se veía que tenía más que ensayado.
ResponderEliminarGracias por leer mis cosas 😘😘
EliminarMercedes y María José, menos mal que mi ilusión por los reyes magos sigue siendo enorme, aunque sepa su procedencia.
ResponderEliminarEn cuanto al Planeta, ahora admiro más a los que han dicho que no al paripé, que han sido unos cuantos.
La premiada me ha decepcionado, la verdad.
Me he llevado una gran desilusión. Yo seguía creyendo en los Reyes Magos.
ResponderEliminarY por cierto,a mí la trilogía tampoco me apasionó.
Espero que sigas con ilusión la noche del cinco de enero y no por el premio Nadal, si no por lo bonita que es la mañana de Reyes, venga de quien venga 😉
EliminarDesde que leí la obra ganadora del premio Planeta 2001 (La,cancion de Dorotea, de Rosa Regás) no me cabe duda de que no se premia a la mejor obra. No puedo creer que en ese año dicha novela haya sido la mejor de entre 500 participantes. Todo es un negocio, y no tiene que ver con buena literatura. Qué lástima por los nuevos escritores!!!
ResponderEliminarSí, una lástima.
ResponderEliminarGracias por leer mi blog.
Que fuerte! No sabía yo que las cosas llegaban a ese límite.... Gracias Almudena.
ResponderEliminarESTO SE SABE HACE MUCHO. ¿Alguien piensa que Cela, Torrente Ballester o Vargas Llosa por poner tres ejemplos se presentarían a un premio siendo ya escritores consagrados si no saben que lo van a ganar? Creo que a Miguel Delibes se lo ofrecieron y lo rechazó por razones éticas.
ResponderEliminar