jueves, 27 de abril de 2017

II Jornadas Madrileñas de Novela Histórica (II)


Madrid, Guerra y Paz.

La jornada del sábado comenzó con una interesante mesa moderada por Víctor Fernández Correas y tras la que veíamos a Juan Eslava Galán, Ana María Trillo, Francisco Núñez Roldán y Eduardo Valero.
Tras una breve introducción, Eduardo Valero nos presentó un vídeo «Madrid, estampas de guerra» en el que pudimos observar los estragos que la guerra hizo en la capital, la gente corriendo hacia los refugios y momentos en los que parecía que nada sucedía y que se podía llevar una vida normal, con el niño de la mano.
Eduardo nos contó anécdotas curiosas que demostraban que los madrileños no perdieron el sentido del humor en los 983 días de guerra. Al primer avión de la mañana le llamaban “el pajarito”, a la primera bomba “la lechera”. Pero, sobre todo, nos contó lo durísimo del racionamiento, el hambre, los héroes anónimos, el protagonismo de las mujeres, ya que los hombres estaban en el frente y ellas se tuvieron que hacer cargo de todo, la desorganización oficial, que dejó a Madrid totalmente abandonada, sin mandos.
Curiosidades como que los hoteles se convirtieron en hospitales de sangre y el gran vestíbulo que hay bajo la cúpula del Palace, en un inmenso quirófano por la buenísima luz que se filtraba por las cristaleras.

Víctor cedió la palabra a Juan Eslava Galán, que nos habló de su libro, de la raza aria, del amor, de la amistad y del contexto histórico de la guerra mundial y la postguerra española, así como del guiño que hace con el título. La mayoría de su novela se desarrolla en Berlín, que tiene el zoológico más antiguo de Europa y, metafóricamente, era el jardín de las fieras, los nazis. Aunque la editorial no siempre le acepta el título que él elige, en esta ocasión no hubo ningún problema.
Me enteré de algo que desconocía, que Herminio Caiser, protagonista del libro, podría ser descendiente de unos alemanes que Carlos III se trajo a Sierra Moreno para repoblarla. Sólo era necesario ser católico y saber algo de agricultura, pero el hambre que, en aquel momento asolaba Alemania, hizo que viniese todo tipo de gente.

El amor en el jardín de las fieras.

Octubre de 1940: durante la visita de Himmler a España, una bella mujer perteneciente a la agencia racial Ahnenerbe, que lo acompaña, descubre entre los trabajadores forzados de una excavación arqueológica a un obrero rubio, Herminio Cáiser: un joven de ojos azules y magnífica constitución que podría demostrar la pervivencia en España de una cepa pura de la raza aria.
La organización Ahnenerbe lleva al joven a Berlín y lo hace objeto de una serie de estudios que confirman que es un ario perfecto. Reclutado en una casa-cuna nazi, se deja utilizar como semental a cambio de un trato favorable para su padre, internado en una cárcel franquista por su pasado republicano
Cáiser hace amistades en Berlín; entre ellas, los corresponsales de prensa españoles y otros jóvenes funcionarios del círculo diplomático. También se reencuentra con un diplomático soviético con el que trabó amistad años atrás, cuando fueron compañeros de armas en la batalla de Madrid. Esta relación reanudada y los amores de Cáiser con una obrera judía serán el detonante de acontecimientos inesperados.

Ana María Trillo también le da un doble sentido a su título, cada día amanece por feo que haya sido el día anterior, la noche. Es el título de uno de los capítulos del libro y, metafóricamente, la lucha de la protagonista para que amanezca en su vida.
También nos habló de hambre, explotación, tristeza, del frío que hacía en Madrid en esos inviernos de la década de los cuarenta, la sequía que asoló Madrid y que obligaba a las mujeres a ir lejos a por agua, el racionamiento…

Amaneció de nuevo en Madrid

Este libro es una forma de no olvidar hechos que sucedieron y otros que no, pero bien pudieron suceder; hechos nacidos en la mente y el corazón de su autora, pero que se alimentan del recuerdo colectivo, del recuerdo familiar, de la memoria que se niega a desaparecer
Es una novela histórica que habla de Historia con mayúsculas, pero sobre todo de historias pequeñas, de las vidas de seres diminutos frente al amanecer de la gran capital, Madrid, que revive tras la guerra. Ana María Trillo recoge en Amaneció de nuevo Madrid la vida de Margarita, una niña que pudo ser real, que luchará por nacer como persona, y ser libre a pesar de vivir en un tiempo en que las niñas y mujeres eran prácticamente invisibles. Margarita amanecerá tratando de buscar la respuesta a una pregunta: el alma de la ciudad puede repararse, pero ¿puede repararse el alma humana?

Por último, Francisco Núñez Roldán nos contó la mal vista neutralidad de España en la Guerra, la creación de la División Azul, y las intrigas que existieron para que el general Muñoz Grandes sustituyese a Franco y fuese el gran aliado de Hitler. El general que, al final, no fue. 
Nos comentó que se encontró con este personaje por pura casualidad y estudió el tema hasta escribir el libro.

Un general para Hitler

El general Agustín Muñoz Grandes estuvo en el vértice de batallas e intrigas desde la Guerra Civil Española hasta la Segunda Guerra Mundial. Partidario de entrar en el conflicto al lado del Eje, mandó la División Azul y fue considerado como una posible alternativa a un Franco indeciso o demasiado neutral. La novela se introduce en las maquinaciones de las diplomacias alemana y aliada, algunas apenas conocidas o desveladas recientemente, y muestran a un militar devoto de su oficio, quien con más voluntad que éxito quiso comprometer a su país en la guerra a la vez que fuerzas que le superaban y frecuentemente desconocía pretendieron auparlo al máximo poder. Junto al aspecto humano del general, y entre las principales figuras políticas del momento, aparecen tres personas bien definidas: su secretario, un joven teniente, así como el chófer, antiguo guardia de asalto anarquista, y una enfermera, novia de este último. Todos vivirán a fondo el frenético torbellino que rodeó aquellos complicados y durísimos años.

La amena conversación de los componentes de esta mesa fue una lección de historia, de nuestra historia que es, como dijo Eduardo Valero, « es la memoria histórica de Madrid, para bien y para mal».

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