martes, 25 de abril de 2017

II Jornadas Madrileñas de Novela Histórica (Crónica I)


Con Olalla García y Víctor Fernández
En la Casa del Lector me recibe Víctor Fernández Correas, uno de los organizadores. Ha montado un photocall y me hace fotos, junto con Olalla García. Me siento como los famosos.
En la mesa, Carolina Molina presenta las jornadas y comienza la tarde.
El escritor Joaquín Barrero, nos cuenta recuerdos de su infancia, que transcurrió en este barrio, en el paseo de la Chopera. Nos lee el cuento “Los maletillas” que emociona a los presentes.
Eduardo Valero, cuyo blog
Historia urbana de Madrid es de obligada lectura para conocer nuestra historia, nos introduce en el Madrid de Carlos III con el vídeo “Carlos III y la construcción de Madrid”.
Joaquín Barrero
Tras este visionado comienza la amenísima conversación entre Olalla García, moderadora de la mesa, Carolina Molina, autora de Carolus y Eduardo Valero.
Nos cuentan como Carlos III, que sólo vivía en Madrid dos meses al año, tuvo que empezar por limpiar, antes de construir.
Era una ciudad sucia, peligrosa, sin pavimento, sin alcantarillado, sin ordenación, llena de pícaros que habían hecho de la mendicidad un oficio.

Se colocaron 4408 farolas
que hicieron una doble función, iluminar y dar trabajo a muchísima gente, para encenderlas, apagarlas y llevar su mantenimiento.

Ordenó Madrid en manzanas, barrios y cuarteles, ideó los “alcaldes de barrio” antecesores de los actuales concejales de distrito.
Pavimentó, creó las casas cuna, el Hospital Real y treinta y dos colegios de barrio.

A pesar de todo esto, los madrileños no le querían, le consideraban un rey extranjero y además les estaba costando mucho dinero, ya que las reformas incluían los arreglos de las casas particulares, la instalación de pozos y de aceras, que corrían a cargo de sus propietarios.
Fundó la Real Lotería, que daría alguna alegría a los ciudadanos.

Olalla García, Carolina Molina y Eduardo Valero
Sabatini fue su mano derecha en la ordenación de la ciudad. Sabía hacer de todo, ingeniería, arquitectura o diseño de jardines. Dejó grandes obras para la posteridad, aunque puede que la más conocida sea la Puerta de Alcalá, por la que también se inmortaliza siempre a Carlos III.
Lo que está claro es que pretendió convertir Madrid en una gran ciudad y puso los cimientos para ello, tanto en el ámbito arquitectónico como en el cultural y social. No entro a enumerar todo lo que hizo porque lo podéis encontrar en cualquier enciclopedia, aunque sí me ha quedado la sensación de conocer muy poco nuestra propia historia, de quedarnos siempre en lo superficial.

Me llamó mucho la atención cuando comentaron la visibilidad social de la mujer durante este reinado, gracias a la ilustración y a la influencia francesa. Venían de un periodo oscuro y volverían a caer en él en los comienzos del siglo siguiente.

Como curiosidad y ya que, durante el fin de semana, se celebraba La noche de los libros y el Día del Libro, se me ha quedado en la memoria que la Real Academia otorgó el primer premio literario también durante el reinado de Carlos III, el 13 de agosto de 1778 a Joseph María Vaca de Guzmán.


Tras un breve descanso, la Agrupación de Castizos nos dio una clase magistral sobre el traje goyesco, pero esa es otra historia que merece una nueva crónica.

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