martes, 20 de diciembre de 2016

Carta a mis padres

Queridos padres:

Ya estamos en la semana de Navidad y, por tanto, queda poquito para acabar este 2016, así que os escribo contándoos lo que estoy segura de que habéis podido ver desde allí arriba, por si se os ha pasado algún detalle.

Ha sido un año muy bonito, en el que Victoria y Manuela se han convertido en las protagonistas indiscutibles de la familia, consiguiendo hasta cambiar nuestros hábitos de vida.
Victoria es un polvorín, no para, muy lista, es una esponja que lo absorbe todo, por lo que hay que tener cuidado para que no aprenda lo que no interesa. Cuando se concentra saca la lengua de lado, curiosos genes que la han permitido heredar ese gesto tan tuyo, papá.
Manuela parecía calmada hasta que aprendió a gatear y a ponerse de pie, y un mundo diferente se abrió ante ella. Ahora es una magnífica trepadora que llega a los sitios más insospechados. Le falta un empujoncito para caminar. Tiene el pelo de Carlos, o sea, el tuyo, mamá.
Pero además, estamos muy ilusionados esperando otro bebé, otra niña que será un regalo tardío de Reyes, estoy deseando tener a las dos, madre e hija, entre mis brazos.

Como os digo, nuestras costumbres han cambiado. Este verano necesitábamos ocupar dos sombrillas en la piscina, con las niñas, los juguetes, la piscina hinchable que compartían, toallas, meriendas, cambiadores…de todo. Entenderéis que yo me «escapase» a jugar una partida de canasta con mis amigas. En las reuniones familiares, buscamos restaurantes que tengan espacio para las sillitas y tronas. En mi casa, estamos muy justitos, pero eso no se puede cambiar. Las niñas juegan en el pasillo y se divierten juntas.
Ha sido un año de nuevos trabajos para casi todos los jóvenes,  han mejorado e incluso han cumplido algún sueño.
Nosotros hemos tenido pocas novedades en nuestro día a día. Procuramos reunirnos siempre que podemos, wasapeamos mucho, eso es todo un invento, tenemos un grupo en el que estamos todos y otro sólo de los tres hermanos, buscamos ser felices y, aunque no siempre lo conseguimos, en la balanza gana lo bueno.

Papá, este año no he puesto tu nacimiento, porque he comprado uno de plástico para que las niñas lo disfruten. Victoria, que viene todos los días, juega con él como hacía Carlos cuando era pequeño, ¿te acuerdas? He aprovechado tus patos y tu molino y le he explicado a la niña que eran del bisabuelo y hay que tener un cuidado especial con ellos, creo que lo entiende.
Participo en una revista digital, Tardes en Sepia, que os encantaría y sé que os sentiríais orgullosos de que, por fin, escriba para que alguien me lea, aunque sea un artículo pequeño. Estoy muy ilusionada con ella y con otros proyectos que ya os contaré.
En el número tres te he hecho un guiño, mi artículo va dedicado a ti papá, al montaje de tus nacimientos que se hicieron famosos en el barrio y a que me inculcases ese amor por la Navidad.

También pertenezco a grupos de fotografías de Madrid, antiguas y modernas, en los que cada día aprendo cosas muy interesantes del pasado, vuestro pasado, el de mis abuelos, y que me han convertido en una fotógrafa aficionada.

Bueno, podría seguir contándoos cosas, pero sé que ya las sabéis, porque siempre estáis por aquí conmigo.

Muchísimos besos.

4 comentarios:

  1. Una carta emotiva y sencilla que expresa muchas cosas. No dejes de escribir, un día espero leer una novela tuya. Desde donde se encuentren, tus padres leerán la revista y estarán tan orgullosos de tu participación como lo estoy yo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy segura de que están orgullosos de todos nosotros.
      Gracias por leer siempre lo que escribo y por animarme a seguir haciendolo.
      Un besazo.

      Eliminar
  2. ¡Es una carta preciosa! A mí también me entran ganas de contarle a mi padre cómo es la vida ahora.

    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues ya sabes... A tí te quedaría un relato precioso.
      Un besazo.

      Eliminar